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Ñeri Peso, una comunidad de intercambio con moneda virtual basada en la confianza

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Leído por Andrés Alba.
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Juan Grunwaldt lo describe como un juego en el que escribió papeles el mes pasado y empezó a repartirlos; ahora tiene más de 1.500 usuarios de $Ñeri (@nieripeso). “Yo también pensé que era broma”, asegura. ¿Cómo se crea un mercado de bienes y servicios con dinero intangible? Invirtió no más de 150 dólares y asegura que el mayor capital de su proyecto es la confianza. La moneda ñeri, que sostiene “El valor está en nosotres”, fue emitida el 20 de mayo y a Grunwaldt le tomó cuatro días distribuirla entre sus conocidos.

“Veníamos de un proyecto bastante parecido, en cuanto a la descentralización y las ganas de darle el control de ciertas herramientas a la gente. Fracasamos con ese proyecto y me metí a investigar el mundo crypto con un amigo. Quisimos crear una moneda y, de un día para otro, nos dimos cuenta de que la teníamos en la billetera y podíamos empezar a proponer el juego que habíamos planteado en el otro proyecto”, cuenta Grunwaldt, que admite no ser economista pero sí haber tenido acceso a “bibliografía marxista y simplemente mirar el mundo y ver qué le falta”. Comenzó como escritor y librero (de La Licorne, en Punta Carretas). “Después, los temas económicos me llevaron para el lado del café, como barista también, y el proyecto que teníamos, que venía de la librería, tenía que ver con crear una plataforma en la que a cada usuario se le pagara cada vez que veía un aviso. Esa plata se iba a redistribuir en proyectos, ideas, básicamente en alimentar una comunidad. Tenía de diferente el ecosistema, la manera en la que estaba diseñado, para que la gente donara atención a otros proyectos. Eso no salió, pero de ahí tenemos un montón de investigación y recursos en los que me estoy apoyando”.

Para este emprendedor, la primera fase de Ñeri Peso consiste en descubrir cómo se les asigna valor a las cosas y se lo retribuye. “El desafío de las herramientas blockchain, que apuntan a generar transparencia, está en que la gente pueda atravesar las primeras barreras: abrir una billetera, perderle el miedo. El nombre, el chiste, va un poco por esa capacidad de viralización que tiene y de sacarse el susto. Capaz que si hace dos meses te decía ‘abrite una billetera de Metamask’ decías ‘qué es eso, no entiendo nada’. Ahora tenés infinitos tutoriales hechos por la propia comunidad que te ayudan a llevarlo adelante”.

La duda es si el resultado es una comunidad de trueque. “Creo que es una comunidad de personas que quieren hacerse mejores a sí mismas y a lo que tienen alrededor”, responde Grunwaldt. “La cryptomoneda es la herramienta. La idea es sacarle ese carácter de negocio especulativo, entenderlo como una herramienta y ver qué es lo que se puede hacer”.

Liquidez vs valor

Para arrancar, el dinero inicial es regalo de la casa. En principio no estaba previsto que el ñeri peso fuera monetizable: “Pero como cualquier cosa que la gente piensa que tiene valor, después va a querer transarlo. Y una persona mandó a remate un billete de 100 dólares y lo canjeó por 800.000 ñeri pesos, en la etapa en la que todavía eran las primeras 100 personas, que eran todos ‘millonarios’, o sea, todos tenían un millón de ñeri pesos en ese momento. Después, lógicamente, cuando empezó a entrar gente con menos, los precios empezaron a bajar. Calculo que si mandás ahora a remate un billete de 100 dólares no te deben dar más de 200.000 ñeri pesos”.

¿Cómo no desfinanciarse? “Esa es la gracia: si querés más ñeri pesos a partir de los primeros que te damos, tenés que ofrecerle algo de valor a la comunidad y que te lo reconozca. La propuesta inicial era entender las diferentes maneras de reconocer valor, no sólo la compraventa. Hoy en la plataforma, cada vez que un usuario tira información relevante, deja la billetera y el resto de los usuarios pasa y le da propina. Pagan por la información agradeciéndola. Se valora lo que hace que la comunidad crezca. Cada vez que alguien tiene una duda la deja ahí y cuando alguien la contesta el resto lo valora”. Lo que ocurrió en el caso de los memes, por ejemplo, muestra la escala que va cobrando la comunicación interna, con contratos incluidos: “En un momento nos dimos cuenta de que los que hacían memes eran híper valiosos porque era lo que estaba haciendo que llegara más gente, y se decidió que había que pagarles. Se empezó pagando 10.000 ñeri pesos por meme y la propia comunidad, en 20 minutos, se organizó, generó un sistema económico propio para distribución, se bajaron los tres primeros ñemes y se generaron sistemas de incentivos y multiplicadores”.

Aunque hay 1.500 personas activas en el Discord (un chat grupal que es uno de los pasos para acceder a este mundo), está un poco atrasado el reparto de ñeri pesos, porque la plataforma se expandió a buen ritmo. “Hay unas 300 personas nuevas que cada día están pidiendo ingresar y el plan inicial era repartir 1.000 billeteras únicas. Ahí terminaba la primera etapa, que era repartir 2,5% de las monedas y después se le iba a preguntar a la comunidad qué hacer. Calculo que como viene la cosa van a querer seguir regalando”, explica. Otra opción sería tener que comprar ñeris para poder sumarse, asignarle un tipo de cambio de moneda internacional u ofrecerla en puntos de venta. “Hay distintas alternativas para la siguiente etapa, que es aprender sobre liquidez, sobre qué es lo que respalda el valor para otros”. Hay algo de foro práctico “de economía, política, sociología; es como una sociedad en formación”, agrega.

En tanto comunidad emergente, hay alrededor de 40 canales de acuerdo a los intereses y necesidades. Las categorías, dentro del minimarket, pueden ir desde textil, alimentos, informática, fotografía y video, memes, claro, hasta huertas orgánicas, mascotas, arte, música y literatura. Hay además ñeri cadetes, que ayudan en el reparto de estos elementos (y cobran en ñeri pesos, obviamente). “Es una sociedad que pasó del trueque a un modelo más complejo en dos semanas. Increíble”, observa. Se dan, en ese contexto, cotizaciones paradójicas, en las que pesan lo afectivo y el comportamiento de los otros.

Desde el punto de vista legal, cuenta con un abogado, que se acercó a los cuatro días de iniciada la aventura “a asesorar a la comunidad para que nadie marche preso. Dejó unas recomendaciones y se puso a trabajar en unas pautas de convivencia. Hay un foro con preguntas y respuestas para sacarse todas las dudas y no tener miedo. No vas a andar culpando a la moneda por las transas que hace la gente”.

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