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Jacques Tardif. / Foto: Pablo Vignali

Académico canadiense defendió la educación en competencias y aseguró que “la formación docente debe ser universitaria”

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El canadiense Jacques Tardif, doctor en psicología de la educación, estuvo en Uruguay invitado por el Consejo de Formación en Educación (CFE) de la Administración Nacional de Educación Pública, y días atrás dio una conferencia en el marco de una serie de charlas con el objetivo puesto en la transición hacia la Universidad de la Educación. Tardif es experto en enseñanza en competencias y desde el organismo se buscó que sus aportes se tengan en cuenta en el proceso de transformación curricular de las carreras de formación docente en el que está trabajando el CFE.

—¿Está de acuerdo en ir hacia una Universidad de la Educación?

Estoy totalmente de acuerdo en que la formación docente debe ser universitaria, de hecho me asombra que se pueda pensar por fuera. Es lamentable, porque cuando la formación de educadores no es universitaria, es difícil que se tenga en cuenta toda su complejidad.

—¿Hacia dónde debería ir la formación docente?

Soy un psicólogo de la educación, y en este sentido mi primera preocupación siempre es el aprendizaje. Por lo tanto, a mi entender, un educador no sólo debe conocer muy bien el campo de la disciplina que va a enseñar, sino también la psicología de la edad en la que va a trabajar, la pedagogía, la didáctica, entre otros aspectos importantes que refieren al aprendizaje de los sujetos. La preocupación del docente tiene que ser cómo hacer la transposición didáctica para que el estudiante sea capaz de aprender ese objeto de aprendizaje.

—¿Las líneas programáticas deberían poner un énfasis más fuerte en psicología, pedagogía y didáctica?

Lo que se debe hacer es ir hacia una propuesta que integre todo. El problema es que, en muchos lados, los distintos campos del saber no se integran, están separados. Por eso creo que se debería ir hacia una educación en competencias, porque da un equilibrio a todo y permite integrar. Cuando se adopta el enfoque de competencias, se forma a alguien que eduque mediante la física o la biología, para evitar que haya gente que diga “soy biólogo y enseño”. * —¿Cómo afecta la enseñanza por competencias a los estudiantes? * Un ejemplo un poco exagerado: un matemático que enseña no va a estar muy preocupado por que 30% de sus estudiantes van a fracasar. Sin embargo, un profesor de matemática formado por competencias va a estar muy preocupado si tantos fracasan, y lo que va a hacer es buscar nuevas estrategias para que esos estudiantes avancen. * —Se habla mucho de competencias pero cuesta dar una definición concreta, ¿de qué hablamos cuando hablamos de competencias?*

Es un saber actuar complejo, que no es lo mismo que un saber hacer. Saber hacer es algo que se puede automatizar; por ejemplo, conducir un auto es un saber complejo, pero después de que uno ya sabe puede hacer otras cosas al mismo tiempo. El saber actuar no se puede volver automático. Por ejemplo, el médico, con su razonamiento clínico, te recibe, plantea preguntas, razona, genera hipótesis, te vuelve a preguntar. Cada vez es única, no se puede automatizar.

—¿Cómo se diferencia con lo que ocurre actualmente?

Actualmente, en la enseñanza se priorizan los objetivos y la fragmentación por disciplina. La división es muy común y no es buena, aunque esté en todos lados. Por ejemplo, en secundaria, un profesor enseña cada materia; en primaria también se da el mismo problema, porque es la misma maestra que en distintas partes del día enseña distintas materias. Esto hace que sea el alumno quien tiene que relacionar lo que recibe fragmentadamente, y es muy difícil para los alumnos. Las competencias son lo opuesto a esto.

—¿Se puede decir que son todos los saberes integrados?

No, se trata de situaciones de aprendizaje que demandan distintos conocimientos de distintos campos del saber; se aprende a partir de esas situaciones que obligan al estudiante a aplicar todos sus conocimientos. * —¿Qué resultados ha tenido este enfoque?*

Las evaluaciones están más sistematizadas en la enseñanza técnica y profesional y en la universitaria. En la enseñanza primaria y secundaria hay menos evaluaciones, porque los cambios se están produciendo. Lo que sí se sabe es que los educadores formados por competencias y que enseñan con ese enfoque no quieren volver a la enseñanza tradicional. * —¿Cómo se aplica en la formación docente?*

Hay algunas situaciones de aprendizaje que son únicas porque dependen del contexto, únicas para una realidad. Un profesor de secundaria que enseña matemática debe tener una base de conocimientos matemáticos, pero es muy importante que pueda conocer el grupo de alumnos a los que se dirige, el grado de dificultad que puedan tener, los contextos; que pueda adaptar sus dispositivos de enseñanza a esa diversidad, a esos distintos alumnos. El saber actuar integra el saber ser, saber hacer y el conocimiento en sí mismo con el relacionamiento con los otros. * —¿Todos los niveles han entrado en esta forma de enseñar por competencias?*

No, no todos. Pero cada vez más los países van a trabajar por competencias en el nivel universitario. Hay muchos países, como la Suiza no francoparlante, que han comenzado a trabajar con currículum por competencia en primaria y secundaria, pero aún no es el común de los casos.

—¿Este enfoque debería estar en todos los subsistemas?

Si me preguntabas hace siete años te hubiera dicho que sí, pero ahora no. Es más fácil empezar a aplicarlo en las universidades, porque es donde hay un nivel más alto de profesionalización. Primero se debería trabajar bien en ese nivel y luego, si se tiene en cuenta varias dimensiones, entre ellas las características culturales, se podría trabajar en todos los subsistemas, pero eso es más complejo. * —¿Por qué?*

Porque el mejor aliado para aplicar la enseñanza por competencias son los propios estudiantes: cuando ellos entienden y ven el cambio en el aprendizaje, terminan pidiendo que todo sea así. Sin embargo, en primaria y secundaria hay más oposición a un programa por competencia por parte de las familias, porque tienen la impresión de que si se trabaja de esa forma, se desarrollan menos conocimientos, y eso es falso.

—¿Qué los frena?

Tienen dudas de que sea eficaz como aprendizaje, porque muchas veces no se les explica bien a las familias cuáles son los impactos de trabajar de esa manera, entonces ahí puede haber resistencias. Unos padres que tuvieron mucho éxito en la escuela y que no conocen nada más de educación quieren que sus hijos tengan el mismo éxito. Por otra parte, estoy muy contento de que mi hijo no haga lo mismo que yo hice en la escuela. * —Algunos docentes han manifestado que debido a las competencias, las “actividades prácticas” pasan a un primer plano, por sobre “el saber”, y eso “no es lo adecuado” e implica supeditarse a las demandas del mundo empresarial. ¿Qué le dice a los detractores del método?*

Si hay 30% de jóvenes que no terminan la educación secundaria es un drama. Ese drama no ocurriría si se trabaja por competencias, eso sucede porque se fragmenta todo. Si se trabajara por competencias, se le diría a ese 30% que se queden, que lo que vamos a hacer es muy significativo para ellos como personas y ciudadanos. Es lo que le da a la escuela el sentido; no puede estar divorciado de la vida. Si tuviéramos una enseñanza por competencias aumentaría la motivación de los estudiantes, y si esta aumenta, se incrementa y mejora la calidad de los aprendizajes. Para lograr estas cosas hay que superar los prejuicios y las resistencias frente a las palabras y ver cómo se trabaja realmente por competencias.

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