Atlético Goianiense derrotó a Nacional de visitante en el Parque Central 1-0 con un solitario gol de Luiz Fernando a los 22 minutos de juego, en el único ataque de los brasileños en todo el partido.
Fue un buen partido, en el que Nacional fue el absoluto dominador del juego, pero le hicieron un gol y los goianienses supieron defenderse cerrando los caminos al gol del empate. Las impresiones que dejó el partido no están acorde al resultado, porque los tricolores fueron superiores como expresión futbolística y esa es la esperanza para un partido de 180 minutos, que seguramente tenga a Luis Suárez con más protagonismo en la vuelta.
El ser, el devenir y el fútbol
La computadora en la falda, el celular como módem en la mano, las plantas de los championes en puntas de pie para sostener el escritorio humano en el sexto piso del córner. ¿Cómo voy a escribir? me pregunto 15 minutos antes de que todo empiece, como me lo he preguntado cientos de veces en decenas de estadios de cualquier parte. Es sólo un momento. En cuanto escucho la inconcebible armonía de 30.000 personas soplando un repertorio de distintas canciones, todo pasa, y todo se transforma en el cinco estrellas de los escritorios: el estado de noches de copa, lo que es ese entretejido de adhesiones que se hace bandera con un poquito de allá y otro poquito de acá, con filosofías de vida que desembocan en la cancha que baña las tribunas.
Ya no me importa dónde estoy ni cómo estoy trabajando, estoy en el fútbol y es una maravilla.
El ritmo del barrio
Paciente, activo y enérgico, así planteó el partido Nacional, y fue envolviendo a los goianienses, que se apoyaban en donde podían intentando en algún momento inventar algo. A los 15 llegó la primera de peligro de Nacional con un tiro libre de Cándido y espectacular atajada de Ronaldo, que también salvó en el rebote pero se lesionó y debió ser sustituido por Renan. Los dos arqueros terminaron siendo figuras.
Entre los tres minutos de atención médica y cambio, recomenzó el partido y, de la nada, centro desde la derecha de los brasileños, y tic, de cabeza contra el palo y a cobrar. El centro fue de Leo Pereira, el cabezazo de gol de Luiz Fernando, y el error defensivo de Leo Coelho y Leandro Lozano, que dejaron solo al delantero.
Desde ahí, a los 22 minutos, Nacional perdió la paciencia, pero no las ganas, y mandó pelotazos al área rival superpoblada de camisetas rojinegras. Nada pasó, aunque sí buenas atajadas de Renan, el arquero suplente.
Empezar de nuevo
El segundo tiempo empezó como si estuvieran 0-0, por el ritmo de Nacional, por la expectativa y emoción de esos miles que empujaron y empujaron con sus voces, sus saltos y sus ganas.
Lindo de ver. A los 60, un tiro libre de Cándido remachó el travesaño por primera vez en la noche. Nacional atacó y atacó, pero le costó el último paso, entrar al área con pelota dominada.
Pablo Repetto miró un poco la cancha y un poco al banco. Eran las 20.49 y el epicentro de la explosión de gritos fue en La Blanqueada: Suárez volvió a Nacional, volvió a la cancha y la gente lo supo: lo inimaginable apenas unas semanas atrás estaba sucediendo.
No tiene nada que ver con el partido, con este partido, pero qué será lo que sintió Suárez en ese momento; porque seguro hay un segundo, un nanosegundo, en que se te pasa toda la película, toda, y ya de nuevo estás ahí en la cancha con tu gente.
Nadie lo dice, pero todos lo sospechaban: una le iba a quedar en los 20 minutos que tuvo. Pero no, no le quedó, es terco el destino, aunque sí le quedó una al Colo Juan Ignacio Ramírez, el otro que reventó un pelotazo contra el caño que podría haber sido el 1-1 que nunca llegó.
Nada está cerrado, la revancha está a la vuelta de la esquina, y si Nacional ajusta algunas cosas tendrá posibilidades.