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Donald Sims, de Aguada, e Ignacio Xavier, de Peñarol, el 6 de junio, en la cancha de Aguada.

Foto: Camilo dos Santos

Una vez más: Aguada ganó la segunda final y quedó 2-0

3 minutos de lectura
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En su cancha y con su gente, el aguatero ratificó lo hecho en la primera final y toma distancia en la definición.

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Aguada gritó fuerte. Ganó la segunda final de la Liga Uruguaya de Básquetbol y ahora está 2-0 en la serie al mejor de siete. Gran victoria aguatera, que no estaba jugando bien en el cierre pero tuvo la fortaleza para darlo vuelta. Donald Sims y Victor Rudd fueron hombres claves, sobre todo en el gol. El primero fue un infierno: metió 45 puntos y dio 6 asistencias; Rudd no estuvo ni cerca de su mejor partido -sin ir más lejos, muy distante de lo que hizo en la primera final- pero fue clave asumiendo las ofensivas que dieron vuelta el juego: 97-90. El lunes, en el Palacio Peñarol, habrá más y mejor.

A todo ritmo

Alguien de los que vio el partido por la tele, con todo derecho, puede haber dudado si lo que estaba viendo era Aguada-Peñarol o Boston Celtics-Dallas Mavericks. No por la pasión en las tribunas -eso sería incomparable-, pero sí por la velocidad con la que empezaron jugando: en patines.

Primero empezó el carbonero con buena racha, 10-5, pero luego Aguada lo dio vuelta con un parcial 9-0. Después de ahí Donald Sims, seguramente tratando de reivindicar el mal partido en la primera final, fue una máquina de encestar -11 puntos en el cuarto, 3 de 3 en triples-, pero también hizo jugar al resto, con asistencias para goles fáciles. A la dinámica aguatera y al muy buen porcentaje de acierto, Peñarol no le encontró la vuelta en los primeros diez minutos. Nada de lo que tan bien hizo defensivamente en el primer partido pudo repetir en este tramo. Apenas si atinó a contestar con puntos que, en su mayoría, pusieron Jayson Granger y Emiliano Serres. Aguada llegó a sacar una máxima de 11, terminaron 32-23.

Vuelo directo Boston-Montevideo: bienvenidos al segundo cuarto. Los ajustes defensivos fueron totales, exitosos. Se empezó a jugar ofensivas plantadas, más largas buscando el pase extra entre tanta asfixia en las presiones y cambios de hombres, hubo malas decisiones de tiros, tras ellas el juego se volvió errático, cosa que se reflejó en el marcador, que pintaba para ser centenario y terminó siendo el de toda la vida.

Lo más destacable estuvo del lado de Peñarol: Joaquín Osimani entró como perro de caza a marcar a Sims y lo complicó, y sin Sims Aguada no encontró gol. Para mejor, Osimani también fue bandera ofensiva, aportando 11 puntos en el cuarto que fueron vitales para que la cosa quedara más igualada. 53-48 y al segundo tiempo.

Hinchas de Aguada, el 6 de junio.

Foto: Camilo dos Santos

El tercer cuarto fue el de los triples. Cayeron de todos lados. En realidad fueron adentro por buenas manos, porque la mayoría de los tiros desde atrás de los 6.75 fueron con poca paciencia, en la mayoría de casos con pick and roll y asistencia hacia el lado de la ayuda defensiva, mientras que la otra buena cantidad de tiros fue por decisiones personales sin importar qué mandaba la ofensiva. Toda esa dinámica le vino bien a Peñarol, que se despertó. Jy'lan Washington metió tres seguidos, Shaq Johnson no quiso ser menos y puso dos, y entre ambos empezaron a tomar las ofensivas de su equipo, que ya no tuvo a Osimani como en el primer tiempo, y además padeció a un Granger más preocupado por discutir y pelear que por hacer lo que mejor hace: buen básquet.

72-71 empezó el último cuarto con Peñarol adelante. Ese margen estrecho iba a ser una constante. Ya parecía una final infartante y con el cierre esa sensación se intensificó. El carbonero entró mejor a los últimos 10 minutos producto de la mejor rotación a lo largo del partido. Ese aire que le sobraba a Peñarol le faltaba, por ejemplo, a Sims, que seguía siendo goleador -prácticamente la mitad de los puntos de su equipo-, pero decidió mal algunas jugadas claves. Es sencillo: el aire hace pensar mejor.

Hay situaciones del juego que la resuelven los jugadores. Quiero decir: entre ellos. Victor Rudd, con Sims sobre exigido, tomó las riendas. No había aparecido como en sus mejores noches, pero se hizo cargo de la pelota cuando las papas quemaban, es decir cuando Peñarol sacó 4 y quedaban alrededor de dos minutos. Dos triples de Rudd, Aguada lo dio vuelta por 2 y después la llevó a libres hasta ganar.

Detalles

Aguada (97): Santiago Vidal 14, Donald Sims 45, Federico Pereiras, Víctor Rudd 15 y Luis Santos 14 (quinteto titular); Juan Santiso 5, Agustín Zuvich 4, Diego Pena García, Bruno Curadossi, Agustín Gentile, Juan I. Stoll y Manuel Fernández. Entrenador: Germán Cortizas.

Peñarol (90): Salvador Zanotta 5, Jayson Granger 17, Shaquille Johnson 17, Emiliano Serres 11 y Eloy Vargas 6 (quinteto titular); Jy’lan Washington 18, Ignacio Xavier 3, Joaquín Osimani 13, Eduardo Medina, Joaquín Rodríguez, Roodvan Osores y Natanel Rodriguez. Entrenador: Marcelo Signorelli.

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