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Pablo Ferrari (archivo, diciembre de 2021).

Foto: Alessandro Maradei

Pablo Ferrari, candidato a la presidencia de la AUF: “Si me eligen presidente, van a ver que voy a ser una persona imparcial”

10 minutos de lectura
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El exsubsecretario nacional del Deporte explica su plan de gobierno y su perspectiva sobre las polémicas de las elecciones del jueves.

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El exsubsecretario nacional del Deporte, Pablo Ferrari, fue propuesto a dos días del plazo de presentación de candidatos para las elecciones de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) que se realizarán el jueves. El otro candidato será Ignacio Alonso, actual presidente de la AUF, que va por la reelección.

Ferrari fue propuesto por Carlos Ham, expresidente de Wanderers y actual delegado de su equipo en la AUF, y cuenta con el apoyo de Cerro, Cerro Largo, Danubio, Defensor Sporting, Fénix, Liverpool, Peñarol, River Plate y Wanderers, además de un bloque de equipos de Segunda División.

¿De dónde surge la intención de postularte como presidente de la AUF?

Sorpresivamente el miércoles 25 de enero a última hora recibí muchísimos mensajes y llamadas de clubes históricos del fútbol profesional uruguayo. Representaban a la gran mayoría de la hinchada de Uruguay. Fue a la vez sorpresa y halago. Les pedí que no continuáramos con la conversación hasta que no hiciera las consultas del caso y las llamadas pertinentes.

Luego de eso empecé a escuchar su propuesta, que era traer a alguien de afuera, no contaminado, con experiencia en el deporte, con gestión política y gestión deportiva. Y veían en mí una persona que podía traer paz política y unir al fútbol uruguayo.

Lo primero que me dijeron era que yo no los iba a representar, sino que en realidad ellos me proponían para que yo después gobernara para todo el fútbol uruguayo y zurcir esta grieta que existe.

Tomar esta resolución implicaba decisiones porque tenías un cargo dentro de la Secretaría Nacional del Deporte.

Sí, es una de las decisiones más importantes de mi vida, pero no es la primera, yo siempre tuve desafíos importantes que me llevaron a tomar decisiones importantes. Me pasó cuando tuve que aceptar el cargo máximo en el Ministerio de Deporte y Juventud con 33 años. También en 2012, cuando Marcelo Calandra, presidente en este momento de la Unión de Rugby del Uruguay, entendió que teníamos que zurcir la grieta política que había entre los dirigentes, los jugadores y los técnicos para armar un plan estratégico con paz política. Y así fue que desde 2012 hasta 2020 participé todos esos años como directivo y en los últimos dos años como presidente. Fui parte de un equipo que hizo la transformación del estadio Charrúa y vinieron los resultados deportivos, con tres clasificaciones directas al Mundial del seleccionado uruguayo.

¿Qué puntos en común hay entre aquella complicada interna del rugby con la que ahora se presenta en la AUF?

En otra escala, porque son deportes diferentes, pero hay similitudes. Por ejemplo, la paz política no existía, las divisiones y la tensión de la cuerda hacía imposible trabajar con tranquilidad ni gestionar con eficacia; y eso es igual que en la AUF.

La última etapa de la Unión de Rugby tuvo muchísimos ingresos, manejamos un presupuesto de cuatro millones de dólares, hubo que negociar contratos de televisión, de derechos de imagen de los jugadores, contratos con los jugadores. Lo bueno es que hoy el rugby está saneado políticamente. En el fútbol tenemos que encontrar paz que nos permita trabajar, sentar a todos en una mesa y que el presidente de la AUF no cuide a unos pocos, sino que cuide a todos. Esa es mi intención.

Tenés intenciones de mejorar la gestión de la AUF, ¿en qué puntos clave se basaría tu mandato?

Se asienta en conceptos clave como la equidad y la justicia. Hoy hay un nuevo mapa de poder, porque antes tenían mucho más poder los clubes profesionales. Eso cambió y es en el único país de América que ocurre que haya muchos grupos de interés, tantos que son iguales o superan en votos a los clubes históricos. A todos ellos les pido que defiendan sus intereses, porque es justo que lo hagan, pero también que velen por la equidad y justicia de todo el sistema. Si lo único que hacemos es tensar la piola entre lo que quiere cada uno, al final de todo pasa lo que pasa hoy, que hay una grieta y no hay avances en muchas cosas en que se podría avanzar si todos pensáramos en el mismo sentido.

¿Cuál es tu posición respecto a los derechos televisivos y el negocio con Tenfield u otras empresas?

Corro con una ventaja respecto al otro candidato: no tengo ningún prejuicio, ni preconcepto ni respondo a ningún grupo de interés. Yo no respondo ni a la empresa Tenfield, ni a los jugadores ni a ninguna empresa exógena que pueda presentarse en algún momento. Lo que quiero es la paz política, y el día que me vaya, a los cuatro años, porque pienso irme a los cuatro años y no quedarme en el poder, es ser recordado como el que trajo paz política. Quiero que durante mi mandato se me recuerde porque en mi ciclo se realizó el mejor contrato de televisión en la historia del fútbol uruguayo.

El último antecedente de una persona que pasó del ámbito político a buscar la representación en la presidencia de la AUF fue Óscar Curuchet, y luego de no ser electo frente a Ignacio Alonso en 2019 mermó su participación política. ¿Evaluaste los riesgos de la candidatura y lo que puede pasar después en tus funciones políticas?

Tuve muy pocas horas para ponderar toda la situación, pero el desafío me interesó y obviamente que uno cuando asume un camino sabe que puede haber cosas que luego no sean como le gustaría. Pero la vida está llena de desafíos, este es el desafío más importante y lo asumo aun sabiendo que puede haber algún riesgo. No lo creo porque si me vinieron a buscar, es por mi trayectoria de 25 años como dirigente deportivo y más de 12 como dirigente político, y siempre con la misma conducta, con la misma ética de unir, de no fomentar grietas. Si me eligen presidente, van a ver que voy a ser una persona imparcial y voy a hacer lo mejor por el futuro uruguayo.

Hay un nuevo mapa de votos y voluntades de los clubes por el cambio en el estatuto, ¿cómo evaluás el panorama electoral?

Corro con una desventaja, tengo muchos menos días que el otro candidato que está en el poder desde hace siete años. Recordemos que fue tesorero de la época de Wilmar Valdés, todos sabemos cómo terminó el tema con él. Yo voy a hacer todo lo posible en estos días que faltan para tratar de convencer a la mayor cantidad de grupos de interés y sectores que tienen voz y voto. Encontré en todas las entrevistas que he tenido mucho abandono, personas y sectores que no fueron oídos. Toda decisión que yo tomé va a ser en consulta con el Comité Ejecutivo, con los compañeros del equipo, pero también con las personas involucradas. Por lo menos hay que tener la transparencia de tomar las decisiones de una manera consultiva, no tomar las decisiones y que los involucrados se enteren por terceros o en la prensa. Hay que zurcir mucha cosa que no se ha hecho y se ha perdido mucho tiempo, entonces creo que un cambio hace bien y creo ser la persona correcta para llevarlo a cabo.

En los últimos días hubo varias polémicas, ¿qué opinión te merecen?

Están pasando cosas gravísimas. A mí me han pasado chicanas, me han quitado al jefe de prensa que yo tenía los primeros tres días, lo tenía contratado y ya estaba trabajando y luego me lo quitó el otro sector. Después se me asoció por ser hincha de Peñarol de que no iba a ser imparcial, se me quiso decir que yo no tenía ciertas conductas acordes, cuando en realidad siendo subsecretario, sabiendo que si soy electo presidente, voy a renunciar al cargo.

Entonces, se me ataca por todos lados y se cambian las reglas de juego. La votación de la C [Primera Amateur] el viernes pasado fue un escándalo. ¿Por qué luego de que ya están los candidatos que conocían las reglas del juego de una manera se cambian? ¿Por qué no se dejó ingresar a una escribana en el consejo de liga de la C para que tomaran nota de lo que estaba sucediendo? ¿Por qué pusieron patovicas en la puerta para que entraran solamente las personas allegadas al candidato Alonso, que estaba en una sala contigua y después estuvo por momentos presenciando o por lo menos con la puerta abierta mirando cómo se votaba? Eso es gravísimo. A mí no me dijeron que tenía esa posibilidad de estar, y si me la hubiesen dado, yo hubiese dicho que no iba, porque que estén presentes los candidatos a presidente cuando los obligan a votar a mano alzada es una intimidación. Es intimidar a los que están votando, por eso es que tenía que ser secreto.

Supongamos por un instante que quisieran cambiar ese criterio; lo tendrían que haber hecho antes de la inscripción de los candidatos o, mínimo, antes de que se homologaran los candidatos. Estuvo omisa la Comisión Electoral y debió haber prohibido y parado esa maniobra. Eso es un hecho gravísimo que atenta contra la garantía del debido proceso electoral y que vicia de nulidad todo el proceso electoral.

Por otro lado, y hablando también de las cosas raras que pasaron en esta campaña, periodistas contratados por AUF TV hicieron campaña a favor del candidato oficialista y contra mí, tratando de desprestigiarme. Tiene que haber un código de ética de funcionamiento para los periodistas deportivos que trabajan para AUF TV, no para dañarlos sino para protegerlos, porque así ningún dirigente les dice qué decir ni tampoco ellos están manchados de suspicacias.

¿Creés que esto se replicó en otros estratos de la elección?

La B vota de manera secreta directamente el jueves, estamos con honda preocupación por que los hechos bochornosos que pasaron en el consejo de liga de la C se repitan en el consejo de liga femenino, que votará este martes. Vamos a estar muy atentos de que eso no se haga sin perjuicio de lo que decidan los clubes desde el punto de vista recursivo. Más allá de lo jurídico y de los comportamientos, esto es un tema ético y de transparencia.

¿Qué otros restan por votar y conversar contigo?

Tengo una reunión con los jueces en la tarde de este martes, ellos decidirán después y obviamente que hay ahí otro problema porque muchos de los que componen esa mutual son empleados de la AUF, que eso tampoco debería suceder. Deberíamos formar un código de ética de funcionamiento de los jueces que también son integrantes de la Mutual.

Decidirán el martes los jugadores, que no se han contactado conmigo. Yo me he juntado con cuantas partes han querido y vemos con preocupación que no quieran escuchar las dos campanas.

¿Hay una postura de bloques que estén en contra de Tenfield y otros a favor?

Yo no tengo relación con Tenfield. No sé cuál es la relación que tienen los clubes y los grupos de interés o las personas que votan con la empresa, es un tema que no me compete. Yo lo que tengo que hacer es, el día que haya que negociar el contrato, defender los intereses del fútbol uruguayo.

Y sobre filiación política, respecto a la afinidad del gobierno o no, ¿creés que eso tiene algún peso en el fútbol?

Creo que no, todos saben de qué partido político es Alonso y todos saben de qué partido político soy yo, pero creo que el Poder Ejecutivo está bien lejos de este tema y también está muy lejos la Secretaría del Deporte.

¿Creés que cuidar a una de las partes, Nacional o Peñarol, es parte del oficio de presidente de la AUF?

No, para nada, no vengo a cuidar a nadie en particular, sino a todos.

¿Creés que condiciona el peso que tienen esas dos instituciones?

Para nada, para mí no pesa, estoy acostumbrado a gestionar grupos de poder, personalidades fuertes y egos.

Sobre el director técnico de la selección mayor, ¿tenés una postura y una posible designación en caso de ser electo, o lo trabajarías a futuro?

Habrá que decidir rápidamente la primera quincena de marzo quién es el técnico de la selección. Voy a respetar el acuerdo con Audef respecto a los gerentes deportivos que tienen que ser propuesto por ellos, pero la decisión es del presidente y el Comité Ejecutivo. Hay que respetar las propuestas que vengan de Audef y en cuanto al técnico yo me voy a basar en la experiencia que tienen grandes entrenadores que hoy componen la gremial, voy a consultar a los que saben cómo tiene que ser y no como ahora, que se resolvió sin consultarlos.

¿Cómo inciden las vinculaciones nacionales e internacionales en esta elección?

La gente que va a votar, va a juzgar a Alonso por sus siete años como dirigente en la AUF, y los resultados están a la vista. A mí me van a poder juzgar por los 25 años de trayectoria deportiva con buenas gestiones y con cargos internacionales. Yo fui presidente del Consejo de Deportes de Sudamérica con todos los ministros de América en 2005, vicepresidente del Consejo Americano de Deportes que abarca desde Canadá hasta Tierra del Fuego, también integré el Comité Olímpico Uruguayo, fui miembro de la Agencia Mundial Antidopaje, en la Internacional del Rugby tengo vinculaciones, más de cuatro Juegos Olímpicos y cuatro mundiales. Tengo experiencia y roce como para poder manejar las relaciones internacionales que tiene que tener el presidente de la AUF.

De cara a la postulación que tenemos como país junto con Argentina, Chile y Paraguay y quizá otro país del continente, ¿es importante esa presencia por el tiempo de negociaciones?

Es importante el rol que está haciendo la Secretaría del Deporte, encabezada por [Sebastián] Bauzá, que está haciendo un trabajo muy grande desde hace tiempo. Diría que por momentos es el que siempre empuja, porque a veces los demás se quedan, algunos gobiernos y algunas asociaciones. Yo voy a empujar si soy presidente para que eso salga porque es un acto de estricta justicia que le debe el fútbol mundial al fútbol uruguayo, porque acá se jugó el primer Mundial FIFA.

La elección en aspectos prácticos

El electorado se compone de 76 votos, 32 corresponden a Primera División, donde cada equipo cuenta con dos puntos a asignar a un único candidato cada uno. En Segunda División son 14 votos en total, por lo que cada club tiene un solo voto. La Tercera División dispone de seis votos, pero tiene que generar consenso entre todos los clubes para asignarlos. El fútbol del interior tiene nueve votos, al tiempo que los jugadores profesionales tienen 11 votos. Los entrenadores, los jueces, el fútbol femenino y el futsal tienen un voto cada uno.

Se llevará a cabo una o dos instancias de votación. En la primera, resultará electo el candidato que consiga 2/3 del total, 51 votos, pero si no lo hace ninguno, se volverá a votar por mayoría simple con el mismo electorado y los mismos votos.

Si un candidato consigue 51 votos (2/3 del total) en la primera votación, obtendrá el cargo. En caso contrario, los mismos actores deberán volver a votar y se definirá por mayoría simple.

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