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Déborah Rodríguez en su debut en la carrera de 800 metros en los Juegos Olímpicos de Tokio

Foto: Facundo Castro

Déborah Rodríguez recibió insultos racistas en el Campus, y debió terminar antes su entrenamiento

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Hinchas que se encontraban en la tribuna que da a la pista de atletismo la insultaron y lanzaron proyectiles.

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Leído por Andrés Alba.
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El clásico disputado en el Campus de Maldonado entre Nacional y Peñarol dejó mucho más que un resultado deportivo como saldo. A la situación desencadenada tras la detención de Nicolás Schiappacasse por portar un arma en un auto que transitaba por la ruta camino al estadio, se agrega otro triste suceso que se dio en el estadio mismo.

El complejo deportivo del Campus cuenta con una pista de atletismo detrás de la tribuna Este, Julio César Abbadie, que este miércoles ocupó la hinchada tricolor. En esa pista está realizando sus entrenamientos Déborah Rodríguez, la atleta uruguaya tres veces olímpica, múltiple campeona sudamericana y dos veces medallista panamericana.

En la previa del encuentro, la deportista se encontraba entrenando cuando recibió insultos de parte de hinchas apostados en la parte alta de la tribuna. Las agresiones se manifestaron primero en comentarios e insultos racistas, y haciendo referencia a la relación de parentesco con Ángel Rodríguez, exfutbolista de Peñarol -2016-2017- y hermano mellizo de Déborah.

Según declaraciones de la deportista a Fútbol.uy, muchos de los insultos que recibió, estuvieron precedidos por el calificativo “negra”. “Fui y les pregunté: soy negra, ¿y qué?”, contó Rodríguez. Además de insultos, en ese momento comenzaron a caer proyectiles, sobre todo botellas, lanzadas desde la tribuna hacia ella. Eso motivó la intervención de un efectivo de la Guardia Republicana que le aconsejó retirarse del lugar y la escoltó para su seguridad.

“Mucha gente te dice que mejor es callarse, pero si lo hago es defender a los que realizan estos insultos racistas y actos de discriminación”, remarcó la deportista al portal. “Muchos piensan que no hay racismo en Uruguay, que no existe, y eso es una mentira enorme, acá se discrimina”, agregó.

Contó que llegó a su casa con una gran angustia, llorando, y que su hermano Ángel la ayudó a recuperar la calma. Sobre los insultos que reciben a menudo los futbolistas, Déborah reflexionó: “Admirable la resistencia que tienen a soportar toda clase de afrentas”.

Además comentó a Fútbol.uy que cuenta la verdad porque le parece clave para lograr un cambio, y que no se callará cuando se enfrente a circunstancias como la relatada.

En un posteo en su cuenta de Instagram también contó que de parte de la hinchada recibió agresiones: “me gritan negra de mierda, insultan a mi madre, insultan a mi hermano. Mi hermano mellizo es jugador de fútbol, jugó en Peñarol. No me pregunten de qué cuadro soy, no soy ni de Peñarol ni de Nacional, de ninguno de los dos, y no estoy acá para hablar de fútbol, estoy acá para hablar de violencia. ¿A qué nivel llega la gente de violencia, a qué nivel llega la gente de insultar a alguien?”, se preguntó.

“Me resulta muy triste a lo que llega la sociedad, me resulta muy triste que agredan a un ser querido, simplemente por haber jugado en un equipo de fútbol”, dijo, y opinó: “no es a lo que llega el fútbol, es a lo que llega la sociedad, porque tristemente en el fútbol se ve reflejado lo que es la sociedad, porque la gente descarga todo lo peor de sí mismo en un deporte que nada tiene que ver”.

La atleta pidió parar con la violencia y tener empatía, y terminó: “Estoy contando mi historia, yo no me callo, yo cuento, y me parece que es hora de un cambio”.

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