El sábado más de 60 personas se reunieron en Montevideo para analizar actualidad y futuro de la práctica del fútbol de las niñas, el semillero del fútbol juvenil y mayor femenino que llevan adelante la Asociación Uruguaya de Fútbol y la Organización del Fútbol de Interior en sus categorías femeninas.
En el auditorio Pedro Figari, ubicado en Salto entre Durazno y Maldonado, el Primer Encuentro de Ligas y Clubes de Niñas se desarrolló entre las 9.00 y las 17.30, con muy buena presencia de gente del interior del país.
La Organización Nacional de Fútbol Infantil (ONFI), que creó el 23 de abril de 2005 su Departamento de Niñas y, en estos días, tiene en marcha su 14ª temporada, encontró muy positivo reunir a representantes de clubes y ligas –dirigentes y orientadores técnicos– para analizar caminos de superación de la actividad de las niñas.
Ocurre que la mayoría de la población todavía concibe el fútbol como una actividad más que nada masculina y existen familias –padres y madres– que, ante la solicitud de sus hijas pequeñas de jugar fútbol, tienen como primera reacción hacerlas desistir de ello planteándoles alternativas de diverso tipo, que, obviamente, no estarían en contradicción con el deseo expresado.
Esa expresión machista también existe en dirigentes del fútbol infantil. Algunas ligas no han considerado esa posibilidad, y si la liga la admite, hay clubes que no lo hacen. Cuando los clubes admiten niñas, suele suceder que orientadores técnicos, en concreto de algunas categorías –en Montevideo son nueve, desde los cinco a 13 años–, deciden por sí y ante sí que no admitirán niñas en el equipo que orientan.
La ONFI admite, propone e impulsa la admisión de las niñas en dos formas: pueden jugar en la modalidad mixta –ya no más “de varones”– o en la modalidad estrictamente de niñas, en la que compite un equipo de niñas con otro de igual condición.
Líneas de acción
En el encuentro se promocionó una dirección de trabajo que propugne que las 63 ligas que tiene la ONFI programen actividades –torneos, jornadas, etcétera– con la participación de niñas. Se apuntó a promover torneos en las categorías sub 13 y sub 11 en el comienzo y agregar progresivamente la categoría sub 9, para seguir bajando a las mismas edades en que juegan los varones.
En la actualidad, son diez las ligas que tienen torneos internos de niñas. Eso sucede en las ligas de Bella Unión, Salto, Paysandú, Trinidad, Rodó, Regional del Sur de Canelones (Las Piedras, La Paz, Progreso, etcétera), Barros Blancos y las montevideanas La Teja, Capurro, AUFI y Paso Molino. De todas formas, hay equipos formales de niñas en 17 departamentos. Sólo faltan en Río Negro y Rivera, aunque en ambos lugares hay esbozos. Sin embargo, hay fútbol de niñas en las nueve zonas en que la ONFI organiza el territorio nacional.
El ascenso del número de clubes y niñas es constante año a año. A finales de 2015 había 102 equipos; a finales de 2016, 120, y a finales de 2017, 195. En dos años casi se duplicó la cantidad de clubes y en estos días se superó las 3.500 niñas, que juegan en tres categorías: sub 13, sub 11 y sub 9.
Te lo declaro
Al final del encuentro, al mismo tiempo que los asistentes discutieron en tres grupos distintas propuestas –unas dirigidas a enriquecer futuras acciones, otras a considerar iniciativas de formación de dirigentes y orientadores técnicos, y otras a potenciar en las niñas el trabajo en lo técnico y lo social–, se aprobó un proyecto de declaración final. Allí se “reafirmó el compromiso de planificar y llevar adelante, entre todos los actores, competiciones y jornadas, continuas y permanentes, en todo el país, día a día, mes a mes, año a año, como lo viene haciendo el Departamento de Niñas de la Organización Nacional de Fútbol Infantil (ONFI) desde el año 2005”.
También se reivindicó “el derecho de las niñas a poder disfrutar plenamente de un deporte colectivo muy atrayente como es el fútbol”, visualizando “lo que nos muestra la práctica de partido a partido, de jornada a jornada: la niña disfruta de la misma forma que los varones al hacer una buena jugada, un pase acertado, un quite o una atajada salvadora, ni que hablar de un gol. Las niñas lo pasan muy bien jugando fútbol. Una niña que juega fútbol no es “rara”, es auténtica, desarrolla una actividad con la que disfruta y lo hace en forma compartida”.
Al final, en el documento, resaltaron que “las selecciones celestes femeninas sub 17 –e incluso la sub 20 y la Mayor– se integran, en más del 95 %, con jugadoras que actuaron previamente en el fútbol infantil uruguayo” y desean “una exitosa Copa del Mundo Femenina 2018 FIFA-Uruguay, que será un gran aporte a la difusión de la actividad, ofreciendo el aporte a su desarrollo y felicitando a quienes la han impulsado”.