En Venezuela, Nacional derrotó 3–1 a Estudiantes de Mérida, mantuvo el puntaje perfecto en el grupo F y se transformó en el primero –a falta de 6 puntos por disputar– en meterse en los octavos de final de la Copa Libertadores. Los goles de Nacional los hicieron Thiago Vecino en dos oportunidades y el debutante Renzo Orihuela, mientras que el de Estudiantes lo marcó Ronaldo Rivas. Ahora el elenco tricolor tendrá dos partidos más en el Parque Central, ante Racing de Avellaneda y frente a Alianza Lima, para cerrar la fase como primero y tener la ventaja de enfrentar a un segundo para definir como local.
Moda juvenil
Sin ser una ráfaga, sin pasarlo por arriba y hasta sufriendo bastante en defensiva, a Nacional se le hizo llevadero el primer tiempo que esta oncena inédita, rica en proyección y en aptitudes pero absolutamente desafinada como colectivo, terminó consiguiendo la victoria.
Lo saldó con victoria 2–1 en acciones bien distintas: la que marcó la apertura del tanteador y del partido para los uruguayos fue apenas a los 6 minutos, cuando en una rápida evolución a tres pases culminó en el gol inicial de Vecino. Fue un pase preciso de Felipe Gedoz, muy bien aprovechado por el floridense Brian Ocampo, que utilizó su velocidad para llegar al fondo y mandar un pase que, sobre el segundo caño, pudo capitalizar el punta.
La segunda acción determinante en ese primer tiempo fue el gol del debutante Orihuela –cuya ficha ya pertenece al Manchester City–. La pelota le llegó en un rebote ofensivo: córner desde la izquierda ejecutado por Gedoz, cabezazo de Vecino que fue neutralizado a medias, y Orihuela cumplió el sueño del pibe: debut en la Libertadores y gol.
No se debería dejar de lado otra circunstancia que después sería anécdota. Es que al fin de esa mitad de partido los merideños hicieron un golazo. El 1-2 lo hizo uno de los Rivas, casi lo mismo que decir uno de los platinados, o uno de los venezolanos que juegan arriba. Fue un golazo con triangulación y desborde en profundidad que culminó Ronaldo Rivas.
Tiempo de cambios
En los vestuarios del Metropolitano se cambió el guion del partido. O por lo menos de los primeros minutos del segundo tiempo, donde los locales dominaron por completo el juego y estuvieron cerca, muy cerca del empate. Cuando peor lo estaba pasando Nacional, Gustavo Munúa decidió tres cambios, y a través de la situación de efecto y consecuencia encontró la tranquilidad que precisaba: Sebastián Fernández, uno de los ingresados, puso un imprevisible pase de gol para Joaquín Trasante, que cuando quedó frente al arquero Alejandro Araque fue fauleado en el área. El penal y gol fue de Thiago, el hijo del Carita Servando Vecino.
El 3-1 fue un resultado relajador y disparaba la temprana clasificación, así que el cuerpo técnico tricolor resolvió una nueva variante y una nueva experimentación: jugar con línea de 5 defensiva. El paraguayo Miguel Yaquet se plantó entre Orihuela y Mathías Laborda, y el mediocampista juvenil Santiago Cartagena dejó la cancha. Los venezolanos siguieron intentando y creando peligro, pero el guriserío tricolor tenía bien en claro que la excursión tenía un gran premio: clasificar anticipadamente, y entonces se sitiaron cerca de Mejía –e inclusive tuvieron resto como para lanzar un par de contragolpes interesantísimos–.
Un triunfo con múltiples lecturas, múltiples análisis, pero una sola conclusión: la clasificación anticipada.