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Matilde Itzcovich.

Foto: Leo Fernández

Matilde Itzcovich, la primera uruguaya en estar en un Mundial de karting

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Tiene 16 años, comenzó hace poco y ya se codea con los mejores: desea llegar a la academia de Fórmula 1.

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Con apenas dos años arriba de un kart, Matilde Itzcovich impuso su apellido con trazabilidad familiar automovilística dentro de la competencia mundial. Arrancó con una sugerencia, cuando por entretenimiento en una pista montevideana alguien vio algo extraordinario, y ya se transformó en la primera mujer uruguaya en ser parte del Mundial de Karting disputado en Inglaterra: “Es la mejor experiencia que viví en mi vida”. Llegó a la gran final, en la que participaron pilotos que en un futuro cercano serán las nuevas caras de la Fórmula 1. Matilde también dice “que no se va a quedar atrás”.

La piloto se define como muy “tuerca”, no hay nada que le atraiga más. Su papá, Mauricio Itzcovich, expiloto de rally, es su principal referente y consejero. “Mi piloto estrella, mi papá. El que me enseñó todo”. Matilde se entretiene y se nutre de ver otras competiciones en pista, y llegar a la Academia de la Fórmula 1 es su objetivo principal.

La familia es el sostén, dijo en diálogo con la diaria, en una profesión llena de altas exigencias, como quiere Matilde, para convertirse en profesional y continuar ese recorrido de posible leyenda: “No paro nunca, pero tampoco es como que quiera parar, es como que dale, dale, dale, dale, dale...”.

¿Cómo viviste estar en la élite del karting mundial?

Fue un honor representar a Uruguay en el Mundial, ser la primera mujer. Sabía que no iba a ser fácil, primero porque era una pista que no conocía, segundo porque estaba contra los mejores del mundo. Y también saber que es difícil venir desde un país chico, que nadie conoce, pero para ser profesional como yo quiero ser es totalmente necesario. Es una experiencia que cualquier profesional del karting o del automovilismo tiene que vivir. La verdad que es la mejor experiencia que viví en mi vida.

¿Qué sentiste?

Lo competitivo de los equipos, también todo lo que es el evento me sorprendió para bien, porque, aunque yo ya lo tenía así, una cosa es imaginárselo y otra cosa es vivirlo, y me sorprendió muchísimo. Cuando llegué, estar en un equipo oficial fue como que me impactó, “¿qué hago acá?”.

Y por ese lado, como protagonista directa, ¿cómo diferenciás un piloto competitivo, que está realmente puesto en un objetivo determinado, de uno mal intencionado?

Se nota muchísimo cuando un piloto quiere ser profesional y cuando lo está haciendo por hobby. Por ejemplo, yo, que quiero ser profesional, corro, no sé, carrera por carrera, lo que sea necesario para mejorar. También empecé medio tarde en el karting, y sé que me cuesta un poco más, no tengo tanta experiencia como todos los demás, entonces tengo que ir a todas las carreras posibles y ganar toda la experiencia que pueda. O sea, te das cuenta cuando alguien lo hace por hobby y cuando alguien lo hace porque es lo que otra persona quiere.

¿Cómo vivís esas salidas de una carrera con treinta y pico de karts que salen a lo loco? ¿Qué pensás ahí?

Mirá, verlo es una cosa y vivirlo es otra. Porque, cuando vos lo ves, parece que no pasan por ningún lado. O sea, vos los ves a todos los tipos ahí pegaditos y decís: “La mitad se van afuera”. Pero, cuando lo vivís, es como que ves a toda la gente volar, pero sabés por dónde esquivarlos.

“Muchos lo hacen por hobby o por presión de sus padres. Yo no voy a parar hasta poder llegar a lo más alto”.

A diferencia de otras modalidades de carrera, ¿puede ser que como estás más a nivel del piso parece que vas a una velocidad tremenda?

Sí, o sea, te acostumbrás. Yo nunca le presté mucha atención a eso, pero vas muy rápido. En el que yo manejo iba a 135 kilómetros por hora, es una locura. Una vez estaba en un hit y estábamos todos con goma lisa, éramos yo y un compañero de equipo, y justo empezó a lloviznar. Y justo donde empezó a lloviznar teníamos que frenar. Le di al freno y el otro vino conmigo y después vino otro también, todos en esa curva afuera.

Empezar la carrera

¿Cómo manejás ser parte de esa grilla histórica que estuvo en un mundial y saber que pasaron enormes pilotos por ahí, como todos los grandes de la Fórmula 1?

No me voy a quedar atrás.

Tenés ganas de entrar en la academia propia que tiene la Fórmula 1 para incentivar la llegada de mujeres a la competencia.

Sí, el paso final es llegar a la F1 Academy, que me parece que es el paso porque todavía ninguna mujer corrió un campeonato en la Fórmula 1. También ves pila de academias, pila de gente que ya está en academias y sentís que te estás quedando atrás. Por ejemplo, hay una de la academia de Williams a la que yo le ganaba.

¿Considerás que va a haber posibilidades para que eso suceda?

Creo que sí, yo me veo, claramente. Me veo en una academia o mismo en la F1 Academy, me re veo. A ver, no hay muchas mujeres que hagan esto. Y yo quiero llegar, llegar lo más que pueda, ¿entendés? Me estoy esforzando, estoy intentando, mis padres están metiendo todo de ellos para poder llegar a lo más alto y yo no voy a parar hasta poder llegar a lo más alto.

Ya llegaste a un hecho histórico, que fue ser la primera mujer uruguaya en llegar al Mundial de Karting...

Claro. Estoy subiendo escalones muy grandes para lo poco que llevo acá, y están siendo pasos agigantados.

¿Cómo administrás, en tan poco tiempo, tener tantas cosas a la vez y tan grandes? Parece mucha información de repente, ¿no?

Sí, también porque tenés el gimnasio, las invitaciones, el karting, el entrenamiento, los videos para subir a las redes, las entrevistas, o sea, todo, tenés todo junto. Y a veces llegás a tu casa y decís “pa, qué día cansador”, pero después pensás y decís “acordate que todo esto está sirviendo para que vos puedas llegar a donde querés llegar”. Ahí decís “bueno, dale, vamos”, y vamos a otro, y vamos a otro, y vamos a otra pista, y a otra pista, y vamos a Argentina, y vamos a entrenar acá, y vamos a entrenar allá. O sea, no paro nunca, pero tampoco es como que quiera parar, es como que dale, dale, dale, dale, dale…

¿Por qué los pilotos necesitan estar bien preparados físicamente?

Por ejemplo, vos ahora no me ves, pero cuando estoy haciendo fuerza me sorprende el cuello gigante que tengo. Y yo digo “¿cómo? ¿Por qué?”, pero después veo a todos los pilotos de Fórmula 1 y tienen un cuello así. Entrenamos el cuello todo el tiempo; o sea, con las fuerzas G, con las pistas que tienen tanto grip que el cuello lo tenés que tener todo el tiempo así [rígido] porque, si no, la cabeza se te va y no rendís nada. Y los brazos, tenés que tener tremenda fuerza de brazos. Vos te bajás del karting después de una carrera en la que diste tu 120% y terminás muerta, toda la espalda sudada, toda la cara sudada, con el casco todo sudado. Y después al hielo para que todos tus músculos se regeneren y todo eso.

Matilde Itzcovich.

Foto: Leo Fernández

Todo para crecer

¿El karting siempre es considerado el trampolín para otras categorías o podés arrancar por otro lado?

Si vos querés ser profesional de Fórmula 1, arrancás en karting. Si vas a correr en Fórmula, la mayoría de los pilotos profesionales arrancaron en karting. O fueron campeones del mundo, o ganaron algún campeonato europeo, pero todos corrieron en karting. O sea, el karting es el escalón de todo el automovilismo.

Arrancaste tarde, comparativamente con otros pilotos.

Sí, sí. Por eso es que te digo que yo arranqué muy tarde en esto y estoy intentando recuperar todo lo que puedo. Tengo que ganar toda la experiencia de lo que ellos ganaron en siete años o más.

Y eso supongo que lo recontra valorás y debe ser un impulso extra también, ¿no?

Vos imaginate que yo corro hace dos años y pico y ya corrí un campeonato del mundo. O sea, cuando me fui afuera de pista en el campeonato del mundo no podía parar de llorar. Pero ¿por qué lloramos? Éramos cinco, es como un lugar donde están los banderilleros, cinco pilotos llorando porque no habíamos podido terminar el campeonato del mundo. Éramos cinco llorando, consolándonos entre nosotros porque ninguno había podido terminar.

¿Qué cosa de tu personalidad ves en pista? Más jugada, más estratega…

Tengo mucho de pensar antes de hacer. Y de tener cuidado, que no me gusta mucho. Y también de como que no me importa nada, yo estoy ahí en la curva y me tiro. ¿Qué es lo peor que puede pasar? Y en la vida también. Yo digo “voy a hacer esto, ¿qué es lo peor que puede pasar?”.

Cuando hay eventos en El Pinar, ¿te arrimás o no te gusta tanto?

La mayoría. El tema es que yo nunca estoy en mi casa. Ni siquiera estudio, o sea, no voy al liceo. Tengo un tutor en el liceo, un tutor afuera que me ayuda con todo y es re complicado el liceo.

¿Tenés un plan particular para cursar?

Sí, en la escuela italiana. Lo llevo bien, estoy en cuarto. Te voy a ser sincera, es muy difícil. O sea, levantarte a las siete de la mañana, ir a un karting, terminar a las seis, siete de la tarde y llegar a estudiar es como “agarrate que se viene lo peor”. Te levantás con la felicidad del mundo de ir la pista y cuando te tenés que ir, o sea, después de tener el mejor día de tu vida, de que anduviste en auto, anduviste en Italia, en Francia, subirte al auto y estar pensando “tengo que estudiar”.

Pasión desde siempre

¿Qué referente elegís del automovilismo?

De los que llegaron muy lejos, a mí me gusta mucho [Sebastian] Vettel. Me gusta mucho Kimi Raikkonen. Pero, como primer piloto de referencia, obviamente tengo a mi papá. Como mi piloto estrella, mi papá. El que me enseñó todo. Mi papá daba todo por subirse a un auto. Una vez se quebró las costillas y le dijeron que no se podía subir como por seis meses a un auto y él se quería matar. ¿Afuera seis meses? ¿Tres meses? En un mes ya estaba arriba de un auto. Pero se estaba muriendo arriba del auto. No podía con el dolor, tenía que tomarse las costillas, pero calladito, no decía nada. Tenés que tener mucha actitud, te tiene que gustar tanto que…

¿Y a Santi Urrutia lo seguís?

Sí, obvio. Santi corrió conmigo, estuvo en mi equipo. Yo me llevo re bien con Santi.

¿Qué otros referentes deportivos tenés? ¿Mirás otros deportes?

Peñarol. Aguada, también. Me gusta mucho. También veo gimnasia, porque yo hacía gimnasia desde que era muy chica. Me gusta mucho la gimnasia artística. Y automovilismo. Automovilismo puro y duro. Todo el tiempo estoy viendo carreras, todo el tiempo estoy viendo un board, todo el tiempo Fórmula 1, todo el tiempo momentos históricos de la Fórmula 1, carreras de 1970. O sea, todo, todo, todo.

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