Se trata de buscarle una vuelta que despierte la ilusión. Elegir un tema, llevar elementos diferentes ―como pelotas inflables gigantes (Un Título Viejo), una batería de murga multitudinaria (Queso Magro) o la recreación de los Juegos Olímpicos (Los Choby's)―, encontrarse con la gente. “Un año más/la esencia sigue intacta” cantaba la murga láctea el año pasado: de eso se trata la fiesta de Momo.
Abrazados por el calor de enero los conjuntos pisaron la avenida 18 de Julio, desde la plaza Independencia hasta la plaza Cagancha, bailando, cantando e interactuando con el público que colmó las veredas. Marquesinas de colores, niñas y niños correteando por ahí, vendedores ambulantes con juguetes luminosos y ruidosos: no faltó ninguno de los elementos característicos de la fiesta.
Las murgas presentaron parte de sus espectáculos en el escenario final ―el primer acercamiento a lo que se viene para mucha gente carnavalera― bajo la mirada del jurado.
Este año hubo un elemento nuevo, otro escenario en el punto de inicio en el que los conjuntos se presentaron unos minutos antes de salir, lo que retrasó el cronograma más de media hora. Alfredo Jaureguiberry, de Daecpu, remarcó este cambio como una gran mejoría: “Este trabajo nos lleva todo el invierno y acá están los frutos”. Además, anticipó que “se ve buen amanecer para este Carnaval 2025, me erizo. Que sea uno de los mejores carnavales”.
Ignacio Tiscornia, integrante de la murga A la Bartola, dijo a la diaria que se siente “feliz por todo el laburo de estos meses y estar con los trajes nuevos, los compañeros y la gente que siempre apoya. La murga encara el desfile con la misma propuesta del espectáculo: salvar al mundo a través del humor y la risa”. El conjunto invitó al payaso Pildorita a participar del recorrido porque lo homenajean este año.
Por su parte Nicolás Hugo, de Queso Magro, habló sobre la propuesta de la murga de armar una batería de más de 70 personas para el desfile: “Estamos prendidos fuego, la batería es la mitad de una murga para mí. Hay que buscar algo para disfrutar y venir a dejarlo todo”.
Las emociones afloran con expresiones generalizadas de júbilo y emoción. Chiara dos Santos, bailarina de revista Tabú que debuta este año en Carnaval, hizo énfasis en que trabajan “con mucho amor” para armar el espectáculo y brindárselo a la gente. Para Abril Pereira, de murga La Gran Muñeca, el desfile es “una de las instancias más disfrutables, el encuentro con la gente, estrenamos trajes, hay algo de salir a la luz que está demás, es el inicio del Carnaval”. Por su parte Daiana Bassadone, integrante de Sociedad Anónima (SA), se mostró emocionada por su vuelta a los tablados: “Hacía mucho tiempo no salía y estoyfeliz de volver, es lo máximo salir en un conjunto como SA”.
Schubert Pérez, dueño de Herencia Ancestral, dijo: “Es la primera vez que una comparsa del interior pisa 18 de Julio y el Teatro de Verano. Vamos a disfrutarlo nomás, tranquilos, sin mucha presión”.
Ya sobre la medianoche algunos tramos del recorrido, especialmente los menos iluminados, quedaron con las sillas vacías. Pero el ruido, la arenga de los parodistas que pasaron a esa hora y los aplausos no pararon.
Denise Casaux, integrante de parodistas Los Muchachos, desfiló como Marixa Balli, la actriz argentina que fue novia de Rodrigo: “Me encanta venir de personaje”, aseguró, y aunque no le gusta tanto desfilar, siente que hay que hacerlo “para que empiece carnaval”. Lo que sí disfruta es “ver a la gente, estar cerca”.
Walter Cucuzú Brilka habló sobre el regreso de parodistas Adam's al templo de Momo: “Un cuadrazo y un gran espectáculo. ¿Quién no miraba los Adam's en su época? Todo llega en la vida”, y dijo sobre el desfile: “Me gustaba más cuando me dolían menos los pies”.
Sobre la una de la madrugada la calle quedó vacía, el jurado se fue con la tarea de decidir qué conjuntos merecen los premios y la gente partió cantando, feliz porque volvió el “eterno ritual”, como versa La Cayetana. Salú, empezó Carnaval.
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