Pamela González debió cruzar parte del océano Atlántico con sus compañeras del Málaga tras vencer al Femarguín de Las Palmas, en Gran Canaria. El equipo isleño no resistió el empuje de las malagueñas que, con un 2 a 0, voltearon el último escollo que tuvieron en el duro torneo de la Segunda División Femenina de España. La divisional de ascenso española tuvo en la temporada 2017-2018 nada menos que 111 clubes organizados en siete grupos. El Málaga ganó uno de los dos ascensos a la Primera División, conocida como Liga Femenina Iberdrola, por el nombre de la compañía líder del sector energético.
Pamela volvió de Islas Canarias loca de alegría. En su tercera liga y con 22 años lograba un objetivo muy importante: pasar a competir entre los 16 privilegiados clubes de la categoría superior.
Nacida en Paysandú el 28 de setiembre de 1995, se fue de Uruguay en agosto del 2015 junto a Yamila Badell, la delantera montevideana que en la pasada temporada volvió al fútbol ibérico defendiendo al Tacón, equipo de Madrid con el que disputó una fase similar a la del Málaga, pero con resultado ajustado e inverso no logrando el ascenso.
Antes de irse, Pamela jugó media temporada en Nacional anotando 13 goles en nueve partidos desde su posición de mediocampista. Antes fue campeona uruguaya con Colón en 2013 y 2014 convirtiendo 58 goles en 54 partidos.
Más atrás jugó con varones en el fútbol infantil montevideano en el Mauá en 2006 y 2007 con el padre como entrenador y, ya con la familia de vuelta en Paysandú, lo hizo en el fútbol de niñas de la Organización Nacional del Fútbol Infantil (ONFI) en el Nuevo Paysandú, pasando luego, ya en fase juvenil, por el San Miguel sanducero.
El ascenso visto por Pamela
“Todavía, a varias semanas de haberlo logrado, no somos lo suficientemente conscientes de lo obtenido; ganar cuatro partidos de cuatro en una fase final de ascenso, no es algo que imaginábamos. Le pusimos un broche de oro a la temporada y estamos muy satisfechas por eso, pero creo que todavía no caímos en la realidad de lo conseguido. Cuando comencemos el duro campeonato de Primera División ahí seremos más realistas y asumiremos ese compromiso mayor con todas las ganas. En lo personal me siento bien físicamente, no estoy aportando mucho en lo ofensivo que es lo que me gusta, porque el equipo necesita mi sacrificio defensivo desde la posición de contención en zona de volantes. Hay partidos que Málaga necesita soltarse más y ahí puedo acercarme a las delanteras. Nos dirige Marco Antonio Contreras. Y a todas nos exige por igual. Es un profesional que entrenó varios clubes importantes como, por ejemplo, el Arsenal y el Atlético Madrid. Él tiene mucha experiencia y conoce mucho al fútbol femenino. Le gusta trabajar mucho la táctica y siempre nos exige que estemos muy concentradas”.
La preparación del Málaga ya está en marcha y en setiembre comienza la Liga Femenina Iberdrola, la de Primera División. Allí estará Pamela González, la uruguaya malagueña.
Con la celeste
En abril, la malagueña González volvió a su país para hacer unos pocos entrenamientos con la selección mayor uruguaya previos al comienzo de la Copa América que se disputó en Chile, en el caso uruguayo en la ciudad de La Serena. Allí debutaron con Colombia y fueron goleadas 7-0 en el debut –duro golpe- tras haber quedado en inferioridad numérica al finalizar el primer tiempo 0-4.
Fue, junto con la golera Sofía Olivera, la jugadora que estuvo presente en los cuatro partidos disputados jugando todo el tiempo y en la misma posición. Ella actuó en el doble cinco de la contención.
“Los resultados cosechados en la Copa América, demostraron que nos falta trabajo, los procesos deberían ser más continuos, que estemos más tiempo juntas, es lo que intentamos hace tiempo tanto Ariel (Longo, el entrenador) como las jugadoras. Esto nos llevaría a tener un grupo sólido, para que cuando llegue un evento como la Copa América, no lo padezcamos en lo físico”, dijo Pamela.
De ese golpe inicial, la selección salió con un empate 1-1 con Perú, y dos derrotas finales por mínima, 1-0 con Chile y 2-1 ante Paraguay.
“Esperaba mejores resultados. El partido con Colombia, tantos goles, hizo que anímicamente nos tocara, hicimos el duelo y al otro día pasamos a pensar en el partido siguiente. La copa no te da margen de lamentarte tanto tiempo, había que pensar en lo que se venía. Después Uruguay ante Perú y Chile mostró otra cara. La preparación la hemos realizado en el campeonato mismo, hemos ido de menos a más. Pero lo que te decía anteriormente, para mejorar, deberíamos tener procesos más largos, con más partidos internacionales, que es lo que comprueba dónde estás parado. De que te sirve jugar contra equipos locales y ganas 7-0, eso a nivel de selección no sirve”, sostiene.
Allá y aquí
Dice Pamela que “en todos lados hay un poco de machismo. En España ahora se le empezó a dar más importancia al deporte femenino En el fútbol los clubes le dan más apoyo a la mujer, y realmente se observan los avances. Yo siempre recuerdo mi recorrido futbolístico. Desde mi paso inicial en Montevideo cuando niña, mi continuidad en Paysandú donde San Miguel fue muy importante y mi pasaje por un exitoso Colón en el fútbol de la AUF y el pasaje último por Nacional. Todo eso lo valoro. A los 19 años me fui para España y no estoy arrepentida. Al estar allá, sigo mucho la liga local uruguaya, estoy muy enganchada. En la rama femenina, en particular en Uruguay hay un buen potencial de chicas y mujeres que juegan al fútbol”.
Hay que mirar más allá. Por eso Pamela, hoy ya en la mayor de Uruguay, mira y sabe lo que hace la selección sub 17 que se prepara para el Mundial de Uruguay en noviembre: “Estoy muy al tanto de lo que pasa con la sub 17 y la Copa del Mundo que se viene. No tengo dudas que realizarán un gran papel. Al país lo beneficiarán y, fundamentalmente, a todas las jugadoras uruguayas. Tenemos que tratar de nutrirnos y aprovecharnos de este acontecimiento. Será fantástico para nosotras a nivel de selección”.