El objetivo es “democratizar el acceso a la educación terciaria en el país”, aseguró a la diaria el diputado por el Partido Colorado Felipe Schipani. Bajo ese argumento principal, el legislador se basó en experiencias internacionales “exitosas” para elaborar un proyecto de ley, junto al asesoramiento del profesor y especialista en políticas de educación superior de América Latina Claudio Rama, que crea la Universidad Virtual del Uruguay (UVU).
El documento ya está en la Comisión de Educación y Cultura del Parlamento y también fue presentado públicamente por el diputado y por Rama, en el anexo del Palacio Legislativo. Según la exposición de motivos del proyecto, la idea surge “como respuesta a parte de los problemas de acceso y cobertura de la educación superior en Uruguay, especialmente en el interior del país, y para múltiples sectores sociales que por sus diversas características requieren una educación más flexible”.
Schipani especificó que al igual que “toda la enseñanza”, la UVU funcionará como un ente autónomo, y además de ser exclusivamente virtual -a excepción de la realización de ciertas prácticas que no puedan efectuarse con simuladores u otros elementos tecnológicos-, también será “pública y gratuita”.
Las dificultades de acceso y cobertura que mencionó en el proyecto se tratan, según dijo, de “barreras geográficas”, particularmente, aunque reconoció el “esfuerzo” de la Universidad de la República (Udelar) por regionalizar la educación, así como la importancia de la Universidad Tecnológica del Uruguay. En esa misma línea, señaló que en el país “es imposible” tener una universidad por departamento, incluso aunque haya un aumento de presupuesto, porque habrá siempre una “cuestión de demanda compleja”.
En ese marco es que entra la UVU: hay “personas que tienen que trabajar, hacerse cargo de sus hijos, tienen una familia, y por más que tuvieran la facultad en la esquina, se les hace muy dificultoso porque no tienen tiempo”, narró Schipani, y concluyó que con esta nueva universidad, “cuando terminás con las tareas domésticas, podés conectarte virtualmente un sábado de mañana cuando los gurises están durmiendo, cuando tenés tiempo”.
Consultado sobre por qué no profundizar la enseñanza virtual desde la propia Udelar, Schipani señaló que “la educación cada vez tiende más a la especialización, y las instituciones van generando una cultura institucional”. La Udelar, en particular, dijo que tiene una cultura institucional “forjada a lo largo de 150 años de historia” y, por tanto, para “una institución que tiene ese bagaje” basado en la presencialidad, “es muy complejo cambiar esa lógica”. “Para proyectar una nueva metodología de enseñanza universitaria, como es la virtual, se requiere una nueva institución que vaya generando su nueva cultura”, aseguró.
Funcionamiento
La UVU está planteada como una persona jurídica pública. Según se desarrolla en el proyecto de ley, la financiación será a través de los aportes asignados por las leyes presupuestales, “incluidos fondos provenientes del endeudamiento público, con el producido de convenios con los sectores productivos y de servicios, de donaciones y legados que se le atribuyan, así como los recursos que obtenga por la prestación de servicios”.
El último punto refiere a que, si bien la universidad será pública en la generalidad, será arancelada para los estudiantes no residentes -aunque podrán tener la posibilidad de acceder a becas- y cobrará los estudios de posgrado y de educación continua.
La modalidad estará centrada en el “autoaprendizaje” y el enfoque será “por competencias”. Una de las grandes pretensiones es “formar y actualizar profesionales con un perfil creativo y emprendedor”. Habrá evaluaciones, microcertificaciones y certificaciones, que tienen como fin “posibilitar el acceso a mayores niveles de calificación y a su integración en la educación terciaria y universitaria”.
En este caso, las titulaciones de carácter terciario y universitario serán “de acuerdo con lo establecido en cada plan de estudio, ajustados a la Clasificación Internacional Normativa de la Educación de la Unesco”. A su vez, los egresos que sean de grado requerirán también “pruebas de suficiencia”: “se propenderá a su realización en colaboración con empresas, organizaciones, colegios o asociaciones profesionales o sociales”, establece.
A pesar de ser virtual y a distancia, la UVU contará con actividades presenciales en los casos en que “no existan sistemas para su realización en forma virtual bajo simuladores u otros sistemas”, para las prácticas o las idas a laboratorios. Dada la salida de la virtualidad, estas actividades podrán ser hechas por convenios, ya sea con instituciones públicas o privadas como nacionales o extranjeras. Asimismo, habrá posibilidad de hacer pasantías académicas que les otorgarán créditos -que serán parte de la modalidad de la cursada- y les darán microcertificaciones.
El desarrollo de la oferta de la universidad dependerá de la demanda, según explicó Schipani. Aún así, en el proyecto se manifiesta que estarán presentes “las diversas áreas del conocimiento”, de la mano de “la investigación, la innovación, el emprendedurismo y el servicio y la vinculación a los diversos entornos laborales, sociales, económicos y culturales”.
También impulsará programas de “enseñanza terciaria y universitaria, y de actualización técnica y profesional”, exclusivamente por parte de la UVU o “en conjunto con otras instituciones educativas u organizaciones públicas y privadas nacionales e internacionales”. En ese marco, se especifica que la sede de la UVU será en Montevideo, pero “podrá tener filiales propias o por convenio con instituciones públicas o privadas nacionales o extranjeras para el desarrollo de sus diversas funciones administrativas, de docencia, investigación o extensión, tanto en el país como fuera”.
Gobernanza
Según establece la iniciativa, la universidad tendrá tres órganos de gobierno: un Consejo Directivo Central (CDC), un rector y un Consejo Consultivo (CC).
El CDC se integrará por dos consejeros y el rector. Los tres miembros tendrán que ser propuestos por el Poder Ejecutivo y designados por el Senado. Por su parte, el CC es caracterizado en el proyecto de ley como “el órgano asesor del CDC en todos los aspectos”, y, por tanto, “tendrá la más amplia autonomía técnica”. Además de estar compuesto por los mismos integrantes que el CDC (presidido por el rector), formará parte un representante elegido por el orden docente, otro por el orden estudiantil, un representante del Plan Ceibal, de las cámaras empresariales, de los colegios o asociaciones profesionales, de la organización de los trabajadores, otro designado por el Congreso de Intendentes, del Poder Legislativo y, por último, un representante del Ministerio de Educación y Cultura.
El rector y los demás integrantes no lectivos del CDC podrán ocupar el cargo por cuatro años y renovarlo por una vez. Los representantes del orden estudiantil y docente, en cambio, lo ocuparán por la mitad de tiempo. Asimismo, habrá una Gerencia Administrativa, otra Académica y de Evaluación, una Tecnológica y otra de Mediaciones y Recursos de Aprendizaje, que estarán sometidas al CDC y al rector, aunque la Gerencia Académica será la encargada de supervisar a los departamentos que ejecutarán los programas académicos.
Quienes quieran ser funcionarios de la UVU ingresarán mediante concurso y con contrato a término, por no más de cinco años en funciones. Por último, se aclara que la Universidad tendrá que “realizar evaluaciones externas quinquenalmente y presentará informes anuales públicos de gestión”.
“Yo entiendo que es absolutamente necesaria”, resumió Schipani sobre la creación de la UVU. En cuanto a la viabilidad de su aprobación en el Parlamento, señaló que el proyecto está abierto a modificaciones porque entiende que requiere de adhesiones y que manifestó que “ojalá” llegue al “consenso”, porque la UVU “es imprescindible para garantizar el derecho de la educación que establece la Constitución, pero para muchos es muy difícil de acceder”.