Tras la victoria de Uruguay en el inicio de la clasificatoria al próximo Mundial de básquetbol, la selección dirigida por Gerardo Jauri volvió a enfrentarse a Panamá, en esta ocasión jugando en el Antel Arena. Salvo en algún tramo corto, la celeste sufrió ante un combinado canalero que jugó mejor, dispuesto a revertir la mala imagen que dio en su casa días atrás. El tanteador apretado, 84-82, es el reflejo de la intensidad con la que se jugó, que tuvo la agonía sobre la bocina: la celeste defendió bien la última bola y sacó un contragolpe letal que tuvo asistencia de Santiago Véscovi -figura y pico- y el doble de Martín Rojas. El Antel Arena explotó. Porque sí, se sueña: estos puntos pueden ser clave para ir a un Mundial después de tanto tiempo.
Otra historia
Luego del gran triunfo de Uruguay de visita en Panamá, el partido que se dio en el Antel Arena fue diametralmente opuesto. La celeste bajó en intensidad respecto del encuentro del jueves, le costó establecerse defensivamente y no pudo correr la cancha. Véscovi y Luciano Parodi no estuvieron finos en la generación de ventaja y no abundaron los tiros a pie firme, por lo que los porcentajes no fueron los esperados.
Panamá tomó nota, luego de perder por 33 puntos, ajustó atrás en la defensa del pick and roll y mejoró en los duelos mano a mano para evitar la verticalidad de los perimetrales uruguayos. Ofensivamente jugó desde las continuidades de los grandes tras las cortinas. Los pivots panameños ganaron el duelo en el primer tiempo, Eric Romero fue un problema sin solución y tanto Akil Mitchell como Ezequiel Bell sumaron sus virtudes.
Uruguay se sostuvo por el poderío anotador de Joaquín Rodríguez, el más claro del equipo de Jauri. Los 17 puntos del actual jugador de Zaragoza hablan bien de él, pero denotaron un bajo nivel colectivo de la celeste, que se fue perdiendo 41-40 al descanso largo.
La intensidad no se negocia
El tercer cuarto arrancó muy mal para Uruguay. Jhivvan Jackson tomó el partido para él, asumió las ofensivas panameñas y fue insoportable para la defensa uruguaya, que no lo pudo frenar; el base anotó de dos y tres puntos con su tiro largo.
La máxima ventaja para los centroamericanos llegó a ser de 12 puntos. En ese momento se dio una falta antideportiva sobre Joaquín Rodríguez, que sirvió de puntapié para hilvanar un parcial de 10-0. Ese momento de la celeste con triples y verticalidad metió al público en el partido. Se venía jugando en ritmo de práctica y la gente empujó. Con rachas para ambos lados, la visita ingresó tres puntos arriba al último cuarto.
El equipo de Jauri dio sus primeras muestras de mejorar defensivamente en los primeros cinco minutos del último período, saltando en cambios permanentes sobre Jackson, que aun así metió algunos puntos. Sin trasladar todo lo bueno de la defensa hacia el ataque, Uruguay se colocó a mínima a falta de medio chico por jugar.
El epílogo fue de locos. Con empate en 82, Mitchell tiró solo de cuarta distancia para que lo ganara Panamá. Uruguay salió rápidamente a la ofensiva tras el rebote defensivo y, en una transición bárbara, Rojas colocó la bandeja sobre la bocina que valió el triunfo.