Las jugadoras de la Selección Nacional Femenina de Fútbol de Estados Unidos (USWNT) discutían desde hacía seis años con los directivos sobre la inequidad entre el fútbol femenino y el masculino. Por medio de un colectivo encabezado por figuras como Alex Morgan y Megan Rapinoe, quien ha realizado constantes declaraciones públicas contra el entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y que es conocida además por hacer visible su lucha a favor de los derechos de las mujeres, de la comunidad LGBT y de las diversas minorías, buscaban tener las mismas condiciones laborales que los jugadores varones. Para ello llevaron a cabo diversas intervenciones durante el Mundial de 2019.
En esa instancia, la noruega Ada Hegerberg, Balón de Oro en 2018, decidió no participar en el torneo en reclamo por un real compromiso con la igualdad de género por parte de su federación. Argumentó que, aunque en los salarios las mujeres y los varones de las selecciones de Noruega están en igualdad de condiciones, en otros ámbitos de la práctica del fútbol no es así, y que las mujeres tienen un respaldo mucho menor.
Para formalizar sus reclamos, las jugadoras estadounidenses pidieron la igualdad salarial por medio de una demanda que iniciaron contra su federación el 8 de marzo de 2019, mientras se celebraba el Día Internacional de la Mujer. El reclamo por discriminación salarial fue firmado por 28 integrantes y presentado ante la Corte Federal de Los Ángeles. En el documento sostuvieron que “la USSF [Federación de Fútbol de Estados Unidos] no ha logrado promover la igualdad de género”.
“USSF, de hecho, ha admitido que paga a sus jugadoras menos que a sus jugadores y ha llegado a afirmar que las realidades del mercado son tales que las mujeres no merecen que se les pague igual que a los hombres”. La USSF admite tal discriminación de género intencional incluso en momentos en que las mujeres “obtuvieron más ganancias, jugaron más partidos, ganaron más partidos, ganaron más campeonatos y/o obtuvieron audiencias televisivas más altas”, redactaron en la demanda.
Cuatro meses después, las estadounidenses se consagraron campeonas mundiales, por cuarta vez en su historia, y aprovecharon la oportunidad para alzar su voz.
Esta semana se conoció la resolución de la Justicia. La USSF se comprometió a crear una tasa salarial igualitaria para las selecciones nacionales femeninas y masculinas “en todos los amistosos y torneos, incluida la Copa del Mundo”.
Otra de las promesas del acuerdo reside en el pago de salarios atrasados, compensaciones por la desigualdad salarial, entre otras, lo que suma 24 millones de dólares en pagos de US Soccer.
Dos de esos 24 millones de dólares corresponden a beneficios para las jugadoras de la USWNT que podrán utilizar luego de terminada su carrera, y a esfuerzos caritativos relacionados con el fútbol femenino. Cada jugadora podrá solicitar hasta 50.000 dólares de este fondo.
Tras esta resolución, la senadora Elizabeth Warren publicó en sus redes sociales: “Estamos en 2022 y las jugadoras no deberían tener que seguir luchando por la igualdad salarial, en la planta de producción, en la caja registradora o en la cancha de fútbol. Pero no obtienes aquello por lo que no luchas. Felicitaciones a Ripone y a todas las que emprendieron esta justa lucha”.
It’s 2022, and women shouldn’t have to keep fighting for equal pay—on the factory floor, at the checkout counter, or on the soccer field. But you don’t get what you don’t fight for. Congratulations to @mPinoe and all who took on this righteous fight! https://t.co/BaVS5SdN7x
— Elizabeth Warren (@ewarren) February 22, 2022