El año pasado Plan Ceibal se unió a la fundación Botín y a la organización Emocionarte para llevar a las escuelas uruguayas el programa español Educación Responsable. Se trata de una iniciativa que busca amplificar la educación emocional de los jóvenes mediante la formación de docentes y el apoyo de una plataforma virtual, que presenta diferentes recursos para trabajar en las aulas el aprendizaje de las emociones. El plan piloto se aplicó el año pasado en cinco centros (cuatro escuelas y un liceo) y ahora se evalúa como un éxito, al punto que este año decidieron extenderlo a 16 instituciones: se suman siete liceos y cuatro escuelas. Martín Rebour, gerente de Formación del Plan Ceibal, explicó a la diaria que el interés en este tipo de programas surge de la propia necesidad de los docentes: “Transmitían que no tenían herramientas suficientes en su formación sobre educación afectiva, surgían dudas sobre cómo manejar situaciones frustrantes o la convivencia en el aula”.
“Como resultado del piloto vimos que para los docentes fue una formación pertinente, tanto en el formato (talleres presenciales y cursos virtuales, en los que se deja contenido para trabajar con los estudiantes) como en los contenidos. Nos transmitieron que tienen más herramientas ante determinadas situaciones”, comentó Rebour. El gerente agregó: “Además, ven que los niños pueden resolver situaciones conflictivas, que pueden expresar sus sentimientos; en un conflicto, en vez de pasar a la agresión física intervienen y transmiten su enojo con palabras”.
Durante el año pasado se trabajó en la adaptación del programa al contexto uruguayo. Tiene como eje el arte, se enfoca en música, literatura y artes plásticas, y a partir de esas expresiones artísticas se aborda la dimensión afectiva. Obviamente, estaba cargado de referencias españolas que fueron adaptadas a la tradición uruguaya. Asimismo, se adaptó la forma de evaluación del programa: se aplicará en un grupo de muestra al que se seguirá durante tres años para ver sus progresos.
Desde adentro
Esta semana se hicieron las capacitaciones para los docentes que se incorporan en 2019 al programa y para los que lo aplicarán por segunda vez. El programa tiene tres años de duración, y la idea es seguir incorporando nuevos docentes y que los que ya trabajan profundicen sus conocimientos. Para la formación intensiva viajaron desde España Adriana Yépez, coordinadora general de Educación Responsable en Fundación Botín, y Soledad Cerdeño, formadora y responsable de evaluación de la fundación. En diálogo con la diaria, Yépez halagó a los docentes uruguayos por su entusiasmo y disponibilidad para trabajar sobre la educación emocional.
La especialista detalló que en España ya se han hecho dos evaluaciones del programa en 2011 y 2018. En ambas instancias quedó demostrado que “el programa mejora la comprensión emocional, se disminuye el retraimiento social de los niños y jóvenes, aumentando su capacidad de relacionarse con otros”. Destacó que las evaluaciones señalan mejores niveles de manejo del estrés, un aumento significativo en la creatividad y una baja en los índices de violencia. Además, apuntó que este tipo de programas termina mejorando el rendimiento académico –aunque no sea el objetivo final–, por el simple hecho de que en un buen ambiente de clase se aprende más y mejor. En las evaluaciones no sólo se recogieron las opiniones de jóvenes y docentes, sino también de las familias, que, según Yépez, reportan ver actitudes más generosas en sus hijos y los notan de mejor humor.
Rebour señaló que varios estudios demuestran el beneficio de la educación emocional en todos los niveles, incluyendo el rendimiento académico. A modo de ejemplo, indicó que “hay investigaciones en matemática en las que se demuestra que en el momento de la prueba se generaba un estado de ansiedad impresionante en los estudiantes, que no lograban manejar su estrés y eso hacía que les fuera mal en las pruebas”, y agregó: “También se ven los beneficios en el rendimiento de los niños; cuando ellos le tienen miedo al fracaso, cuando no lo saben manejar, dejan de probar cosas nuevas, y eso va a en detrimento de su proceso de aprendizaje”.
Sobre el incremento en el número de liceos con los que se va a trabajar, Yépez señaló que el trabajo con adolescentes sobre las habilidades sociales es muy importante. “Permite que en esta etapa tan importante de la vida se enfrenten a situaciones de riesgo con otra impronta; pueden decir ‘no’ sin sentirse culpables, pueden hablar y explicar desde el respeto y el entendimiento, por lo que tienen más seguridad para enfrentar situaciones como el consumo de drogas y la violencia”.
Hasta ahora, la única institución que trabajaba con el programa Educación Responsable en el país era la asociación civil Emocionarte, que llegó a 23 centros, sumando unos 7.000 estudiantes, con muy buenos resultados. Rebour marcó que la diferencia es que en la mayoría de los casos, las escuelas y colegios han pagado por el programa, pero mediante el acuerdo que se firmó con Plan Ceibal, los 16 centros donde se aplicará accederán a la iniciativa sin costo.