Este sábado 6 de enero, como cada año desde hace más de 100 años, en el viejo circo de Ituzaingó, al decir de los más ancianos venerables burreros, cuando falten diez minutos para las 21.00, sonará la campaña en Maroñas anunciando el comienzo de la 126 edición del premio José Pedro Ramírez, la prueba más importante del turf uruguayo y seguramente una de las de mayor renombre del Cono Sur.
Muchos y muchas de nosotros sabemos poco o nada de turf, de caballos de carrera y sus pruebas clásicas, de pollas de potrillos, trifectas y placé, pero en la esquina de los reyes con sus bicicletas, la pelota y muñecas, con el Hipódromo de Maroñas, capelinas y boletos, los tres millones de técnicos más los tres millones de epidemiólogos o los tres millones de ingenieros de la montañita del mate, nos convertimos en tres millones de burreros y burreras esperando, sin un solo boleto en la mano, que el caballo por el que hinchamos y gritamos, como si fuésemos remedos del mago Carlitos Gardel cantándole al Pulpo Leguisamo, oír una victoria que deja a la barra agradecida.
Cuando Gardel cantó por primera vez en 1925 “Leguisamo solo”, el jockey salteño aún no había ganado ningún José Pedro Ramírez de los ocho que ganó entre 1926 y 1962 dejando contentos a los “nenes de la popular”.
El premio Ramírez se corre desde 1892, cuando apareció con el nombre de Gran Premio Internacional, pero en 1914 comenzó a llamarse José Pedro Ramírez en honor a la muerte de uno de los fundadores del Jockey Club de Montevideo fallecido en 1913, cuando ocupaba la presidencia de la organización hípica uruguaya.
Bandera verde
Según Daniel Torres, el especialista a quien consultó la diaria –porque, entre su polifacética vida, además de futbolista, turfman, arquitecto y un poco también youtuber, ha sido parte de estas páginas con su cobertura del fútbol coloniense capitalino–, el Ramírez de este año, propiamente dicho, es el mejor de los últimos 35 o 40 años, por lo menos. “Por convocatoria, por bolsa, [200.000 dólares a repartir], y por el momento de la hípica uruguaya”, afirmó. Eso hizo que vengan buenos caballos, que esté el ganador del Gran Premio Nacional de Argentina, que siempre, generalmente, mandaban algunos que no eran top para correr el Ramírez en Uruguay, algunos que no eran de primera línea, o algunos, de primera línea, pero nunca un crack como Ever Daddy.
Es la gran atracción, el ganador del Nacional de Palermo, que se va a enfrentar a su vez con el ganador del Nacional de Uruguay, Devil Avenue, que defiende el stud Trouville. El stud Trouville está integrado por 15 personas, es decir, son 15 socios, y poseen seis caballos. En este caso tienen la suerte de que van a correr con dos en la prueba hípica más importante. El otro caballo de la sociedad de 20 personas se llama Topo Azul, que era suplente, y entra porque no viene un caballo brasileño”, según explicó Torres.
Doblando el codo
Torres, autor del libro Cinzano: campeón convicto y leyenda, dice acerca de uno de los más famosos caballos uruguayos de la historia que cimentó su leyenda en el Ramírez, que está bueno lo que sucede con ese grupo de propietarios, para que sobre todo los que no son burreros y creen que es un deporte, cajetilla, cheto, vean que la barra del stud Trouville son 15 y en el Ramírez van a correr contra de, por ejemplo, cuatro caballos del stud Haras Phillipson, un stud muy fuerte brasileño que está radicado hace años en Uruguay pero que ha ganado clásicos en Argentina, Brasil, Estados Unidos y hasta en Francia.
Haras Phillipson de Benjamin Steinbruch, con operaciones en la fuerte competencia internacional, corre con cuatro caballos el Ramírez: Olimpo MT, Papa Mim, Rock Walk y Rambo Approved.
Este Ramírez tiene, además, al ganador del GP Jockey Club 2022 (Halo Fever), al ganador del GP Jockey Club 2023 (Rambo Approved), al ganador del GP Polla de Potrillos 2023 (Rock Walk), al ganador del GP Comparación 2022 y 2023 (Join Battle), al cuarto del GP Latinoamericano (Papa Mim) y al ganador del GP General Artigas 2023 (Mapa Mundi).
Entre los 16 caballos inscriptos hay 14 que son entrenados por brasileños, uno por un argentino y el restante por un uruguayo, Gustavo Vergara, que presenta a Halo Fever. Devil Avenue es entrenado por el brasileño Antonio Cintra y conducido por su connacional Vagner Leal, pero el caballo y sus colores son uruguayos.
Además, el día del Ramírez se corren cuatro clásicos: el Gran Premio Maroñas, que es un grupo tres internacional, sobre 1.000 metros, para caballos veloces. El Gran Premio Pedro Piñeyrúa, que es otro grupo tres internacional, que se corre sobre la milla, y el Gran Premio Ciudad de Montevideo Presidente Jorge Batlle, que es grupo uno internacional. El Gran Premio Maroñas, el clásico para veloces sobre 1.000 metros, se corre a las 16.25 con la presencia de Girona Fever, la yegua uruguaya que si consigue el triunfo, será la primera vez que un caballo la gane tres años consecutivos.
Pasando que hay lugar
Se esperan entre 10.000 y 15.000 personas en el Hipódromo de Maroñas, que abrirá sus puertas más de una hora antes de la primera carrera. A las 11.30 se abrirán los viejos portones del hipódromo montevideano con ingresos que van desde $ 150 pesos a $ 920, según el lugar al que se quiera acceder.
Otro de los enormes atractivos de la jornada es la presencia del jockey João Moreira, reconocido como uno de los mejores cinco jockey de todo el mundo. El piloto brasileño vive en Asia y montará en los cuatro clásicos de la jornada; en el Ramírez conducirá a Don Musa.
La primera carrera es para caballos cuarto de milla y se larga 12.45,; el primer clásico es el Gran Premio Maroñas, que será a las 16.25; el Ramírez, 20.50, y la última de las 17 carreras de la reunión será a las 21.30, por lo que en total habrá diez horas de espectáculo turfístico.