La segunda frecuencia terrestre de la compañía EGA que conecta las ciudades de Montevideo y Córdoba fue presentada la semana pasada en un acto en el que participaron el director de Turismo de la Intendencia de Montevideo, Fernando Amado, y el presidente de la Agencia Córdoba Turismo, Esteban Avilés, además del gerente de la empresa de transporte, Marcos Allosia. “Córdoba es una ciudad que históricamente ha tenido un vínculo importante y permanente con Montevideo. Hemos tenido presencia en Uruguay en prácticamente todas las provincias, y es la nación que más nos ha visitado de América del Sur este invierno”, destacó Avilés, quien agregó que el turismo allí “no es un sector golondrina”.
Hay al menos 11 destinos para conocer Córdoba y contagiarse, en el camino, esa tonada que hace corcovear las sílabas.
El legado jesuita es omnipresente; está grabado en los muros y constituye una línea posible para el interesado en la veta histórica, que lo llevará a reconstruir el papel estratégico de Córdoba en el Virreinato del Perú y los usos consecutivos que fueron teniendo solares y edificios.
Los lagos y los cerros pueden ser solaz o desafío del visitante: solamente en el Valle de los Lisos hay 32 opciones de paseo de diversa dificultad, contemplando familias con niños o adultos mayores. Puede implicar, por ejemplo, el esfuerzo de ascender 2.207 metros yendo entre sendas y quebradas, con el regocijo del fresco de las cañadas y atardeceres de película.
El teatro de revistas, en temporada de verano, es motivo habitual de traslado hacia la vecina Carlos Paz, que tampoco ahorra en paisajes: para corroborarlo basta recorrer el lago artificial San Roque en catamarán o subir a los miradores del Cerro de la Cruz para obtener una vista panorámica del Valle de Punilla. Mientras, se huele el poleo y otros yuyos que se encuentran en ese trayecto -organizado como el víacrucis- y que también abundan en comercios y mercados, así como los consejos de infusiones y cataplasmas que espontáneamente brindan los cordobeses.
El clima seco, continental, templado es casi un exotismo para el viajero uruguayo, junto al aire de las sierras, que promete benéficos efectos. Justamente eso fue lo que buscó la familia de Ernesto Guevara cuando se mudó a Alta Gracia en la década de 1930, intentando mejorar el asma del niño al que entonces llamaban Teté. Desde 2001 Villa Nydia, un chalet de estilo inglés que los Guevara alquilaban, es el Museo del Che. Su cama de niño, sus inhaladores, su carné de notas y los retratos de precoz mirada desafiante se reparten en las habitaciones donde va creciendo el futuro estudiante de medicina y luego el guerrillero. Réplicas de cartas (amorosas o comprometidas) y motocicletas van alimentando la figura. Mezclada entre la memorabilia, una curiosidad más: una bala obsequiada por el Che al periodista uruguayo Carlos María Gutiérrez durante su visita a Sierra Maestra en 1958.
Los impostergables alfajores seguramente sean el souvenir más pedido, aunque la alacena incluya a la vez las conservas y chacinados de la zona, y en las cantinas se encuentre lomito (tan similar al chivito), junto a sabores europeos –en forma de chocolate en rama, de goulash con späetzle, de cerveza artesanal– que preservaron los inmigrantes afincados en Villa General Belgrano, con calles que puede recordar a la brasileña Blumenau.
Museo del género
La ciudad de Córdoba es, con 1,3 millones de habitantes, la segunda más grande del país después de Buenos Aires. Se la conoce como “la docta”, un apelativo que es herencia de sus fundadores, y se le atribuye a la vez un carácter rebelde, como subrayan algunos guías, etiqueta ganada por sus posturas desafiantes, como haber dejado una fuerte impronta en el acceso a la educación: si en 1613 había 50 universitarios, formados en un sistema excluyente, hoy se enorgullecen de los 150.000 alumnos y la gratuidad de la Universidad Nacional de Córdoba.
Quienes no puedan separar Córdoba del ritmo del tunga tunga seguramente vayan a posar junto a las estatuas de bronce a los cuarteteros Carlos La Mona Jiménez y el Potro Rodrigo Bueno ubicadas detrás de la fuente de aguas danzantes del Paseo del Buen Pastor, en la céntrica avenida Hipólito Yrigoyen. También pueden consultar por el Festival del Bumbum, alguna de las pocas fechas anuales en las que se presenta actualmente el septuagenario cantante de “Quién se ha tomado todo el vino” o, en su defecto, recorrer la historia del género en un sitio dedicado al sonido pero también a los objetos que completan el show. Luego, quizás valga la pena ir hasta la feria del barrio Güemes a encontrar algún disco u otro recuerdo.
“La prohibición fue en la época de los milicos. Cuando estaba por empezar el Mundial [de 1978], comenzaron a levantar los discos de las disquerías para que cuando llegaran los turistas no fueran a los negocios y preguntaran qué es esto, la música regional de Córdoba, y se nos cagaran de risa de la música nuestra. Entonces empezaron a retirar los discos hasta que terminó el Mundial, y después los devolvieron. Fui prohibido en [las emisoras] LV2 y LV3. No nos dejaban pasar publicidad, nada. ¿Qué motivos tenía eso? No querían que la gente de otros países supiera que nuestra música era la que hacía divertir al pueblo. Para ellos era baja y no querían perder el estatus. Ellos se creían que eran más cultos, pero la cultura la hace uno mismo, y la cultura del pueblo, si quiere ser alegre y divertida, no la puede parar nadie”, opina La Mona desde una pared ploteada del Museo del Cuarteto.
Inaugurado en Córdoba capital en octubre de 2021, en una esquina donde antiguamente funcionó la Caja de Jubilaciones, ocupa dos plantas con un montaje curatorial que se regodea en el tema: maniquíes con trajes con solapa, camisas floreadas, chalecos de canutillos y breves vestidos, vitrinas que van desde zapatos de taco hasta championes, un piano, varios acordeones, premios Gardel, pantallas gigantes con actuaciones de Noelia y del Potro, afiches, un espacio montado como una discoteca y hasta recortes enmarcados de Hortensia, “la única revista de humor del interior que superó las fronteras porteñas [la hipótesis es que ocupó el vacío que dejó la desaparición de Tía Vicenta] y dio a conocer el popular humor cordobés”.
Datos útiles
» Los horarios de salida de EGA desde Montevideo son los martes y viernes a las 18.00 horas, mientras que desde Córdoba parten los miércoles y domingos a las 17.45.
» El Museo del Cuarteto queda en Córdoba capital, en la esquina de Colón y Rivera Indarte, y abre de martes a domingos de 10.00 a 19.00 con entrada libre.
» El Museo del Che está en Avellaneda 501, Alta Gracia, y abre de lunes a domingos, de 9.00 a 20.00, con entradas a $ 200 ar.
» En Villa General Belgrano (Valle de Calamuchita), están estrenando visitas con catas maridadas a la fábrica de espumantes Sineres. Queda en la ruta provincial 5, km 76,2 y toman reservas al 351 5314227.
» Para elegir paseos en las sierras conviene entrar a valledeloslisos.com o escribir a valledeloslisos@gmail.com
» Por más información: www.cordobaturismo.gov.ar.