Encuesta de expectativas económicas
El Banco Central del Uruguay (BCU) publicó su última encuesta de expectativas económicas, relevando la mirada prospectiva de los analistas en torno a varias dimensiones.
Comenzando por el crecimiento, y en línea con la información de Cuentas Nacionales divulgada semanas atrás, los analistas revisaron a la baja sus pronósticos para este año: en la encuesta de febrero anticipaban un crecimiento de 2,5% y ahora esperan que la economía se expanda 1,8%. Esto es lo que se desprende de considerar la mediana de respuestas1 proporcionadas por 24 instituciones, incluyendo bancos, consultoras, centros de estudios y analistas independientes. La respuesta más pesimista, por decirlo de alguna manera, espera una expansión de apenas 0,5% en 2023, mientras que el más optimista ubica el crecimiento en torno a 2,5%. Para 2024, las estimaciones se mantuvieron relativamente incambiada en el entorno de 2,4% y apuntan a un incremento de 2,3% de cara a 2025.
Mercado laboral
En la órbita del mercado de trabajo, los analistas consultados estiman una tasa de desempleo de 8,1% para este año, dos décimas por encima del promedio correspondiente a 2022. Las previsiones son levemente menores para 2024 (7,8%) y 2025 (7,7%). En el caso del empleo, las respuestas sugieren pocas variaciones para los próximos años: la tasa de ocupación sería del entorno de 57,5% durante este año y se mantendría próxima a 58% en 2024 y 2025. Para tener referencia, la tasa promedio correspondiente a 2022 fue de 57,1%, observándose posteriormente un leve repunte durante el primer bimestre de este año. De hecho, las variaciones mensuales del empleo han sido positivas en los últimos seis meses, recuperándose así parte de lo perdido en el correr de 2022.
En un entorno de bajo crecimiento como el que está previsto para este año, la tensión entre la dinámica del empleo y la de los salarios será mayor. Según informó el viernes el Instituto Nacional de Estadística, el poder de compra aumentó 2,9% en términos interanuales durante el mes de febrero. El incremento fue mayor en el sector público (3,4%) que en el privado (2,6%). En particular, destacan los avances interanuales en la órbita de la salud (5,9%), la enseñanza (2,5%) y la industria (2,3%).
Cuentas públicas
Por su parte, la encuesta ampliada de marzo también recoge la visión de los analistas en torno a la trayectoria del resultado fiscal. En este caso, los agentes encuestados esperan un déficit equivalente al 3% del PIB para el sector público consolidado, que se reduciría levemente en 2024 (2,8%) para repuntar nuevamente el siguiente año (2,9%). Según informó el viernes el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), el déficit global ascendió al 3,4% del PIB en febrero (excluyendo los ingresos al Fideicomiso de la Seguridad Social).
En el caso del Gobierno Central-BPS (GC-BPS), la brecha entre los ingresos y egresos fue de 3,5% del PIB, lo que implica un deterioro sostenido de las cuentas públicas en los últimos meses (en setiembre del año pasado era un punto menor). Con relación a este punto, vale aclarar que la regla fiscal vigente se establece sobre el déficit estructural del GC-BPS, que es estructural en el sentido de que depura el resultado de aquellos factores que son excepcionales o que están asociados a la fase puntual del ciclo económico que atraviesa la economía.
Política monetaria y tipo de cambio
Por último, la encuesta extrae opiniones en torno al recorrido esperado para el tipo de cambio y también para la tasa de política monetaria del BCU. En el primer caso, los analistas esperan una depreciación incipiente del peso uruguayo para los próximos meses, ubicando la cotización en el entorno de 40,3 pesos hacia la mitad del año (agosto) y cercana a 41,5 pesos hacia el mes de diciembre. En las últimas semanas, y a pesar de la inestabilidad financiera mundial, el peso continuó fortaleciéndose frente al dólar, complejizando aún más los problemas en el frente de la competitividad. En ese sentido, la paridad entre el peso y el dólar cerró el mes de marzo en 38,6 pesos, acumulando un retroceso de 3,6% en lo que va del año. En 2022, la caída “punta a punta” del tipo de cambio fue superior a 10%.
En el caso de la tasa de referencia, la visión general que surge del relevamiento sugiere que no habría aumentos adicionales en los próximos meses, dado que comenzaría a reducirse a partir del mes de agosto pasando de 11,5% (valor actual) a 11%. Esta tendencia se mantendría en el horizonte de proyección recogido por la encuesta, con la tasa convergiendo hacia el 8% en cinco años. El manejo de la tasa de interés, que es el instrumento que tiene el BCU para cumplir con sus objetivos, ha sido objeto de extenso debate durante los últimos meses, producto de su impacto sobre el tipo de cambio.
Encuesta de inflación
Junto con la encuesta anterior, el BCU divulgó también el relevamiento de marzo correspondiente a la inflación. En este caso, los analistas mantuvieron incambiado su pronóstico para este año y apuntaron a una inflación del entorno de 7,2%. Sin embargo, las expectativas para el próximo año se revisaron al alza y ahora se ubican en 6,9% (dos décimas por encima de los pronósticos del mes pasado). Según los analistas consultados, la inflación se mantendría por fuera del rango meta incluso en 2025, dado que para ese horizonte las previsiones se sitúan en torno a 6,3% (6% es el techo del rango meta).
De esta manera, se mantiene la divergencia de visiones entre los analistas y el gobierno, dado que este último sí incorporaba dentro de su pronóstico el ingreso de la inflación al rango meta hacia fines de 2024 (5,8%).
Las perspectivas según el Cinve
El Centro de Investigaciones Económicas (Cinve) también difundió en estos días su visión sobre las perspectivas de crecimiento y también de precios.
En el primer caso, el Cinve identifica dos eventos que tendrán una incidencia importante sobre la dinámica de la economía uruguaya durante este año. Por un lado, a partir del segundo trimestre se pondrá en marcha la segunda planta de celulosa de nuestro país, que empujará la producción industrial un escalón hacia arriba y contribuirá por esa vía a apuntalar el PIB.
Por el otro, y en sentido contrario, la sequía continuará impactando negativamente sobre la actividad durante este año, como ocurrió durante el cuarto trimestre y como ocurrirá también en 2024 −aunque todavía es difícil cuantificar los costos totales asociados.
Como resultado de la conjunción de estas dos fuerzas, y teniendo en cuenta el lastre derivado de un escenario externo más restrictivo, el crecimiento previsto por el Cinve para este año se corrigió a la baja, ubicándose ahora en el entorno de 1%. A su vez, “en la medida que el shock negativo de la sequía se disipe, la economía presentará mayores tasas de crecimiento en 2024 que darán un impulso al crecimiento tendencial”. Concretamente, se estima una expansión del entorno de 2,5% para ese año.
Adentrándonos en el crecimiento previsto para este bienio, tanto la inversión como las exportaciones perderán empuje, por lo que será clave el repunte del consumo privado para sostener los niveles de actividad. Para ello será fundamental la dinámica del ingreso de los hogares, que mostró un repunte durante el último trimestre del año pasado. Hay que tener en cuenta, además, que el desequilibrio de precios con Argentina continuará promoviendo una “fuga” de demanda hacia ese destino.
En el caso de los precios, el centro de estudios espera que la inflación cierre este año en 7,8%, luego de repuntar desde el piso que alcanzaría en el mes de setiembre (6,3%). Para diciembre de 2024, la inflación esperada se ubica en 7,5%. Detrás de estas proyecciones se asume un repunte menor del tipo de cambio, que se ubicaría levemente por encima de 40 pesos a fines de este año y próximo a 41 pesos en diciembre de 2024.
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Para calcular la mediana se ordenan las respuestas de menor a mayor y se toma la que queda en el medio. Por este motivo, y a diferencia de lo que sucede con el promedio, la mediana no es tan sensible a respuestas “extremas” o outliers −que sí distorsionan los promedios. ↩