El 4° Plan de Acción Nacional de Gobierno Abierto (2018-2020) está llegando a su fin y el grupo de trabajo que coordina la Agencia de gobierno electrónico y sociedad de la información y del conocimiento (Agesic) ya planifica los próximos dos años, como lo hace desde que Uruguay adhirió a la Alianza para el Gobierno Abierto en 2011. En ese marco, la diaria conversó con la directora del área de la Sociedad de la Información, Virginia Pardo, sobre lo que se ha logrado en esta materia en casi diez años y los desafíos que visualiza tras un año marcado por el cambio de gobierno y la emergencia sanitaria.
¿Cómo evalúa Agesic el proceso que ha recorrido Uruguay en el impulso del gobierno abierto?
Agesic asumió en 2011 el compromiso de crear planes de acción bianuales y hacer el seguimiento del cumplimiento y balance de esos compromisos. Hasta ahora hubo cuatro planes, cada uno de ellos con diferentes características; en el último la cantidad de actores y organizaciones involucradas fue mucho más grande. Creo que hubo un aprendizaje y una adopción cultural del tema.
¿Qué fortalezas y desafíos tiene el Gobierno Abierto en nuestro país?
La formalización del grupo de trabajo, que se creó por decreto del Poder Ejecutivo, genera una institucionalidad fuerte que ha permitido un proceso consensuado y una solidez que nos diferencia de otros países, en los que ha cambiado sistemáticamente la línea de trabajo. Hay un tema pendiente que es la descentralización del proceso, lograr una mayor participación en el interior del país y en zonas rurales.
¿Cómo se puede utilizar la tecnología como herramienta de transparencia gubernamental?
En Uruguay casi no existen barreras en el acceso a la tecnología y la conectividad, por lo que se debe potenciar la transparencia activa. La tecnología es un actor necesario para la transparencia.
¿Qué características o particularidades tiene el proceso de gobierno abierto en Uruguay?
El proceso en Uruguay tiene madurez y una relación de confianza con los actores de la sociedad civil y la academia; eso no lo vemos de forma frecuente en los países de la región. A nivel internacional, Uruguay está muy bien conceptualizado y es ejemplo. Hay una cultura democrática, una solidez y una transparencia históricas en el país.