El equipo paraguayo Guaraní tuvo tres tipos de uruguayos. Rodrigo López, un tremendo delantero que hizo creces en el país donde dirige. Nacido en River Plate de Uruguay, hizo una carrera silenciosa hasta que rompió los ojos, pero antes de romperlos ya era crack, Rorro López. Jugó en la selección uruguaya y ahora dirige al equipo aurinegro, que hizo un buen partido en el estadio Centenario.
Rodrigo Muñoz, el popular Popi, otro que habitó un perfil humilde que lo llevó hasta las máximas competiciones con la celeste. Un destacado en los equipos en los que jugó, una presencia de años en la selección, un arquero experiente que se ubica como una referencia del equipo.
Y Víctor Dorrego, el muchacho de Villa Española, nacido en el Club Nacional de Fútbol, que la rompió en Cerro Largo antes de empezar su periplo por el exterior. Poseedor de una pegada exquisita, un pibe de barrio que juega como un pibe de barrio y le pega como los dioses, se ganó un lugar en el equipo de Guaraní y tuvo en sus pies las pelotas quietas de la visita.
El equipo danubiano del Coco Esteban Conde se plantó con personalidad. Más allá de no jugar en su cancha, el María Mincheff de Lazaroff, el Centenario le sienta bien. Jugó como en su casa, se impuso ante el prolijo equipo paraguayo que tuvo en los uruguayos y en Federico Santander quizás lo mejor de sus filas, junto a Romeo Benítez, con quienes hilvanaron las jugadas más peligrosas del partido. Santander, un típico nueve paraguayo, corpulento, técnico y recio. Una combinación que pocos tienen.
Lo de Sebastián Fernández y Guillermo May ya es un tándem clásico. Pesa más en la decisión del técnico la sociedad que generan entre ambos que una opción de doble nueve con el Viruta Diego Vera, que siempre es variante y permite cambiar el paradigma de juego del equipo franjeado que dirige un histórico. Fue un partido cerrado, parejo, en el que las jugadas de pelota parada pudieron determinar la diferencia, y en el que los arqueros, en breves participaciones, terminaron siendo protagonistas.
Ambos equipos defendieron el punto. Uno, con esa fuerza de la visita; los otros, con la responsabilidad de ser los anfitriones. Guaraní desde Walter Clar hasta Raúl Cáceres. Danubio en la presencia de Lucas Monzón y en el símbolo de Leandro Sosa. Rodrigo López y Esteban Conde buscaron en el banco. Conde, lo dicho, probó con Vera y con un Seba Fernández muy activo. Rodrigo López probó con el cuarto uruguayo, Facundo Barceló, crecido en Liverpool, oriundo de Florida. Un delantero temible que entró bien los primeros 15 pero salió sentido. Ventaja para Danubio.
A los 72 minutos el árbitro, a instancias del VAR, cobró todo lo contrario a la humanidad. Un rebote en la mano de Monzón que ni siquiera deshabilitaba la opción de un delantero fue sancionado por penal y triunfó nuevamente la infamia de la tecnología sobre un juego históricamente humano. Santander terminó por hacerse figura al convertir, aunque Mauro Goicoechea rozó la instancia. Psicológicamente, fue peor para Danubio que recibir un gol común y corriente por virtudes o errores propios del juego.
Guaraní alcanzó el segundo faltando diez minutos para el final, tras un contragolpe automático y veloz. El pase de Romeo Benítez lo alojó en el podio de los mejores del partido. Perdió Danubio quizás sin merecerlo, porque jugó con personalidad. Pero el merecimiento no tiene casi nada que ver con el fútbol, mucho menos con el VAR.
Cancha: Estadio Centenario.
Árbitros: Raphael Claus, Danilo Manis y Bruno Boschilia (brasileños).
Danubio (0): Mauro Goicoechea, Rafael Haller, Martín Rea, Lucas Monzón, Kevin Lewis, Juan Millán, Leandro Sosa (80′ Facundo Saravia), Santiago Silva (53′ Diego Vera), Sebastián Fernández (80′ Maximiliano Añasco), Guillermo May y Alejo Cruz (65′ Santiago Romero). Entrenador: Esteban Conde. Suplentes: Emiliano Bermúdez, Santiago Etchebarne, Emiliano García, Mateo Arguello, Ignacio Pintos, Facundo Silvera, Jannenson Sarmiento, Marticorena.
Guaraní (2): Rodrigo Muñoz, Raúl Cáceres, Fernando Román, José Moya, Walter Clar (46′ Facundo Barceló, 60′ Enrique Borja), Gastón Romero, Rubén Ríos, Hugo Dorrego (46′ Alexis Cantero), Néstor Camacho (46′ Luis Fariña), Romeo Benítez, Federico Santander (81′ Brahian Fernández). Entrenador: Rodrigo López. Suplentes: Martín Rodríguez, Ángel Sánchez, Miguel Benítez, Estivel Moreira, Alcides Barbotte, Gustavo Vargas, César Miño.
Goles: 73′ Federico Santander (G) y 80′ Alexis Cantero (G).