Los octavos de final se cerrarán con un partidazo, al menos en la previa. Será a las 15.00 en Moscú entre Colombia e Inglaterra, primero y segundo en sus respectivos grupos.
La mala noticia para los cafeteros es el estado físico de James Rodríguez. El 10 no llegó bien al Mundial, apenas ha podido jugar con normalidad y, para colmo de males, en el último partido con Senegal debió ser sustituido en el primer tiempo porque tuvo la misma lesión que Edinson Cavani. De todas formas, José Pékerman dijo ayer que esperará “hasta el último segundo” al jugador de Bayern Munich.
Lo bueno de lo malo en Colombia es que Juan Fernando Quintero, el de River Plate argentino, fue importante para su equipo cada vez que sustituyó a James. No es el mismo jugador, eso está claro, pero trata de hacer la misma tarea: jugar como segunda punta, oficiar de enganche entre mediocampo y ofensiva, además de encargarse de la pelota quieta.
Si bien fue segunda en su grupo, la selección de Inglaterra tiene mucho poderío, más allá de que perdiera el primer puesto en el mano a mano con Bélgica (llena de suplentes).
El mejor de los ingleses es su capitán, Harry Kane, y es el goleador del Mundial con 5 tantos. Está picante el de Tottenham Hotspur, bien asistido por el piberío que lo rodea: Jesse Lingard y Raheem Sterling, dos rápidos que tienen como vocación jugar en vertical. Como juega con línea de tres defensiva, también es interesante el trabajo que hacen los carrileros Kieran Trippier –otro buen player del Tottenham– y Ashley Young –delantero devenido casi lateral–.
A la cancha, señores.