Gran victoria de Progreso. El equipo de Marcelo Méndez, que ya no es sorpresa, que mantuvo un equipo y un estilo de plantarse en la cancha que nació en la B el año pasado y se reafirmó en la A en esta temporada, jugó un partidazo. Con esta victoria los gauchos siguen poniendo plata en el banco, en la carrera por salvarse del descenso, y la vista comienza a estar más alta, porque la posibilidad de meterse en una copa internacional no estará tan lejos si sigue por este camino. Fue 4-3 por la reacción aurinegra en los últimos minutos del partido, pero bien pudo haber sido una goleada histórica. “A veces uno no gana los puntos pero gana respeto”, había dicho hace unos días el entrenador de Progreso. El sábado esa consigna se confirmó: por los puntos, por el respeto y por el juego.
Al observar los primeros minutos del encuentro no cabía pensar que el trámite sería como se dio. De pique, a los tres minutos, Peñarol puso el 1-0 con un gol del Yesquero Cristian Palacios, el futbolista con mejor promedio de gol por partido del fútbol uruguayo. Esta vez, el nacido en Belén fue titular y no falló. Con ese gol Peñarol manejó las acciones durante un rato y tuvo una chance de hacer el segundo después de un tiro libre de Fabián Estoyanoff, pero todo fue diferente a partir de que Progreso consiguió el empate. Danilo Asconeguy puso el 1-1 con un remate de media distancia; desde entonces los de La Teja fueron amplios dominadores del juego. Del buen juego.
Con jugadas de ataque perfectas y con la demostración de algunas falencias defensivas de Peñarol, Progreso logró seguir de largo y no sólo marcó el segundo, sino que llegarían dos anotaciones más. Primero, Gonzalo Montes hizo un golazo; después, Ignacio Lemmo definió muy bien en el área chica tras una gran jugada. Ya en el segundo tiempo, Alexander Rosso convirtió un gol que fue precedido de una jugada maravillosa del zaguero Steve Makuka. 4-1 y fiesta en La Teja y en el Prado. Con ese contundente marcador Progreso siguió adelante, y no consiguió más goles de asco: por alguna imprecisión en la definición o por alguna atajada de Kevin Dawson.
La defensa y el mediocampo de Peñarol hicieron agua durante toda la tarde. Los de Leonardo Ramos lograron descontar a base de impulsos personales y jugadas un poco entreveradas. Rodrigo Rojo puso el 2-4 y Asconeguy, en contra, el 3-4. Y como los goles dan impulso y la hinchada empuja y la jerarquía de algunos jugadores como Estoyanoff y Cristian Cebolla Rodríguez tiran del carro, Peñarol soñó con un empate que nunca llegó.
La alegría va por barrios y los puntos fueron para La Teja. Progreso terminó muy bien el Apertura y arrancó bárbaro el Intermedio. Peñarol tiene una semana que será fundamental para el futuro del año: el jueves jugará con The Strongest y, cuando termine el día, sabrá si sigue en pie su sueño de pasar a los octavos de final de la Libertadores o si debe conformarse con jugar la Sudamericana.