Nacional le ganó 3-1 a Peñarol en el estadio Centenario por la serie Río de la Plata y estiró su racha positiva en los clásicos. El equipo de Martín Lasarte, que arrancó perdiendo, metió dos goles en tiempo de descuento para torcer el resultado a su favor.
Los clásicos cambian ecuaciones. El elenco de La Blanqueada llegó con el bolso a medio armar, buscando piezas necesarias para conformar un plantel que está lejos de estar cerrado y de ofrecer calidad garantizada. Del otro lado, Peñarol, con el 2024 a cuestas, la base sólida y plantilla cerrada. El caos previo parecía en tres colores, la felicidad al final del encuentro también fue tricolor. Bálsamo para el entrenador y la nueva dirigencia. Tranquilidad necesaria para seguir trabajando rumbo al inicio de la competencia oficial.
El carbonero pegó de movida con gol de Eduardo Darias, que aprovechó fallas en la defensa rival para mandar a guardar con gran derechazo una pelota que quedó muerta en el área.
Sobre el final del primer tiempo lo empató Nacional en una buena combinación rápida por el centro que aprovechó Nicolás Rodríguez con tiro violento que no pudo frenar Guillermo de Amores.
Más allá de las intenciones de los dos y buenas atajadas de los goleros, el desenlace del encuentro parecía ir derecho a la definición por penales. Mauricio Pereyra, recientemente ingresado, le puso un pase medido a Diego Herazo, que enganchó en el área y puso el gol del triunfo en tiempo de descuentos. Lo del 10 tricolor fue un flashback del último clásico oficial, que también se definió con una asistencia para un tanto extranjero, en aquel caso de Federico Santander.
Con Peñarol yendo a buscar el milagro en el último tiro de esquina, De Amores incluido, llegó el tercero. Villalba, que por algo le dicen Rayo, con una velocidad de atleta corrió desde la mitad de la cancha con total soledad y definió ante el arco libre.
Los goles pagaron la entrada
El primer tiempo fue chato. Los goles les dieron emoción y variantes tácticas a 45 minutos que estuvieron repleto de intenciones y carentes de precisión y efectividad. El gol tempranero de Peñarol lo llevó a replegarse, cediendo terreno y balón a Nacional. El bolso, con pelota dominada, intentó jugar por abajo, buscando terminar con el Diente López, que se movió por todo el frente del ataque, pero fue bien escalonado y le costó influir, sobre todo cuando se tiró a la zurda para jugarles a Damián Suárez y Javier Cabrera, que lo controlaron bien.
Por momentos, el equipo de Martín Lasarte decidió saltar líneas y buscar directo a Bruno Damiani, que les ganó asiduamente a los zagueros rivales. Aun así, no estuvo bien acompañado por los que llegaron de frente a luchar la segunda pelota.
Peñarol desperdició demasiado tiempo jugando cerca del arco de Guillermo de Amores. Cuando recuperó en mitad de cancha, inmediatamente buscó a Fernández, que siempre eligió ampliar a las bandas para Cabrera o Jaime Báez. Buenas intenciones que no se transformaron en eficientes producto de la falla en la puntada final de la jugada.
En los minutos finales, con el 1-1 iluminando el tablero electrónico de la tribuna Colombes, el aurinegro volvió a pararse más adelante. El Cangrejo Cabrera tuvo un par, pero decidió pasar al medio en situaciones propicias para rematar al arco.
La polémica del primer tiempo fue una falta del colombiano Julián Millán -de flojo desempeño- sobre Leo Fernández. Fue con el codo arriba e impactó en la cara. Yimmy Álvarez y Richard Trinidad, que estaban en el VAR, no llamaron a Daniel Rodríguez para que revisara la decisión inicial.
Mejoró con los cambios
Peñarol comenzó el segundo tiempo sin profundizar, pero tomando como opción los remates a distancia que, en general, fueron desviados. Con los ingresos de Pedro Milans y Lucas Hernández en los laterales, el equipo de Diego Aguirre llegó hasta el fondo. De a poco, el aurinegro se convirtió en dominador.
Lasarte ajustó rápido, Villalba fue clave para salir a velocidad y con Emiliano Ancheta reforzó la franja derecha. El volante ofensivo, ex Tacuarembó y Montevideo City Torque, tuvo un gran desborde por derecha que Bruno Damiani no pudo convertir. Fue un aviso del final, pero también de que venía lo mejor del clásico.
Con el reloj corriendo hacia el final, los equipos fueron a buscarlo, lejos de cuidar el resultado. Peñarol tuvo tiros de Hernández y Diego García que obligaron a excepcionales atajadas de Luís Mejía, otra vez clave. Nacional, además de la de Damiani, tuvo una del Diente, que intentó picársela a De Amores, que reaccionó bien.
En el final, los goles y la emoción del triunfo clásico para los hinchas tricolores, que se fueron repletos de felicidad. El bolso ganó luego de ir perdiendo, sobre el final y en un clásico al que no llegaba como favorito.