Un vidrio perforado por un disparo de bala fue el resultado de un tiroteo en las afueras de la escuela 92 de Montevideo este jueves por la tarde, lo que generó una gran conmoción en el maestro a cargo del grupo y sus estudiantes. El azar hizo que nadie resultara herido, pero el hecho se suma a otros tantos que vienen registrando centros educativos “a lo largo y ancho del país”, explicó en una rueda de prensa la secretaria general de la Federación Uruguaya de Magisterio y del PIT-CNT, Elbia Pereira. Balaceras, robos y amenazas a docentes son los hechos violentos que más se reiteran en los últimos meses, según aclaró.
A su lado, Soledad Moraes, quien ocupa el mismo cargo en la filial montevideana de la Asociación de Maestros del Uruguay (Ademu), explicó que “el tema de inseguridad viene preocupando” al sindicato, que semanas atrás se reunió con el ministro del Interior, Luis Alberto Heber, y con el director de Seguridad y Convivencia Ciudadana de la cartera, Santiago González. Si bien los robos y episodios de violencia registrados mayormente se dan en las afueras de los locales escolares, como se dan en “inmediaciones muy cercanas, de alguna manera impactan en el funcionamiento de una escuela”, explicó Moraes.
Si bien el ingreso de una bala perdida a un salón de clases fue una situación traumática, no fue el único hecho de violencia en el entorno de una escuela que se registró en la tarde de este jueves. Según relató Moraes, sobre el mediodía, en el horario de entrada del turno vespertino de otra escuela, maestras y niños presenciaron el tramo final de una persecución policial. Ello generó una situación de mucha tensión, ya que por su imprevisibilidad las docentes tuvieron que apelar a llevar a los niños a un lugar seguro lo más rápido posible, lo que inevitablemente afectó el inicio de la jornada escolar.
Tanto Pereira como Moraes coincidieron en que todavía no se ven los resultados de las respuestas anunciadas por el Ministerio del Interior (MI), que se comprometió a hacer un mayor patrullaje en algunas escuelas de la capital. Tanto la FUM como Ademu Montevideo reclaman la generación de ámbitos colectivos en los que pueda aportar soluciones para el abordaje de este tipo de episodios y evitar que se sigan reiterando.
En relación a las medidas que pueden tomarse en el ámbito de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), Moraes indicó que “hace dos o tres años” Ademu Montevideo solicitó la creación de un protocolo para cuando los episodios de violencia pasan fuera de la escuela, pero de todas formas afectan a los actores del centro educativo. Sin embargo, la sindicalista comentó que es algo que todavía “no se ha concretado”.
“Los centros educativos no están alejados de las comunidades, forman parte de las comunidades y los barrios, de las distintas ciudades, de las poblaciones. Estos hechos de violencia que ocurren en los barrios tienen que tener una respuesta clara desde el gobierno, que es el que tiene la responsabilidad de generar esta tranquilidad y esta seguridad a la población”, señaló Pereira, y reclamó que las maestras y los niños puedan llegar en forma segura a los locales escolares.
Contención y cuidado
Julián Mazzoni, representante docente en el Consejo Directivo Central (Codicen) de la ANEP, dijo a la diaria que lo ocurrido esta tarde en ambas escuelas generaron una “situación de angustia” y “preocupación”. En ese sentido, comentó que con la otra consejera docente, Daysi Iglesias, se comunicaron con la directora general de Educación Inicial y Primaria, Graciela Fabeyro, para elevar recomendaciones.
Mazzoni sostuvo que propusieron que este viernes se presente un equipo multidisciplinario para ayudar a contener a los docentes y, particularmente, a los niños. “Primaria tiene que actuar”, aseguró.
A su vez, indicó que el presidente del Codicen, Robert Silva, debería mantener una nueva reunión con Heber, con quien mantuvo un encuentro la semana pasada. Según consideró Mazzoni, es necesario afinar mecanismos para que el procedimiento policial “tenga ciertos cuidados”, en referencia a que no tengan a los entornos próximos a los centros educativos como escenario. “Entendemos que la Policía tuviera que enfrentar esta situación, pero nos llama la atención que no se hubiera considerado la seguridad de los niños y familiares”, expresó.
Estos episodios son “una serie más” de “problemas” que los “tienen muy preocupados” porque “cuanto más se repita” hay chance de que ocurra “algo más grave”.