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Valentín Martins, de Lavalleja, el 25 de enero de 2023, en el Estadio Juan A. Lavalleja, en Minas.

Foto: Fernando Morán

Copa Nacional de Selecciones: Historias de pueblos que sueñan

7 minutos de lectura
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Se disputaron las semifinales del Este, Sur y Litoral.

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Tanteando la gloria: un último penal de Mayandher Lima, brasileño del chico Arroio Grande, fue el pincel final de una obra que lo trasciende todo en Vergara. El soplido emocionado de la historia para apuntalar la narrativa épica de un pueblo peleador, de 3.800 habitantes, forjó un trozo de su identidad, entre otras puntas, en oposición a su capital. Como tantos. Esa pica de siempre, y con acento.

El enclave arrocero del país, con gordas estructuras plantadas y pujantes al son de la ruta 8, se alteró en dos noches.

El sábado, la mejor Treinta y Tres en al menos 36 años (alcanzó la final del Este en 2022 tras 1986 y se reforzó con el profesional Jorge Graví) ganó en Vergara, 1-2. Pisó firme, con pesada pata de capital departamental, de superadora de todas -muchas- sus versiones anteriores.

Ahí, vecino del centro, el fútbol es cosa grande: diez clubes (con contribución de los aledaños Rincón de Ramírez, Dragón, La Charqueada y Arrozal 33) y una pasión insaciable que se palpa en los ojos de Vergarito, el presunto indio veterano, mascota de la blanca y negra, que encabezó con su lanza la fila de un puñado de gurises a la mano de los grandes ídolos y al compás de La Vergarense. Canta y guitarrea Marcelo Ledesma, un video muestra a una enajenada señora ofreciendo globos al cielo arrocero, estrellado, humeante por los chorizos.

El cuasi himno local referencia, además, a los más identitarios elementos locales. A la cabeza el Parao, arroyo cuyo nombre es derivado de la deformación por la lengua popular de “Parado”, que alude a lo calmo de las aguas. Al margen derecho y para sacar provecho de sus elementos, un veterano brasileño armó un pueblo que este 10 de marzo cumplirá 120 años.

José Fernandes Vergara, Juca, proyectó una comunidad a la que contribuyeron locales, italianos, brasileños, alemanes, españoles, portugueses. Nacido en Canguçu, llegó de grande y donde compró tierras las impulsó. Acabaría pobre. Registros de la época hacen oscilar las versiones de razones entre sacrificio por su pueblo homónimo y descalabros íntimos más negocios malogrados.

Los choznos de Juca, a un mes del aniversario redondo, se movieron a la capital en procura de la hazaña efectiva: tras comenzar perdiendo 0-1, padeciendo una expulsión de arranque, aunaron los sueños de pueblo, de banco chato en la plaza y chiveo en el Parao en dos cabezazos. César Núñez, Franco Castillo, el caliente aire épico, la sensación de poder y sacar pecho hacia la capital. Sólo el Campeonato del Interior, él solo.

Lima, uno de los varios brasileños de frontera que apuntalaron a Vergara, disparó gritos y lágrimas que ondeando se enfilaron, partieron en caravana y se insertaron en el pueblo a las dos de la mañana, con decenas de pletóricos locales que llegaron al jueves bailando La Vergarense, cantándola, turnando los brazos para abrazar, agitar, servir, tantear la cabeza incrédulos para mirar y decir: “Esto es divino”.

Como en 2019, las semifinales del Este las juega Vergara. “El pago de Serafín”, reza un comentario de Facebook (sitio por excelencia de las comunidades del interior) al pie del mensaje extra fútbol, de matriz histórica, del gobierno de Vergara: “El interior sí existe”.

Serafín J García escribió Tacuruses, uno de los libros orientales más vendidos de todos los tiempos. “Es difícil encontrar en la campaña uruguaya un rancho donde no exista una edición de Tacuruses manoseada, leída, tal vez lagrimeada”, contó César di Candia. García nació en Cañada Grande, bien cerquita. A los tres años se mudó a Vergara.

“Ya entonces empezaba a dolerme, corazón adentro, la tragedia del hombre del pueblo”, dijo y sintió el gran referente nacional de la literatura gauchesca, autor de poemas que pusieron en letras las tradiciones, vivencias y dramas del hombre de campo. Su legado está. Emerge en todas las caras de la identidad vergarense, la atraviesa entre el museo en su nombre y serafin.uy.

Está en la serie: en Minas, rival actual de su comarca, nació su padre, muerto a los 15 años del niño Serafín, quien entonces “comenzó a reflexionar acerca del hombre y su destino, impregnando su posterior producción literaria con estas reflexiones”, dice una biografía de la ANEP.

En la Copa, veraniega luz, la vida y el día de los pueblos se entrelazan, narran y ven su épica brotar, la ven expresa, exagerada en goles, gritos y llantos.

Las distintivas cornetas que pintan a Vergara como Johannesburgo o Pretoria esperan ahora por Lavalleja.

De frente y mano

Lavalleja y Vergara empataron en Minas. Fue 0-0, igual que en la semifinal de ida de 2019. Los serranos, a los tumbos pero ávidos tras sacar a Cerro Largo en Melo y dotados de gran experiencia, no pudieron vulnerar la fuerza de los del Parao, resistentes, imprecisos en el último pinchazo de sus bravos delanteros y usando de recurso de ataque los potentes saques laterales de su capitán, Luis de Ávila, distintivos en el Uruguay. Otra vez arroz, en serio: los tricolores cruzarán los silos por la ruta 8 para un escenario bien parecido al de hace cuatro años, aunque advertidos de la valía de la Vergara local. No cabrá un alma mientras retumben las cornetas, todo un pueblo vibrará en su abarrotada cancha.

En el Campus fernandino, Zona Oeste dio un inmenso paso al derrotar a Maldonado en el clásico departamental, 2-1. La Zona, la de Pan de Azúcar, Piriápolis, Las Flores, Kilómetro 110 y más, dio vuelta la historia con la brillantísima vuelta de Federico Ramos, creativo antes injustamente sancionado. Es gran candidata, ha hecho un genial torneo, planta cara ante la esperanza blanca de Maldonado, que no claudica y luchará, como toda la vida. En Pan de Azúcar la del miércoles será una férrea disputa entre adversarios de siempre. A estadio Abbadie lleno, incrustado en el parque Zorrilla a días del viejo festival del Dulce Corazón del Canto.

Cómo estar en todos lados

Ustedes saben, ustedes no saben, afirmaciones o negaciones que no se deberían usar para expresarse ante el gran público, pero entre los que saben, y los que no sabemos, debería expedirse la invitación a poseer el don de la ubicuidad, por lo menos el del gato de Schrödinger, pero si se puede estar en más de dos lados a la vez, mejor, para ser partícipes el miércoles de las revanchas de las semifinales del Sur, que seguramente van a estar espectaculares.

Los dos partidos de ida terminaron con una diferencia de 2-0, por lo que las vueltas, donde se conocerá el nombre de los finalistas, serán partidos para no perderse.

En Colonia del Sacramento, Florida de visitante consiguió una estupenda victoria ante Colonia. Los goles fueron en la primera parte, los anotaron el duraznense Kevin Lacuesta y Diego Torres. Aun así, uno de los tres Álvarez, que habitualmente alinean en el once albirrojo, el arquero, tuvo una noche destacadísima aguantando los ataques albiazules colonienses liderados por Diego Vela. Se trata del tercer partido consecutivo que Álvarez y su defensa mantienen el arco en cero, y si lo estirara a un partido más eso querrá decir que Florida sería por segunda vez consecutiva finalista del Sur. El partido revancha se juega este miércoles a las 21.30 en el Campeones Olímpicos de Florida. Si los locales ganan, empatan o pierden por un gol de diferencia, serán finalistas. Para que sea Colonia el finalista, debe ganar por tres tantos o hacerlo por dos y ganar la definición por penales.

El otro finalista saldrá de la revancha entre San José y Durazno. En la ida, jugando en el Landoni, Durazno, que viene atravesando instancias a tropezones, pero que es indudablemente un grande del interior, derrotó al vigente campeón del Sur y del Interior 2-0 con anotaciones en el segundo tiempo de Mauro Olivera y Matías Dinardi.

La revancha en el Casto Martínez Laguarda de San José será a las 21.30; como en todas las definiciones que no sean la final de OFI se ha determinado que sea por puntos, o por diferencia de goles, y si estuviesen empatados en ambos ítems, por penales.

Nada definido

El Litoral, también en etapa de definir sus finalistas, tuvo emocionantes idas de semifinales. En Bella Unión, los cañeros estuvieron cerca de la victoria después de los dos goles que tomaron de ventaja en el primer tiempo, pero en el complemento el linajudo Río Negro logró el empate 2-2 para definir el miércoles en el Liebigs de Fray Bentos. A propósito de despistados que han conocido en imágenes el Liebigs, por estos días vale hacerles saber que las hojas que caen en la zona del arco que no da al centro de la ciudad han caído en toda la historia del máximo escenario fraybentino, porque ese arco da a un bosque de eucaliptus.

Pero este partido se jugó en el Walter Martínez Cerruti de Bella Unión, y anotaron Mateo Ruiz Díaz y Nicolás Arbiza para Bella Unión, mientras que Héctor Iglesias y Ezequiel Cabral empataron para Río Negro.

La otra semifinal se jugó en el Juan Antonio Lavalleja de Young; el albirrojo local consiguió un importante triunfo 2-0 sobre Guichón. Un gol en cada tiempo, Sebastián Taffura en la primera parte y Daniel Curbelo anotaron para los younguenses, que el miércoles definirán en Guichón cuál de los dos representativos es finalista del primer torneo de selecciones del interior, el Litoral, creado por el sanducero Alberto Blás Langon en 1922.

Otra cosa

El Litoral Norte, donde juegan cinco selecciones a dos vueltas todos contra todos, tuvo un cambio después de la extraordinaria victoria que consiguió Salto en Tacuarembó al ganarle por 3-1 a los locales. Los salteños aún no desplazaron a los tacuaremboenses de la punta de la tabla pero pasaron a ser el equipo con menos puntos en contra. Salto iba ganando 3-0 con goles de Junior Rodríguez, Agustín Suárez y Richard Toriani, y a falta de cinco minutos para el final descontó de penal Luis Ney Pintado.

En el otro partido, en el Matías González de Artigas, artiguenses y riverenses empataron 2-2. Parecía que se lo llevaría Rivera, que ganaba 2-0 con goles de Carlos Lima y Fabricio Ferreira, pero en los últimos 15 lo empató Artigas con un doblete de Cristian Fagúndez.

Ahora la tabla tiene a Tacuarembó con 6 partidos jugados y 12 puntos, Salto tiene 10 puntos en 5 partidos jugados, Rivera también está con 10 puntos pero en 6 partidos jugados, Paysandú, al borde de la eliminación, tiene 5 puntos en 5 jugados, y Artigas, ya fuera de competencia, sumó dos empates en 6 partidos jugados.

El miércoles es noche de clásicos: el del Litoral, entre Paysandú y Salto, en el estadio Artigas a las 22.00, y el del Norte entre Rivera y Tacuarembó en el Paiva Olivera también a las 22.00.

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