Expectativas empresariales
Según la última encuesta de expectativas empresariales relevada por el Instituto Nacional de Estadística (INE) y publicada el jueves pasado, los empresarios esperan que la inflación se mantenga en el entorno de 9% interanual hasta octubre de 2024.
Estas previsiones son más altas de las que se desprenden del relevamiento efectuado por el Banco Central del Uruguay (BCU) entre los analistas durante el mes de noviembre. Según esta encuesta, la inflación cerraría este año en el eje de 9%, y se ubicará en el entorno de 7,4% y de 6,8% en 2023 y 2024, respectivamente. En todos los casos, las estimaciones contrastan con las previsiones oficiales establecidas en el marco de la última Rendición de Cuentas (8,5%, 6,7% y 5,8%, respectivamente).
En noviembre, la variación mensual de los precios al consumo fue -0,28, lo que pautó una moderación adicional en la medición interanual, que actualmente se ubica en torno a 8,5% (alejándose del 10% que rozó dos meses atrás). Detrás de esta dinámica incidieron la moderación del precio de los alimentos y la caída del tipo de cambio (que sigue descomprimiendo presión sobre los productos transables de la canasta).
Con relación a los costos operativos de las empresas, los empresarios consultados por el INE estimaron un incremento del entorno de 10% para el cierre de este año, y una moderación de un punto porcentual para los años móviles terminados en octubre de 2023 y octubre de 2024.
Cambio metodológico: una nueva base para el IPC
El dato de noviembre representó el debut de la nueva base del IPC, que ahora se sitúa en octubre de 2022 e incorpora la información que surge de la Encuesta de Gastos e Ingresos de los Hogares correspondiente a 2016-2017 (ENGIH). La base anterior era diciembre de 2010 y estaba construida en función de la EGIH de 2005-2006. En ese sentido, la base de nuestro IPC había perdido vigencia con el paso del tiempo: estaba capturando la dinámica de los precios para una canasta que ya no era muy representativa de nuestro consumo actual. Hay que tener presente que se recomienda hacer estos cambios en períodos de entre 5 y 10 años.
¿Cuánto pesa cada división en la canasta del IPC?1
División | Ponderador (IPC base oct-22) |
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Alimentos y bebidas no alcohólicas | 25,9% |
Vivienda | 13% |
Transporte | 11,7% |
Restaurantes y hoteles | 8,3% |
Recreación y cultura | 8,1% |
Bienes y servicios diversos | 7,7% |
Salud | 6,2% |
Muebles y artículos para el hogar | 5,4% |
Comunicaciones | 3,7% |
Bebidas alcohólicas, tabaco y estupefacientes | 3,6% |
Educación | 3,5% |
Prendas de vestir y calzado | 2,9% |
Total | 100% |
Fuente: INE
De forma intuitiva, este cambio metodológico implica actualizar la canasta de consumo representativa de los hogares uruguayos, recogiendo los cambios en los patrones de consumo que se han ido procesando en la última década y media. Básicamente, la inflación se calcula como la variación del IPC, y el IPC no es otra cosa que un promedio ponderado de un conjunto amplio de productos consumidos por los hogares uruguayos (367 productos; 356 en Montevideo y 355 en el interior). Expresado de otra manera: todos los productos que forman parte de la canasta tienen un peso asignado (un ponderador), que surge de la proporción del gasto que se destina a su consumo capturada por las correspondientes ENGIH.
Por ejemplo, el peso que tiene la división de alimentos y bebidas no alcohólicas es ahora del 25,9%, es decir, los hogares destinan aproximadamente un cuarto de su gasto a los productos que están dentro de esta categoría. A modo ilustrativo: el pan flauta tiene un peso de 0,7% en el IPC, los fideos secos de 0,4%, los quesos untables de 0,2% y la yerba mate de 0,6%. La misma lógica aplica para el resto de las divisiones y para todos los productos que se encuentran en su interior.2
Como la base anterior estaba armada en función del patrón de consumo de una familia en el año 2005, la inflación no estaba recogiendo con precisión los cambios de precios que son relevantes para una familia contemporánea; no solamente las preferencias de consumo cambiaron en el tiempo, sino que además muchos de los productos que existían en aquel momento hoy no existen, y mucho de lo que por aquel entonces sí existía hoy no forma parte del carrito uruguayo representativo. Por ejemplo, en la base actualizada entran los alimentos congelados y para celíacos, los contratos de televisión por internet (streaming) y los nuevos medios de transporte, como Uber. En contrapartida, salen los servicios postales y los reproductores de DVD, por citar sólo algunos ejemplos.
Además del cambio en la canasta analizado, se introducen en la medición nuevos tipos de empresa, como las tiendas de productos congelados, y salen otros, como las tintorerías. También mejoran los procesos de producción del índice (en la dirección de una mayor eficiencia, seguridad y automatización), y se incrementa la cantidad de precios relevados (pasando de 35.000 a 45.000 aproximadamente) y también de comercios (de 3.000 a 3.700).
Los datos del Sistema de Información de Precios al Consumidor
Al analizar los datos del Sistema de Información de Precios al Consumidor (SIPC) para el mes de noviembre, surge que, de los cerca de 200 productos relevados, 79 artículos presentaron reducciones de precios (con una baja promedio de 2,6%), 101 artículos exhibieron un incremento (1,8% fue el aumento promedio) y los restantes se mantuvieron sin cambios. El producto que experimentó la mayor reducción de precio en términos mensuales fue el tomate americano (-34,2%), en tanto el que tuvo el incremento fue la lechuga (14,7%).
Por su parte, excluyendo aquellos productos que se venden sin marca, las mayores dispersiones de precios correspondieron a los siguientes artículos: algodón, afeitadora, mermelada de durazno, perfume y jabón para ropa en barra. En contraposición, las dispersiones menores de precios se observaron en el alcohol rectificado, repelente aerosol, protector solar, galletitas al agua y cerveza.
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En la columna correspondiente al gráfico de la semana, se analizan estos cambios con el foco puesto en los precios de la energía. ↩
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En esta base se introduce un nuevo clasificador de productos, pasando de una clasificación de 12 divisiones a una de 13. En ese sentido, la vieja División 12 se separó en dos: i) Servicios financieros y de seguros (División 12) y ii) Cuidado personal, protección social, y bienes y servicios diversos (División 13). ↩