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Matías De Gouveia, de Welcome, y Leandro Taboada, de Nacional, anoche, en el Palacio Peñarol.

Foto: Andrés Cuenca

Bolso adentro

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Nacional venció a Welcome y pasó a semifinales de la Liga Uruguaya de Básquetbol.

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Qué decisivo fue el mejor jugador de la temporada. El estadounidense Anthony Danridge, determinante en un equipo que tiene más laburantes que estrellas, ayer la rompió para darle a Nacional un histórico pase a semifinales de la Liga Uruguaya de Básquetbol (LUB). Ayudado por un buen juego colectivo, sobre todo en la defensa, Danridge fue clave en la ofensiva tricolor: metió 21 puntos y fue el goleador de su equipo. Pero más allá de la cantidad –siempre importante en básquetbol–, lo trascendente fue cuándo los puso: en los momentos en que las papas quemaban.

Nacional ganó 70-68 y su pasaje a las semifinales. Lo espera Aguada. El jueves darán comienzo a una serie al mejor de cinco partidos para meterse en la final uruguaya.

El primer cuarto fue parejo: 19-11. Nacional empezó mejor, pero entre Esteban Batista y Keyron Sheard hicieron un parcial de 10-0 a favor de Welcome y dieron vuelta el asunto. La receta fue tan simple como efectiva: doble, marcar a Danridge, cargar en ambas pinturas y jugar transiciones rápidas. Eso se sumó a la efectividad de Sheard desde el triple cuando el tricolor marcó en zona: el yanqui tiró tres y metió los tres. La perlita de esos diez minutos fue una corrida de cancha a cancha de Batista, que terminó en hundida del pivot.

Dos minutos y poco del segundo cuarto le bastaron al tricolor para descontar la diferencia y empatar el juego en 19. Nacional se cerró mejor atrás, ya no dejó jugar libremente a Batista, Sheard no encontró el aro y Welcome entró en el descontrol de tirar sin mucho criterio. Además, Javier Espíndola le dio descanso a Shawn Glover, situación que fue aprovechada por Danridge al atacar el aro. Entre él y la larga distancia de Santiago Moglia, Nacional fue estirando poco a poco el margen. Llegó a ganar por ocho –35-27– y terminó cinco arriba: 37-32.

Se preveía. Había que verlo para creerlo, pero era demasiado evidente que habiendo visto el primer tiempo –y, si se quiere, extendiendo la mirada a toda la serie– se podía presumir que los últimos 20 minutos de la serie serían parejísimos. Dicho y hecho: Welcome descontó rápido y durante todo el tercer cuarto ambos equipos intercambiaron gol por gol.

La figura destacada en la ofensiva tricolor siguió siendo Danridge, aunque es justo decir que Callistus Eziukwu, que no brilla pero rinde, llevaba 12 puntos hasta ahí. El extranjero aprovechó los claros para su mano a mano, y la metió (casi) siempre. Welcome tuvo un poco más de juego colectivo. Usó bien cada posesión de pelota, la movió hasta que los sistemas dejaran hombres en buena posición para tirar; así vinieron los puntos. Iban a terminar ajustados, pero Mateo Sarni metió un triple justo cuando sonaba la chicharra y el partido cerró con Nacional arriba 57-53.

La gran falla de la W en el último cuarto fue la batistadependencia, tanto en defensa como en ataque. Lo que no hizo él no pudo hacerlo el resto o le costó un montón. Nacional supo explotar esa dificultad: lo atacó hasta sacarlo por quinta cuando quedaban menos de dos minutos, y así, con dobles justos y haciéndose amigo del tiempo, logró cimentar la gran victoria.

Hoy se sabrá cuál es el último clasificado a las semifinales de la LUB. A las 21.15 jugarán en el Palacio Peñarol Malvín y Hebraica y Macabi. El que gane empezará el viernes la llave al mejor de cinco con Defensor Sporting, ya clasificado tras imponerse 3-1 en la serie con Goes.

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