Impresionante fue el inicio del partido. Antes del minuto Nacional, en su primer ataque, forzó un córner, y desde ahí vino el gol, porque el de Empalme Olmos, Matías Viña, conectó un terrible cabezazo para de arranque nomás poner a los tricolores 1-0. Arrancar así, en un partido donde ganar lo era todo, aflojó por completo cualquier tensión a futuro por la ausencia del gol y liberó las posibilidades ofensivas del equipo tricolor.
Sin embargo, los nervios esta vez sí llegaron, cuando a los 15 minutos en la segunda llegada de Rampla Juniors, Rodrigo Piñeiro tras una gran habilitación de Mathías Saavedra venció a Luis Mejía y puso el empate 1-1. Fueron apenas 3 minutos de nervios, porque casi de inmediato, en otro centro que llegó al área chica, Gonzalo Bergessio anticipó a toda la zaga y cabeceó contra el caño derecho para anotar el segundo gol tricolor en el partido. Fue un tiro libre muy bien ejecutado por Barrientos, ayer titular, que tuvo apariciones, precisas, exquisitas, y fue trascendente en la creación.
La segunda parte comenzó con esa inquietud natural que puede albergar cualquier equipo necesitado de un triunfo y que lleva apenas un gol más que el rival. Rampla, con la tranquilidad de que jugaba por jugar, siguió mostrando buenas condiciones y aptitudes para el fútbol de ataque, lo que no dejaba de representar una inquietud para Nacional.
Uno atrás de otro
Una gran trepada de Juan Ángel Albín, pared con Piñeiro, remate del salteño, Mejía dio rebote y Matías Saavedra sólo en el área puso el empate 2-2 cuando iban 21 del segundo tiempo. No me podrían creer si no lo supieran. Movió Nacional y en el primer ataque un centro pasado al segundo palo de Barrientos encontró a Santiago Rodríguez cabeceando bombeado sobre el segundo palo para poner el 3-2. Pero mucho menos me creerán cuando sacó Rampla, trepó el libertense Santiago Gáspari, le gustó para sacudir la zurda, rebotó en Laborda y se convirtió en el tercer gol picapiedra, a los 24 minutos del segundo tiempo.
Nacional fue un torbellino después del último empate de Rampla y buscó de todas maneras posibles -hasta modificando sus hombres- dando ingreso a Seba Fernández y Gabriel Neves. Tuvo el cuarto Matías Zunino cuando después de que la pelota rebotara en el travesaño Fernández lo asistió hacia atrás de manera perfecta, pero el canario definió de zurda y la pelota se fue afuera. Pero estaba Seba, sí, el de la eterna sonrisa, el del esfuerzo, el de los sueños, y a los 35 minutos, con un gol soñado, colocó el 4-3. El gol vino de un córner ejecutado por Barrientos. Fernández se movió como distraído al primer palo, puso el taquito de pura calidad y la mando esquinada a las redes.
La locura. La locura Nacional.