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Foto: Ramiro Alonso

Todo lo que fue de lo que será

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Redacción al margen | Deportistas y causas sociales.

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El tiempo es testarudo y se empeña en correr. El tiempo es testarudo, se empeña en correr y a las cuchillas las oxida. Sería imposible sobrellevar muchas historias si el tiempo, de la mano de la memoria, no fuese amortiguando los palos. Aunque no sea cierto que el tiempo lo cura todo, sí crea vendajes invisibles. La memoria es la conciencia, también. Y si alguna vez la perdemos por completo no sabremos si fue un privilegio capaz de rememorar momentos y vivencias, o si se trató de fugaces amarguras.

La fe es, factiblemente, la confianza o creencia en algo o en alguien. También es un concepto, un método en sí mismo, muchas veces asociado a las religiones. Pero, dejando de lado las estructuras acotadas de las definiciones, se podría ir más lejos y decir que la fe es un mecanismo para la existencia, porque proporciona caminos hacia la esperanza y, sobre todo, porque mantiene las ilusiones como expectantes. No importa si usamos la racional, la moral, la espiritual o la ciega. La fe es un puntal necesario para sobrellevar los momentos de dolor, de adversidad, de ausencia. La fe es una botella en el mar. Al final de cuentas, en algo hay que creer.

Con el paso del tiempo, el deporte se ha convertido en muchas cosas. Hay un relato grande y notorio que está basado en la moneda, que exige productividad sin parar y que genera consumismo como si fuera sinónimo de oro. Un relato capitalista, en suma, porque el deporte no escapa a esa evolución de la cultura y las sociedades. Si se mira rápido esa foto, parece que por un lado están los millonarios que juegan a escribir sus autobiografías y por otro los que aceptan el juego y sus reglas como pueden.

No obstante, como tenemos derecho a mutar las dudosas verdades, al menos desde el pensamiento crítico, y agregándole mucha fe al paso del tiempo, se puede destacar que desde el deporte también se genera una especie de relación, de vínculo entre quienes lo practican y quienes sólo lo siguen, relación que también salpica a quienes (dicen) nada tienen que ver con él. Por muchas de estas cosas el deporte es un campo esencial en la vida de las personas y las sociedades.

En tiempos en los que las ideas no están prohibidas, hay quienes deciden no callar ni consentir, trabajadores y trabajadoras que mantienen la esperanza de cambiar el rumbo de la historia como cada vez que se paran en la cancha, desafiantes, dando campanadas, con voces que se hacen escuchar más allá de la muralla. Por más alta que sean las paredes, la enredadera trepará. En el deporte siempre han habido, individual o colectivamente, quienes salten o rompan los muros, quienes vayan en contra de lo preestablecido. En la mayoría de esos casos sentimos que la emoción de ellos también es nuestra, de quienes creemos que honrar la vida no es sólo permanecer y transcurrir. Hombres y mujeres que, aun sin la certeza de que el resultado fuera bueno, formularon un compromiso con la esperanza de incidir en el futuro. Hablo de los y las deportistas1 que se sumaron a decirle no a la reforma constitucional que, final y democráticamente, no salió en las pasadas elecciones.

El tiempo, eso que llamamos fe, el deporte y lo que se hace con él. “Fiero este mirar a la puerta / y no verle, no verle la salida, / pero hay que salir, ¡coraje!, / porque afuera está la vida”, decía Eduardo Darnauchans. Yo los vi: basquetbolistas y futbolistas parados sobre la muralla que divide todo lo que fue de lo que será. Eso es ganar.


  1. Javier Méndez, Richard Pellejero, Florencia Thomasina, Juan Silva Cerón, Stefanie Salazar, Valeria Colman, Constanza Fernández, Camila Pertusso, Tamara Pires, Florencia Bado, Fabián Yantorno, Sofía Olivera, Ademar Martínez, Hernán Figueredo, Pablo Silva, Julián Lalinde, Gustavo Alles, Sebastián Gorga, Álvaro Aschieri, Gonzalo Salgueiro, Diego Ferreira, Emiliano Albín, Gerardo y Gabriel Alcoba, Bruno Téliz, Fabricio Cetraro, Joaquín Noy, Ernesto Goñi, Federico Pérez, Lucero Morandi, Santiago Morandi, Sabina Bello, Camila Perotta, Joaquín Pereira, Álvaro Fernández, Luis Maldonado, Pablo Castro, el equipo de fútbol femenino de Universidad de la República, Josefina Rivera, Nicolás Delgado, Mateo Suárez, Bruno Terra, Marcos Cabot, Florencia Somma, Sofía Guerra, Guzmán Pereira, Jorge Franco, Gustavo Aprile, Darío Ferreira, Martín Siri, Ángelo Paleso, Martín Barlocco, Pablo Pires, Lucia Schiavo, Nicolás Vigneri, Ignacio San Martín, Álvaro Pereira, Pablo Pereira y Jonathan Souza Motta. 

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