La final masculina jugada el domingo fue una exhibición extraordinaria de tenis. No sólo por parte de Carlos Alcaraz, el ganador, sino también por lo que hizo el alemán Alexander Zverev, que supo manejar los hilos del juego en varios momentos del partido. Es más: el español entró al cuarto set estando 2-1 abajo, y cuando parecía que Zverev estaba más firme física y emocionalmente, Alcaraz hizo un cuarto set perfecto, ganándolo 6-1, y de ahí en más perfiló lo que después pasó: un último set estelar, con mucho dominio, en el que quebró dos veces el saque de Zverev para llevarse la final 6-3, 2-6, 5-7, 6-1 y 6-2 en cuatro horas, 19 minutos de partido.
Para Alcaraz significó el primer título de Roland Garros. El joven de 21 años había ganado el US Open en 2022 y Wimbledon en 2023, pero nunca el Grand Slam parisino, en el que lo máximo a lo que había llegado era a semifinales (en 2023, cuando perdió con Novak Djokovic, a la postre campeón). Con esta victoria sólo le resta ganar el Australian Open para tener uno de cada especie de los torneos más importantes de la ATP.
Alcaraz, además, es el séptimo español en quedarse con Roland Garros: Manuel Santana lo ganó dos veces, Andrés Gimeno, una, Sergi Bruguera también lo levantó en dos ocasiones, Carlos Moyá, una, lo mismo que Albert Costa y Juan Carlos Ferrero –hoy en día devenido en entrenador de Alcaraz–, a quienes hay que agregarles los 14 títulos del más grande en tierra batida, Rafael Nadal.
La reina de París
Con la victoria del sábado, 6-2 y 6-1 ante la italiana Jasmine Paolini –número 15 del ranking WTA, que tras la final en París subirá al escalón siete de dicho ranking–, Iga Swiatek logró su cuarto Roland Garros en cinco torneos jugados. Son números de récord si se toma su edad, porque la polaca es la tenista más joven de las cuatro que levantaron el título parisino en cuatro ocasiones: Swiatek lo logró con 23 años, antes lo habían conseguido la belga Justine Henin, la estadounidense Chris Evert y la alemana Steffi Graf, todas ellas con 25 años.
Yendo a la cancha, no fue partido. Swiatek precisó apenas una hora y ocho minutos para demoler a Paolini. Apenas el inicio fue parejo, en el que la italiana logró quebrarle el saque a la número uno del ranking, pero esto no resultó más que como tirón de oreja para la polaca, que desde ahí en adelante recuperó su saque y sólo cedió cuatro puntos en el primer set y un game prácticamente al final del partido.