La pareja de zagueros centrales es una combinación de Real Madrid (Raphaël Varane) y Barcelona (Samuel Umtiti), la línea de volantes tendría jugadores principales de Manchester United (Paul Pogba), Chelsea (N’Golo Kanté) y Bayern Munich (Corentin Tolisso). Los atacantes se lucen y son goleadores en Paris Saint-Germain (Kylian Mbappé), Atlético Madrid (Antoine Griezmann) y en Chelsea (Olivier Giroud). Esa es una manera realista y promocional de ver a la Francia que se opondrá hoy a Uruguay para dirimir qué equipo seguirá hasta el final de la Copa del Mundo y cuál abandonará con honores –y mucho dolor– el torneo más importante del fútbol mundial. Será un partidazo, porque enfrente estará un Uruguay crecido en cuatro partidos ganados. Ser semifinalistas es el objetivo.
En realidad, los franceses no han apabullado en los partidos de la copa rusa. Su campaña se compone de tres victorias por diferencia mínima: la última frente a Argentina 4-3 y las dos primeras, 2-1 sobre Australia en el debut y 1-0 a Perú en la segunda presentación, lo que le permitió clasificar a octavos de final anticipadamente –igual que Uruguay– y se tomó el lujo de alinear una formación con mayoría de suplentes en el último partido del grupo C, el que igualaron 0-0 con Dinamarca, tanteador con el que Francia clasificó primero con 7 puntos y Dinamarca aseguró su pasaje de fase con 5. Ambos hicieron muy poco por la victoria en ese encuentro y disimularon mal.
Hizo una primera parte de la Copa Mundial efectiva pero sin brillos resaltables, salvo el picnic que se hizo con Argentina Mbappé (con el 10 en su numeración), la joven estrella de 19 años en busca de su consagración.
Partido a partido
El entrenador Didier Deschamps –el ex crack y capitán de la selección francesa campeona del mundo en su país en 1998, entre varios méritos añadidos, y a cargo del equipo nacional desde mediados de 2012– ha ordenado a su equipo, alternado un esquema inicial de 4-3-3 con otro que esboza un 4-2-3-1.
En el debut se inclinó por la primera de estas opciones. Allí dejó a Giroud (9) en el banco y apostó a tres delanteros con más movilidad. Después –desde el minuto 70 de este primer partido y en los tres restantes disputados– el hombre de Chelsea asumió como punta de área clásico y pasó a ser inamovible. Es un tipo corpulento que mide 1.92 y juega en poco espacio, pero es peligroso y de presencia preocupante en la zona caliente. Será tomado por José María Giménez o Diego Godín si es que Deschamps sigue confiando en él, supuesto que no es seguro.
La zona que ha sido ocupada siempre por los mismos hombres –salvo en el partido descartable con Dinamarca– ha sido la de la última defensa. Actuó Hugo Lloris (1) en el arco, con su sobriedad y la carga de 100 partidos internacionales en sus manos a los 31 años y jugando en el Tottenham inglés. La línea final tuvo, en el lateral derecho, a Benjamin Pavard (2), el del golazo ante los argentinos, aquel remate cruzado de afuera del área que puso el partido 2-2 abriendo la fase de los tres tantos seguidos en sólo 11 minutos, que completó Mbappé con los otros dos tantos para llevar el tanteador a un 4-2 demoledor hasta que Sergio Agüero lo redujo al 4-3 ya en minutos adicionados. Los dos centrales fueron los “españoles” Varane (4), no del todo confiable, y el barcelonista Umtiti (5) de origen camerunés –nació en Yaundé en 1993–, un jugador de mucha regularidad y solvencia. Completa esa línea defensiva de cuatro el lateral izquierdo Lucas Hernández (21), compañero de Godín y Josema en el Aleti.
En esa ocasión –recordar que era el primer partido, el que se prepara con mucho tiempo– Deschamps confió en Tolisso (12), joven jugador, 23 años, de Bayern Munich, para jugar en la línea de tres volantes por el lado derecho. Este dato importa porque, aunque Tolisso después perdió la titularidad con Blaise Matuidi, hay que recordar que este último hoy no podrá jugar, al estar suspendido por haber recibido dos tarjetas amarillas. Eso puede abrirle las puertas de la titularidad nuevamente.
Completaron la zona media de contención y creación Kanté (13) voluntarioso metepata que es acompañado por el elegante Pogba (6), quien sabe brillar asiduamente.
Los tres delanteros fueron, de derecha a izquierda, Ousmane Dembelé (11), el joven de Barcelona nacido en 1997, que luego fue tenido poco en cuenta; en el centro de ese ataque estuvo el casi uruguayo Griezmann (7), compañerazo de la zaga central uruguaya en su club, mientras Kylian Mbappé (10) jugó en ese partido tirado, predominantemente, hacia la izquierda.
Otros movimientos posibles
En el encuentro con los peruanos el esquema se arrimó al 4-2-3-1. Kanté y Pogba se encargaron de la contención y quedaron como enlaces Mbappé –esta vez volcado a la derecha – Griezmann y Matuidi, con la aparición de Olivier Giroud en la punta. El hombre de mate en mano siempre revoloteó cerca de Giroud, haciendo ver su movilidad y picardía.
En el último encuentro, el de octavos de final, frente al equipo de Jorge Sampaoli, Francia se plantó nuevamente con un 4-3-3 casi clásico con Matuidi integrado a la izquierda de Pogba y Kanté. Otro dato: ese partido fue el único en el que Pogba se ubicó a la derecha de Kanté. En la delantera estuvieron Mbappé, Griezmann y Giroud, arrancando, los dos primeros, pocos metros más atrás.
Uruguay no le dará espacios a Mbappé, aunque son muchos los “nenes” a cuidar, los que surgen de este relato, y eso lo sabe hacer el equipo de Tabárez. El desarrollo de la mentada y muy entrenada virtud de limitar al rival se pondrá hoy en juego ante una formación muy respetable, que podría ser integrada con Lloris; Pavard, Varane, Umtiti y Hernández; Tolisso, Kanté y Pogba; Mbappé, Griezmann y Giroud.
Otros jugadores con posibilidades de aparecer –por ejemplo, si no entrara con Giroud, que no ha rendido lo suficiente, o con Tolisso– serían el volante Thomas Lemar (8) o el delantero Nabil Fekir (18); difícilmente Dembelé.