Existe preocupación sobre los posibles efectos que las políticas económicas de Donald Trump como presidente de Estados Unidos podrían tener en Uruguay y en América Latina, en particular en términos de comercio, inflación y costos financieros.
En un análisis conjunto, los economistas Alberto Landeira y Nicolás Kohn, integrantes de Balanz Uruguay, destacaron, en diálogo con la diaria, que la llegada de Trump podría generar presiones inflacionarias y afectar al país en lo comercial y en lo financiero. Aunque Uruguay tiene una baja dependencia económica de Estados Unidos, los expertos sugirieron que las políticas proteccionistas del nuevo presidente podrían afectar negativamente las monedas regionales y los costos de financiamiento, lo que a su vez impactaría en las condiciones económicas internas.
En la misma línea, el economista Luciano Magnífico, gerente de Exante, apuntó especialmente a las “presiones inflacionarias” y advirtió que Uruguay tendrá al menos un “escenario desafiante”. “En el caso de la inflación, seguramente sea un fenómeno generalizado a nivel global, pero en el caso uruguayo deja un panorama menos cómodo”, subrayó.
El experto aseguró que, en caso de materializarse, las propuestas que ha venido anunciando Trump en materia impositiva, migratoria y de política comercial “pueden tener múltiples impactos en la economía de Estados Unidos y en el resto del mundo, pero en particular supondrán una presión en el frente inflacionario”.
“No necesariamente habrá un rebrote inflacionario a registros como los que vimos en 2021-2022, pero es de esperar que al menos se enlentezca el proceso de convergencia de la inflación al objetivo de la Fed [Reserva Federal estadounidense]. El mercado, de hecho, ya se ha venido convenciendo de que habrá menos espacio para que la Fed siga aflojando su política monetaria, y eso ha tenido como correlato un fortalecimiento del dólar en el mundo”, añadió.
Como consecuencia, en el último trimestre del año pasado hubo un aumento del dólar en Uruguay, que deja un panorama de inflación menos “cómodo” que durante la mayor parte de 2024, agregó.
Por su parte, la economista Deborah Eilender, que es investigadora en el Centro de Estudios para el Desarrollo (CED) y docente en la Universidad ORT, indicó que las políticas de Trump pueden ocasionar “presiones inflacionarias” y un escenario “adverso” para Uruguay.
“Ciertas medidas podrían generar más presiones sobre la inflación y esto llevaría a la Fed a verse obligada a ralentizar el ya comenzado ciclo de recortes de tasas de interés. Podríamos ver una economía americana [estadounidense] con una tasa de interés alta durante más tiempo de lo que hubiéramos esperado en un inicio. Y si este fuera el caso, provocaría un fortalecimiento del dólar y endurecería las condiciones financieras a nivel global. Por un lado, esto implica un mayor costo de financiamiento y de endeudamiento externo para Uruguay y para América Latina en general”, añadió.
Anuncios de Trump
El lunes, durante su asunción como presidente de Estados Unidos, Trump señaló que Washington no necesita América Latina, sino que la región depende de su país. “Ellos nos necesitan. Mucho más de lo que nosotros los necesitamos a ellos”, afirmó.
El mandatario anunció que, a partir del 1º de febrero, impondrá aranceles de 25% a las exportaciones de México y Canadá a Estados Unidos. El mandatario firmó órdenes para reducir los precios de la energía, controlar la inflación y anunció planes para los sectores automotor, petrolero y para los impuestos.
También prometió impulsar la producción nacional energética y reavivar la “grandeza económica” del país para ser “la envidia” de todas las naciones. Además, durante la campaña electoral, Trump amenazó con elevar las tarifas aduaneras para China e imponer un “arancel básico universal” para todos los países.
La base de todas estas propuestas radica en el proteccionismo que pretende impulsar Trump, cuyo objetivo es “hacer a Estados Unidos grande de nuevo” (en inglés, “Make America Great Again”). Esta visión podría ocasionar que la presencia de Estados Unidos disminuya en todo el mundo y que el involucramiento del país norteamericano en conflictos internacionales sea menor. Desde el punto de vista económico, Trump asegura que busca defender el producto estadounidense, lo que podría motivarlo a impulsar un arancel básico universal para potenciar la industria nacional.
“No sabemos si va a haber países excluidos, desconocemos si va a ser un arancel parejo para todos lados. Hay mucha incertidumbre”. (Luciano Magnífico)
Incertidumbre
Magnífico consideró que “hay incertidumbres” por el momento sobre la política comercial que implementará Trump respecto de China, Canadá y México. Dijo que hay que esperar a ver si el mandatario estadounidense finalmente concreta sus amenazas.
“No sabemos si va a haber países excluidos, desconocemos si va a ser un arancel parejo para todos lados. Hay mucha incertidumbre que impide ser muy concreto sobre el impacto en las exportaciones agrícolas o en las exportaciones de servicios. Por eso preferimos no hacer ningún comentario más concreto respecto de ese punto por ahora, por lo menos hasta no tener más insumos”, puntualizó.
Asimismo, dijo que Trump podría utilizar sus propuestas electorales para lograr concesiones de las partes involucradas, o sus medidas podrían ser frenadas por los sectores republicanos más moderados.
Menos flujos de capitales
Eilender sostuvo que además habrá menores flujos de capitales para América Latina, ya que Estados Unidos sigue teniendo una tasa de inversión que se mantiene atractiva.
“De hecho, algunos de estos efectos ya se han comenzado a observar, como la fortaleza del dólar, un fenómeno que se viene registrando desde hace algunos meses y que probablemente persista en el corto o mediano plazo. Esto, a su vez, está relacionado con un precio deprimido de las materias primas, lo cual nunca favorece ni a Uruguay ni a América Latina, dada su naturaleza exportadora”, añadió.
En el ámbito de las exportaciones, la especialista dijo que el “principal impacto” para Uruguay podría provenir de la propuesta de Trump denominada America First, que busca promover un mayor proteccionismo para impulsar el crecimiento de Estados Unidos.
“La idea de priorizar a Estados Unidos se traduce en un aumento de los aranceles externos para defender los productos producidos allí. Esto es algo que no sólo Trump mencionó en la campaña, sino que también lo expuso en su discurso inaugural. De hecho, él ya ha anunciado aranceles del 25% para México y para Canadá a partir del 1º de febrero. Si bien no es algo que nos impacte directamente, marca el rumbo y la agenda a seguir por el próximo gobierno. En general, esto implica menor precio de los commodities y, probablemente, menor demanda, algo que nos afecta directamente como país agroexportador”, afirmó.
Balanza de pagos
Landeira y Kohn indicaron que, para entender el potencial impacto de las medidas de Trump hacia América Latina, es necesario analizar la balanza comercial de Estados Unidos.
Si bien el déficit comercial con China fue reduciéndose de 347.000 millones en 2016 a 270.000 millones de dólares en los primeros 11 meses de 2024, Washington tiene el “mayor déficit comercial” con Pekín, afirmaron. Lo siguen México, Vietnam, Irlanda y Alemania, cada uno con un déficit de 157.200, 113.100, 80.500 y 76.400 millones, respectivamente, en los primeros 11 meses de 2024. Canadá, el octavo país en términos de tamaño de déficit comercial, tuvo una balanza de 54.800 millones de dólares.
En América Latina, en 2024 todos los países, con excepción de Ecuador, registraron un superávit comercial con Estados Unidos; esto los aleja de medidas específicas, consideraron los expertos. Brasil se destacaba con un superávit de 6.800 millones entre enero y noviembre de 2024, seguido por Paraguay, Perú y Argentina, cada uno con un superávit de 2.006, 2.100 y 1.900 millones, respectivamente. Uruguay, por su lado, tenía acumulado un superávit comercial de 400 millones de dólares en los primeros 11 meses de 2024, por debajo de los 700 millones acumulados en 2020.
En cuanto a las importaciones de Estados Unidos, México es el principal, ya que entre enero y noviembre de 2024 representó el 15,6%, seguido por China (13,5%), Canadá (12,6%) y, en menor medida, Alemania (4,9%).
“Viendo estos números, se entiende claramente el porqué del foco de Trump en China, Canadá y México en términos de política arancelaria”, afirmaron los expertos.
En América Latina, sólo el 1,3% de las importaciones estadounidenses provinieron de Brasil en los primeros 11 meses de 2024, seguido por Colombia (0,5%), mientras que las de Uruguay representaron apenas el 0,04%.
“La idea de priorizar a Estados Unidos se traduce en un aumento de los aranceles externos para defender los productos producidos allí. [...] Esto implica menor precio de los commodities y menor demanda, probablemente, lo cual nos afecta directamente como país agroexportador”. (Deborah Eilender)
“Salvo que Trump fuera a efectivizar los aranceles comunes a todas las importaciones (en su campaña había sugerido que podría implementar un arancel común de entre 10% y 20% a todas las importaciones), la baja dependencia de Estados Unidos para la región, sobre todo en los países del sur, debería dejarlos fuera de las medidas proteccionistas de la administración entrante”, añadieron.
Recomendaciones
A pesar de los desafíos externos ocasionados por las políticas del gobierno de Trump, Uruguay enfrenta el reto interno de reactivar su crecimiento económico, un desafío pendiente desde hace una década, afirmó Magnífico. Por tanto, es un tema que va a “estar arriba de la mesa, sin importar cómo termine siendo el contexto externo”.
En los últimos diez años, el producto interno bruto (PIB) ha mostrado un crecimiento promedio anual de 1%, es un ritmo de expansión “a todas luces insuficiente” para satisfacer las demandas de la sociedad uruguaya y para atender problemas como la pobreza y la marginalidad, dijo el economista.
“Si vamos a escenarios externos más desafiantes, como, por ejemplo, si Trump implementa las versiones más radicales de sus planteos, la otra dimensión importante es cómo reacciona el Banco Central de Uruguay [BCU]: si tolera algo más de inflación o si introduce nuevos aumentos de la tasa de referencia, lo cual también conllevaría riesgos en materia de actividad”, observó.
El especialista subrayó la importancia de la política económica que adopte el próximo gobierno. “Es fundamental que el BCU gane credibilidad y adopte un enfoque más contractivo en la política monetaria. También es crucial lograr coherencia entre las políticas salarial, fiscal y monetaria. Hay que tener presente que en el plano fiscal, el margen está acostado, pero independientemente de lo que pase con el contexto externo. Obviamente el déficit fiscal está a niveles muy elevados y por eso también es importante que la próxima administración diseñe un presupuesto austero, obviamente contemplando esas restricciones y la consistencia entre las políticas macroeconómicas. Es la única forma de perseguir armónicamente los diferentes objetivos que tiene la economía uruguaya”, añadió.
Según datos recientes, el déficit del sector público consolidado se situó en el 4,2% del PIB en el año móvil a noviembre, un “nivel incompatible con una trayectoria sostenible” de la deuda pública, advirtió. Exante estima que estabilizar la relación entre deuda y PIB requeriría un ajuste fiscal del 2% del PIB. “No es nuestra proyección que ello suceda en el corto plazo, pero lo menciono para ilustrar la magnitud del desafío fiscal”, añadió.
El economista concluyó destacando que, más allá del contexto externo, es vital que el próximo gobierno logre tasas de crecimiento económico superiores a las de la última década. Para eso, será necesario avanzar en reformas como la apertura económica, la modernización del marco laboral, mejoras en la educación y una mejor regulación de mercados no competitivos.
“En el corto plazo, será esencial cuidar el clima de expectativas empresariales y mantener la confianza de los inversores internacionales. La coherencia entre las políticas salariales, fiscales y monetarias será clave para atender armónicamente los principales objetivos macroeconómicos del país”, finalizó.