La psiquiatra y doctora en Neurociencias del Comportamiento Jean Clinton se ha especializado en la importancia del aprendizaje socioemocional en el desarrollo del cerebro. En diálogo con la diaria, la experta canadiense aseguró que impulsar estas habilidades es “parte fundamental del bienestar de los estudiantes” y lo describió como “un proceso de desarrollo continuo”.
Para Clinton, “el aprendizaje social y emocional es una parte esencial de las habilidades de las personas y continúa su desarrollo a lo largo de la vida. Mientras aprendemos cómo vamos a lidiar con el coronavirus estamos desarrollando nuestra atención sobre cómo nos sentimos y reaccionamos ante diferentes cosas”.
El aprendizaje socioemocional comienza entre los dos y tres años y se relaciona con el conocimiento de uno mismo y de los pares, así como con las primeras estrategias de solución de problemas, por eso es importante comenzar con su desarrollo en los primeros años de educación en los sistemas formales, opinó la especialista.
Clinton detalló que el aprendizaje socioemocional “es una parte esencial del desarrollo humano y es absolutamente un pilar del aprendizaje. Los niños que no pueden controlar su comportamiento en realidad tienen una razón; si pensamos qué necesidad no está siendo satisfecha para ese niño, muy frecuentemente encontramos que son necesidades emocionales”.
“Cuando la escuela le parece aburrida o lo que aprende no tiene nada que ver con su vida es cuando empieza a haber necesidades insatisfechas a nivel educativo”, puntualizó Clinton, y agregó: “Por eso soy una gran entusiasta de las nuevas pedagogías, porque realmente se propone conectar con los chicos y sus necesidades y construir competencias de esa forma”.
Según detalló la neurocientífica, las últimas investigaciones indican que cuando los docentes focalizan su trabajo en lo socioemocional, no sólo crean un ambiente más amigable para el aprendizaje, sino que también “se vuelven conscientes de sus propias emociones y sus necesidades”. Asimismo, quedó demostrado que “a los niños que tienen mejores habilidades socioemocionales les va mejor a nivel académico, es una situación en la que todos ganamos. Los docentes, si reconocen esto, empiezan a prestar atención al clima emocional en la clase y a entender qué es lo que le está pasando a cada niño, incluso al que no se está comportando de la mejor manera”.
“Si no nos enfocamos en esto no podemos tener una sociedad civilizada, si la gente no puede resolver situaciones complejas es muy difícil que evolucionemos; la escuela es un buen lugar para avanzar”, resumió Clinton.