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Lacrimosa: la obra inconclusa ahora es una gran partida

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Un juego de mesa para mozartianos y ni tanto.

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Un joven Wolfgang Amadeus Mozart, de 34 años, ya en su lecho de muerte, escribía en diciembre de 1791 sus ocho últimos compases. Estos compases formaban parte del movimiento “Lacrimosa”, del Réquiem en re menor. Este hecho da nombre a un juego de mesa y quienes participen encarnarán a uno de los cuatro mecenas más generosos de Mozart y ayudarán a su viuda, Constanze, a contratar a los mejores compositores para terminar la obra incompleta y así poder cobrarla.

Durante el juego, los mecenas relatarán las vivencias de los viajes de Mozart por Europa y las obras que financiaron y se promocionarán para subvencionar a los músicos que colaborarán con la finalización del Réquiem para intentar impresionar a Constanze de ser el mecenas elegido.

Así se nos presenta el juego a nivel narrativo. A nivel mecánico, Lacrimosa es un Eurogame de peso medio en el que perseguiremos objetivos personales, utilizando una mecánica de selección de acciones a través de cartas que muestran dos mitades. La parte superior se corresponde a la acción que resolveremos durante nuestro turno, mientras que la inferior sirve para obtener recursos al final de la ronda. Mediante los íconos de las cartas viajaremos por el tablero e iremos activando efectos disponibles en las distintas localizaciones, mejoraremos nuestro mazo, compondremos obras y las interpretaremos o venderemos, y también podremos pagarles a los compositores para que completen el Réquiem.

Cada acción tiene un coste que se paga con recursos. Tendremos monedas y puntos de relato; dentro de los puntos de relato tendremos puntos de talento, que presentan un perfil de Mozart, puntos de ruta, que presentan una rueda, y puntos de escritura musical, que presentan un tintero. Esos recursos nos permitirán desplazarnos por el tablero y realizar acciones.

Al comenzar la partida, una lograda pieza de madera roja, que muestra la figura de Mozart, se coloca sobre la ciudad de Salzburgo. A esa pieza se le suma la elegancia de las losetas y las cartas, que lucen unas ilustraciones de época bellísimas, sobre un fondo sepia. El arte superlativo del tablero y los componentes del juego se los debemos a Jared Blando y Enrique Corominas, quienes realizaron un diseño hermoso, de ambientación clásica, que enmarca deliciosamente la historia. El componente estético es, sin duda, uno de los grandes atractivos de este juego, que no introduce una mecánica innovadora, y aunque haya muchas cosas que explicar antes de jugar, tampoco tiene un desarrollo complicado. Indudablemente, quienes jueguen recibirán una alta dosis de motivación visual durante el desarrollo de la partida, que realzará la sensación de la experiencia. Ni les digo si ponen música de Mozart de fondo.

Armónico, caro, irresistible

El diseño del juego es creación de Gerard de Ascensi y Ferran Renalias. Fue publicado por primera vez en 2022 por Devir en una versión multilenguaje (español, catalán, italiano, portugués e inglés).

Ese mismo año le pedí con urgencia a una amiga que me lo trajera de Buenos Aires, y hasta hoy me reprocha el peso del juego en su valija y las penurias que pasó por culpa de mi pedido. Así que si deciden salir a buscarlo, sepan que se trata de una caja exigente para una mochila y su respectiva espalda, pero que vale la pena el uso y la contemplación de un objeto tan hermoso. Armado en mesa, el juego ocupa bastante espacio, pero es un despliegue de arte y armonía.

Lacrimosa permite partidas de uno a cuatro participantes, con una edad mínima de 14 años y una duración aproximada de 90 minutos. Eso dice el reglamento. A mí jugarlo me lleva un poco más. Y si a la duración le sumamos el tiempo de explicación, creo que está bien hablar de invertir un par de horas para las primeras partidas.

Disfruto mucho de enseñar y de jugar este juego, disfruto de armarlo, de cada uno de los elementos que lo componen y de su dinámica sencilla y fluida. Es tan lindo que me cuesta desarmarlo y meterlo en la caja. El único detalle que no está del todo bien resuelto es la falta de compartimentos en la caja para guardar separados los diferentes mazos de cartas y losetas, por lo cual recomiendo conservar todas las bolsitas, e incluso conseguir algunas más, o bien fabricar compartimentos propios. Incluso existen los llamados “insertos”, que son bloques compartimentados, especialmente fabricados para cada juego, que, justamente, se insertan dentro de la caja y ayudan a mantener el orden.

Me hago cargo de estar recomendando un juego para nada económico, ya que su precio ronda los 6.190 pesos, pero si lo cuidamos, es un juego para toda la vida y, definitivamente, es hermoso. Además, nunca se sabe, quizás aparezca un mecenas que nos ayude a comprarlo.

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