“Emoción”. “Tristeza”. “Nos hacen falta a todos”. “Respeto”. “Dolor”. “Muchas ganas de saber qué fue lo que pasó”. “Una amargura inmensa”. “Bronca”. “Injusticia”. “La necesidad de seguir buscando”. “Sentí que abrazaba a mi hermano, a mi hermana, a mi padre”. Las voces recorren las imágenes como puntadas en el pecho y se van sumando, una a una, en la consigna de mantener viva la memoria de los desaparecidos por la dictadura uruguaya. Son 196 los retratos, los abrazos contra el olvido.
Referentes sociales, culturales, activistas, periodistas y deportistas recorrieron el camino de Imágenes del Silencio, el proyecto fotográfico que llevaron adelante Soledad Acuña, Annabella Balduvino, Elena Boffetta, Ricardo Gómez, Federico Panizza y Pablo Porciúncula, y que contó con el apoyo de la organización Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos. El martes, en la previa de la 25ª Marcha del Silencio –que esta vez será virtual, pero también en las calles y en los muros–, se terminó el recorrido fotográfico (que se puede seguir a través de Instagram, Twitter y Facebook), pero la búsqueda continúa. Así será siempre.
Son memoria, son presente
Imágenes del Silencio vio la luz el 2 de noviembre de 2019, y seis días después el ciclo lo comenzó el entrenador de la selección uruguaya de fútbol, Óscar Washington Tabárez, quien sostuvo con sus brazos al ceramista y estudiante de Arquitectura Juan Pablo Recagno Ibarburu, desaparecido en Buenos Aires el 2 de octubre de 1976. Una de las fundadoras de la organización Madres y Familiares de Desaparecidos fue su madre, Luz Ibarburu. Dice el fotoperiodista Pablo Porciúncula que la idea fue tener “referentes de todos los sectores de la sociedad, y el deporte es parte de la sociedad uruguaya; era sustantivo incluirlo. Claramente el fútbol es la primera referencia, y por eso arrancamos con Tabárez, pero no queríamos dejar afuera a los otros deportes”, agrega.
Al Maestro Tabárez lo sucedieron los futbolistas Sebastián Fernández, Santiago Bigote López y Richard Pellejero –quien colgó los botines hace unos meses–; la futbolista Valeria Colman; el ex futbolista y escritor Daniel Baldi; la basquetbolista Sabina Bello; el basquetbolista Federico Bavosi y el ex basquetbolista y escritor Horacio Tato López; el entrenador de básquetbol Javier Espíndola; la árbitra de fútbol y abogada Claudia Umpiérrez; el judoka Ignacio Tempone; el comunicador y surfista Juancho de Posadas; el rugbista Alejandro Nieto y la boxeadora Chris Namús.
Con el puño levantado
“Lo empecé a vivir cuando me invitaron a participar del proyecto. Estaba muy ilusionada de poder aportar un granito de arena a la causa. Cuando me dieron la foto de Beatriz [Anglet de León] empecé a sentir la oscuridad de la situación. Ella tenía 24 años y, como yo, era estudiante de Medicina. Me contaron su historia, su trabajo en una fábrica de juguetes y el momento en que se la llevaron. Se te juntan todas las emociones: tristeza, dolor, angustia, miedo. ¿Cómo lo habrá vivido? ¿Cómo lo vivió su familia? Hay que tenerlo presente, no se puede olvidar”, contó Chris Namús. Alejandro Nieto, otro de los participantes, dijo que “el abrazo al cartel es un momento que me movió muchas emociones. No abrazás el cartel [con la foto de Juan Ángel Cendán], abrazás toda una situación, y querés hacerlo un poco más fuerte. Sentís que estás protegiendo algo, colaborando con algo que todos buscamos”. El mundialista con Los Teros considera que la búsqueda de los desaparecidos “no debería tener banderas políticas” y que “los deportistas podrían pronunciarse de manera más enfática”.
Al respecto, el judoka Ignacio Tempone –quien abrazó el retrato del cañero y obrero metalúrgico Ary Severo Barreto– fue un poco más allá: “Las señales vendrían por el lado del compromiso y del convencimiento. Además, que el deportista pueda expresarlo libremente sin tener repercusiones negativas. Yo estoy seguro de que las publicidades que los deportistas hacen por Unicef, por ejemplo –como las que realizan los deportistas de alto calibre a nivel mundial–, están bien vistas. Si salís con los desaparecidos, dependiendo el partido político que esté en el gobierno, es cómo te van a ver”. Para Tempone, además, participar de Imágenes del Silencio “fue una experiencia que no va a ser igualada con otra en mi vida, me temblaban las piernas”.
Todos somos familiares
“Todos nos sentimos familiares. Haber estado ahí, poder contribuir es algo que me llena de orgullo y emoción. Haber sostenido ese cartel fue un momento fuerte e imposible de olvidar”, contó el símbolo de Cerro, Richard Pellejero, quien sostuvo el retrato del obrero Juan Micheff Jara. Dice el Pelle que no cree que en el ámbito del deporte “los jugadores están un poco más comprometidos que los dirigentes, que no creo que no lo estén. Muchas veces los deportistas tenemos menos complicaciones al momento de exponernos”, cuenta el ex volante villero, y no se calla: “La señal que hay que dar es clara: comprometerse y apoyar la causa”.
La defensora de Nacional, Valeria Colman –abrazó la foto de la obrera Esther Gersberg Dreifus–, no la revolea a la tribuna y –cortita y al pie– dice que “en equipo sí se ve más lo de invitar a las marchas con carteles, pero en lo individual es más difícil. No sé si alguna vez salió un equipo de los más importantes acá con carteles convocando a las marchas o dando un mensaje”. Colman no generaliza, pero considera que dentro del deporte se “empatiza poco con los temas sociales”. Para muestra basta un botón –y no de los que calzan botas militares–: en las últimas horas el zaguero de River Plate, Sebastián Gorga, presentó en su cuenta de Instagram “Nunca más”, canción de su autoría en apoyo a los familiares de detenidos desaparecidos; también en el ambiente futbolero, Mathías Riquero –que sabe de revoluciones–, subió a su cuenta de Twitter una versión de “Visitas”, de Rubén Olivera, interpretada junto a uno de sus hermanos en la guitarra: Pablo.
Porciúncula contó que la sesión con Valeria Colman fue una de las más lindas porque fue una de las más jóvenes en ser fotografiada: “Fue lindo descubrir que esto se sigue trasladando de generación en generación”. Además, contó que Valeria y Nacho Tempone fueron los deportistas que participaron en la pegatina de retratos llevada adelante en algunos barrios de Montevideo. Dijo de Colman: “Una gurisa súper tímida. Cómo sostuvo el cartel fue muy lindo”. Para cerrar, dijo que “las sesiones fueron todas lindas; por lo que hablás, por lo emotivo, es impresionante: todos están muy comprometidos”.
Al final, el polaco Ryszard Kapuściński no estaba tan alejado de la verdad cuando hablaba de su profesión, sobre el “buen periodismo”, el cinismo y aquello de ponerse en el lugar del otro. Traslade este pensamiento, usted, señora, señor, al deporte y a los deportistas: la bondad constituye una virtud profesional.