En el Hollywood de las propiedades intelectuales, de los universos compartidos y de las franquicias manejadas en comité, un agente secreto de la inteligencia británica seguía bajo el control creativo de un número relativamente pequeño de personas. James Bond quedó a la merced de un calvo con intenciones de conquista global, pero no se trata de Ernst Stavro Blofeld, sino de Jeff Bezos.
Las adaptaciones cinematográficas del personaje creado por Ian Fleming siempre estuvieron en manos de Eon Productions, la compañía fundada por Albert R. Broccoli y Harry Saltzman en 1961, que desde el año siguiente estrenó 25 películas “oficiales” del espía con licencia para matar. Las décadas pasaron y actualmente el control de Eon (y de Bond) lo tienen Barbara Broccoli y Michael G. Wilson, hija e hijastro de Albert, respectivamente.
Esa marca personal incluía una serie de reglas, como por ejemplo que el personaje tenía que ser interpretado por un actor de ascendencia británica o de la Mancomunidad de Naciones, además de ciertos detalles, como las tradicionales “chicas Bond” y la violencia con la menor cantidad de sangre posible. Sin mencionar que sus aventuras siempre transcurrieron en la gran pantalla.
Mientras tanto, en 2022 la empresa Amazon adquirió los estudios MGM por 8.500 millones de dólares. Eso incluía su vasto catálogo de más de 4.000 películas, y desde entonces mantuvo los derechos de distribución de todos los films oficiales de James Bond. Pero por estos días su poder sobre el personaje aumentó considerablemente.
El 20 de febrero Wilson y Broccoli anunciaron una asociación con Amazon MGM Studios que los transforma en copropietarios de la propiedad intelectual conocida como 007. Además, y esto es lo más importante, los dos ejecutivos darán un paso al costado y el control creativo quedará en manos del estudio.
“Con una carrera que lleva casi 60 años, me retiro de la producción de los films de James Bond para concentrarme en proyectos artísticos y benéficos”, dijo Wilson en el comunicado oficial. “Barbara y yo estamos de acuerdo en que es hora de que nuestro socio de confianza lleve a James Bond al futuro”. Barbara Broccoli agregó: “Tuve el honor de trabajar con cuatro de los tremendamente talentosos actores que interpretaron a 007 y con miles de artistas maravillosos dentro de la industria. Con la conclusión de Sin tiempo para morir y el retiro de Michael de las películas siento que es hora de enfocarme en mis otros proyectos”.
Que el férreo control de dos ejecutivos sea sustituido por un conglomerado del entretenimiento disparó las alarmas. En la era de los spin-offs y las precuelas, y con el dueño de una plataforma de streaming tomando las riendas, muchas personas temen que se pierda el carácter de evento que tenía cada nuevo paso de Bond por el cine y en su lugar se ordeñe el universo del personaje por la sola razón de generar contenido. Por otro lado, sería la oportunidad de hacer cambios más grandes en la franquicia, pero ¿hasta dónde se puede llegar sin que se transforme en una película genérica de espías?
Poco ayudó a la discusión un mensaje del mismísimo director ejecutivo de Amazon, Jeff Bezos, quien en la red social que siempre llamaré Twitter escribió: “¿A quién elegirías como el próximo James Bond?”. Del trabajo en secreto de Wilson y Broccoli a la consulta popular (no vinculante) del calvo de Amazon hay una distancia considerable. La respuesta irónica más repetida en las redes era la de designar a Ryan Reynolds como nuevo agente al servicio secreto de su majestad.
Claro que la búsqueda del actor (actriz sería mucho hasta para Amazon) continúa, y las especulaciones se mezclan con los corredores británicos, que son capaces de recibir dinero por cualquier apuesta y tienen experiencia en eso de jugar a adivinar un protagonista, ya que desde hace décadas pagan a quien adivine la persona que encabezará la longeva serie de fantasía Doctor Who.
Uno imagina que elegirán a alguien con la juventud suficiente como para permanecer en el cargo durante al menos una década, lo que descartaría a Idris Elba, eterno favorito de los internautas. En este momento los que pagan menos (es decir, los que se consideran con más chances de heredar el rol) son James Norton, de la serie Happy Valley, Aaron Taylor-Johnson, que hace poquito fue Kraven el Cazador, de Marvel, y Harris Dickinson, de El triángulo de la tristeza.
El papel de Bond
Con una repercusión mucho menor, James Bond sigue existiendo como personaje literario. Sin ir más lejos, en mayo de 2023 se publicó la novela original Al servicio secreto de su majestad, título que en inglés funciona mejor porque por primera vez no se refiere a una reina sino a un rey: la trama tiene al agente secreto desbaratando un atentado el día de la coronación de Carlos III como monarca de Reino Unido.