¿Cuándo decidieron ser directores técnicos?
Méndez: Me sentía jugador, pensaba solo en eso sobre el final de la carrera, viendo una perspectiva para el futuro.
Broli: Yo lo decidí y me empecé a preparar tres años antes de retirarme. Empecé a dirigir en la Liga Universitaria cuando jugué mi último año en Miramar.
¿Hay un momento en que se empieza a leer el juego de otra forma?
M: Cuando vas agarrando experiencia empezar a ver el juego de otra forma, a ser, como se dice, técnico adentro de la cancha.
B: La táctica se trabaja mucho más en el fútbol de hoy, las metodologías de entrenamiento tienen mucho más táctica que en nuestra época. Antes al técnico en la semana lo veías el día de fútbol y poco más. O en la pelota quieta, capaz. Hoy está todo más vinculado y la táctica se empieza a trabajar desde el primer día de la semana.
¿Siguen técnicos como referentes?
M: Estoy viendo fútbol todo el tiempo. Y claro, digo, quiero que mis equipos jueguen de esta manera o que hagan determinada cosa, pero no sé si me quedo con uno. Sí algunas cosas que veo trato de copiar o llevarlo a la realidad que tengo en mi club.
B: A mí me cuesta hasta leer un libro de la biografía de [Pep] Guardiola. Lo tuyo es lo tuyo. Donde quieras ser Guardiola o quieras ser Mourinho, vas a fallar. Tenés que ser vos. Sí adaptar jugadas, detalles, pero no ser como alguien.
¿Y periodistas que hablen de fútbol?
M: Los que son exjugadores tienen otra visión. No desautorizo al periodista que no jugó, pero lo ven distinto, tienen otros conceptos, se ubican más en lo que puede ser la jugada o el partido en sí. Además tienen la capacidad para decirlo.
B: Lo que yo busco es material para el análisis. [Juan Pablo] Varsky te muestra con imágenes, por ejemplo. Pero cuando el periodismo se torna en discusiones no te agrega nada. Cuando te muestran los por qué o las variantes tácticas, te nutrís, el crecimiento va con la información.
¿Se acuerdan de técnicos que hayan tenido a quienes recuerden por la visión de juego?
M: Vas absorbiendo cosas malas y cosas buenas. El último que tuve que me explicaba, me hacía jugar de determinada manera y que nos hacía sentir cómodos fue Alfredo Arias. Brindaba conceptos claros, y yo también ya estaba más grande.
¿Es tan importante la pelota quieta como se dijo en el Mundial?
M: Siempre fue importante, es un herramienta más. Podés sufrir si no la trabajás y podés sacar ventajas si la trabajás bien. No podés depender de un córner para intentar hacer un gol, pero se trabaja.
¿Ustedes participaban de las pelotas quietas cuando jugaban? ¿se acuerdan de algún gol que hayan hecho?
M: Todos trabajan las pelotas quietas. Algunos más, otros menos, tanto para defender como para atacar. Me acuerdo de uno, un tiro libre frontal, me cortinaban y la pelota iba al segundo palo. Yo tenía que bajarla adentro, el gol lo hizo [Richard] Mercado. Justo salió medio confuso porque se había marcado otra jugada y salió esa. Con Carreño también tuve una racha que hice algunos goles. [Matías] Quagliotti peinaba en el primer palo y yo cerraba por el segundo.
B: Con Rampla en cancha de River. Una cortina, también, y gano en el punto penal, la pelota iba ahí. Era una pelota de costado y me cortinaban para que yo aparezca en el punto penal.
M: Nosotros definimos el ascenso, el partido con Central en una jugada de tiro libre de costado.
B: Sabíamos que Central ponía uno solo al rebote, entonces pusimos dos. Se hizo el movimiento, uno barrió y el otro quedó solo. Depende también dónde juegues. Acá [en el estadio Abraham Paladino], de aquel córner no puede patear un zurdo. Otras veces es lo mismo pero al revés, del córner de allá no puede ir un derecho porque no tiene lugar. [Juan Román] Riquelme no se quejaba en la Bombonera porque no vino a jugar acá. A veces cuando hay charcos los zagueros no se pueden pasar la pelota entre ellos, en el mundo eso no existe, Guardiola no le va a decir a los zagueros que tengan cuidado con el charco. El fútbol nuestro tiene esas particularidades que hay que tenerlas en cuenta porque te definen un partido.
¿Como formaría un equipo ideal?
M: Por lo general arrancamos jugando 4-2-3-1, después por características de los jugadores pasamos a formar 4-4-2; ahora el Apertura arrancamos 4-3-3 y volvimos al 4-2-3-1. Va más en los jugadores que en la formación.
B: Lo importante es que los que juegan por las bandas sean profundos, no tener que poner un enganche por fuera, por ejemplo. A partir de tener amplitud y hacer la cancha ancha, tener la pelota se hace mucho más fácil. Cuando se agrupan todos en el medio es más fácil que te presionen, se acortan los espacios.
¿Hay alguna variante que utilicen siempre?
M: No hay nada preestablecido, es según el juego, según el partido. Nosotros el partido con Peñarol, en el Intermedio, terminamos jugando con línea de cinco y nunca lo habíamos hecho. Pero lo pedía el partido, el medio no existía, era pelotazos largos, a los volantes les quedaba largo para presionar, Peñarol tenía a los zagueros de nueve.
¿Qué importancia tiene el capitán?
B: Lo que nosotros pensamos es que, más allá del que esté con la cinta, son los referentes dentro del plantel y los que llevan el grupo. Nosotros nos encontramos con buena gente en ese sentido. Los momentos difíciles adentro de la cancha los resuelven ellos.
¿La táctica hay que refrescarla toda la semana?
M: Por lo general sí. Es importante. Es constante.
B: Desde el rondo ya aparecen principios tácticos. O en un reducido con determinadas reglas que te haga ver las opciones.
M: Los cambios de orientación, por ejemplo. Si recupero de un lado tengo que atacar por el otro, no saltear zonas, el zaguero no puede jugar con el extremo, por ejemplo. Éste lo inventó el Chelo: atacar los espacios por fuera, jugar mano a mano con el rival. Descargar y atacar al espacio, si un zaguero sale conduciendo un volante se tiene que meter.
B: A lo analítico no le escapamos, es importante para fijar ideas.
El método
“Nosotros trabajamos con dos programas, uno para editar, que es el que trabaja la selección. Te das cuenta de pila de cosas, individuales y colectivas. No es para exponer al jugador, sino para crecer desde la autocrítica. El tema de los espacios. A veces recibís la pelota y parece que no tenés espacios y cuando lo ves en el video te das cuenta. Ahí se genera un intercambio porque somos un cuerpo técnico abierto. Mirá por ejemplo acá [muestra en el video]: el zaguero hace la cobertura larga, pero el lateral no se mete en la posición del zaguero; en ésta otra jugada saltan dos jugadores a cabecear la misma pelota. Y acá, por ejemplo, la dividimos adelante cuando tenemos para jugar con el lateral. No pasa nada pero puede pasar. Si no se lo mostrás puede pasar que no se den cuenta. También le muestro las cosas buenas que se generan, no es mucho rato, son unos minutos porque la atención se dispersa. El otro programa trabaja como una base de datos [ProCloud11]. La licencia la tenía el Indio Líber Vespa. Tenés para registrar cuerpos técnicos, jugadores de todos los equipos. Los árbitros, los estadios. Tu equipo, los datos personales de cada uno, los minutos que jugaron, los goles, las tarjetas; si estudia o si trabaja, los horarios. No lo hago porque me lo pidan, pero lo hago igual y entrego los informes, o los invito a que vean acá. Por ejemplo: alguien te pregunta por qué no juega tal y vos podés explicarle los entrenamientos que tuvo en el mes, cómo fueron, cómo estuvo y cómo viene, incluso en competición, cómo anduvo en los partidos. También hay un área de tareas, ahí vas sumando ejercicios al programa para tener variantes. Tengo una base de datos de todos los entrenamientos, los calentamientos, todo. A la hora de planificar podemos ver nosotros lo que venimos haciendo y lo que nos hace falta.
La semana
Si jugás el sábado liberamos el domingo, el lunes los que jugaron regeneran y los que jugaron poco o no jugaron hacemos un amistoso. El martes manejamos las cargas según cómo vengan, laburo neuromuscular (coordinación, intermitente, saltabilidad) y definiciones o laburo defensivo, como este, que se lo robamos a [Jurgen] Klopp. Es un trabajo de línea para la línea de cuatro defensiva y la de volantes. Los volantes tocan entre ellos, no pueden saltearse y siempre a dos toques, y, según quién reciba, el defensor que corresponda hace el quiebre y los otros se cierran atrás; la idea de los volantes es que filtren la pelota entre la línea. Una vez que se filtra, la pelota deriva a uno de los costados, entonces se labura el retroceso de la línea y la referencia en el área.
El que anda bien para inventar ejercicios es Broli. Este, por ejemplo, era de una forma en el ejercicio madre, pero nos sobraban jugadores, entonces marcamos el contramovimiento y la pared: sale el 1 juega con el 1, el 2 controla perfilado y toma la decisión, también de acuerdo a los espacios que den los que marcan (3,4, y 5). Siempre laburamos el contramovimiento.
Éste, por ejemplo, se lo robamos a [Diego] Simeone: es un hexágono, tres versus tres con tres apoyo adentros intercalados. Al principio cuando recuperaban la pelota se acercaban al apoyo para sumar cantidad de toques, pero si en vez de pegarte te desmarcas para los lados del hexágono y no para los vértices donde ya hay gente, queda un rondo de seis versus tres.
El miércoles es el día de fútbol, con calentamiento de pases y laburo de fundamentos. A la hora de armar el entrenamiento hay cosas que tenes que tener en cuenta, como por ejemplo el tiempo que demorás en hacer el entrenamiento. Tratás de no tener tiempos muertos. Si utilizamos dos canchas, dos espacios reducidos, y siempre nos cambiamos de un lado, donde también está el agua, y no cambiás el agua de lugar, perdés diez minutos pasando de cancha a cancha. El jueves circuito de pase y definiciones. Si en las definiciones se la picás al arquero, el día del partido hace lo mismo, porque si cerrás los ojos y le fundís el pecho al arquero no te sirvió para nada la definición que laburamos. Y el viernes es el día de recreativo, fútbol tenis, o cinco o seis juegos como pegarle al travesaño, la mente se descansa y se genera otro clima, a veces lo hacemos competitivo, depende. Siempre está bueno jugar por algo. Con el Chelo convivimos hace más de quince años, somos familias amigas aparte del trabajo. Ganamos o perdemos y hacemos un asado, terminamos hablando de fútbol siempre. No concentramos pero es parecido. Por más que uno figure como técnico porque uno tiene que figurar, nosotros somos los dos. Desde las inferiores de Fénix que empecé a darle una mano hasta que agarramos éste desafío de tener veinticinco muchachos mirándote que te están midiendo desde el arranque.
Desde la línea técnica
Si fuera tan fácil todos lo harían: jugar al fútbol y elegirlo como profesión, primero adentro de la cancha, después desde la línea de cal. Los tres millones de técnicos que somos, cuando apoyamos la humanidad en el cemento de un estadio o en el sillón de casa, se parece más a la pasión que a la verdad. Por eso en Garra decidimos hacer un recorrido por las verdades -no siempre absolutas- de quienes viven de la mentada profesión de directores técnicos, quienes conducen la magia de las jugadas en el pienso diario de un campeonato.