El mismo día en que el pedagogo hubiera cumplido 130 años, la Dirección General de Educación Inicial y Primaria (DGEIP) anunció una serie de actividades para conmemorar el natalicio de Agustín Ferreiro y su legado en la educación uruguaya. El maestro fue clave en el desarrollo de la educación rural en Primaria y precisamente por eso el centro que forma a los maestros para desempeñarse en escuelas rurales lleva su nombre.
En la actividad realizada este lunes, Limber Santos, actual director del centro y hasta hace pocos meses director de Educación para el medio rural en la DGEIP, hizo una semblanza de su trayectoria y sus aportes pedagógicos.
Según destacó, Ferreiro protagonizó “la escena fundacional de la pedagogía rural uruguaya y de la pedagogía del siglo XX”, de la cual hoy todos los docentes y comunidades educativas se sienten “herederos”. Al respecto, recordó que las décadas del 30 y el 40 de ese siglo estuvieron marcadas por la “discusión académica”, ya que “a través de concursos de pedagogía, publicaciones y congresos, maestros y maestras discutían temas del momento”. Santos recordó que la primera aparición pública de Ferreiro fue en 1933, junto a María Espínola y Pedro Ferrari, en un congreso nacional de maestros.
En 1936 se realizó el primer concurso de pedagogía, a cargo del Consejo de Enseñanza Primaria y Normal de la época, que se extendió en el tiempo con la intención de que exista “mucha producción intelectual de maestros” y con la publicación de los mejores trabajos, relató Santos. Si bien Ferreiro no ganó el concurso de ese año, que se refirió a reformas que deberían aplicarse en la educación rural, y sólo ganó una mención, su texto fue el que más trascendió. Según contó el director del centro que lleva su nombre, en 1937, cuando ejercía como inspector regional en Durazno –luego de haber sido trasladado por la dictadura de Gabriel Terra– terminó publicando su producción en el libro La enseñanza primaria en el medio rural. Al respecto, Santos consideró que “es el libro de cabecera del magisterio nacional del siglo XX y no sólo de los maestros rurales”.
Al respecto, el maestro consideró que al leer cualquiera de los escritos de Ferreiro sus ideas mantienen actualidad, ya que “nos ofrece categorías de análisis que echan luz sobre problemas que sentimos como propios de esta época”. Según resumió Santos, el pedagogo planteó en aquella época que los maestros debían “dejar de tener a los niños encerrados en el aula” y, por el contrario, llevarlos “a la colina, al monte, al tajamar, al río, para que haya un aprendizaje vinculado con los problemas reales”. En ese sentido, planteó que ya en aquellos años instaló la idea de “aprender haciendo y con otros”, y “en contacto con la naturaleza y la realidad social”.
Ferreiro ejerció la docencia directa entre 1914 y 1924, cuando pasó a desempeñarse como inspector regional de Primaria, primero en Soriano y luego en Durazno. Además, desde 1944 a 1948 fue vicepresidente del entonces Consejo Nacional de Enseñanza Primaria y Normal, desde donde generó un proyecto de “escuelas granja”, que para finales de esa década ya eran más de 100 en todo el país. Ferreiro murió en 1960 y, según contó Santos, en la última década de su vida se dedicó a dar conferencias en distintas partes del mundo. El docente marcó que, desde todos los cargos que ejerció, Ferreiro siempre promovió e incitó a otros educadores “a generar pedagogía”.
Actividades de conmemoración
En este contexto, las autoridades de la DGEIP anunciaron distintas actividades que se desarrollarán principalmente entre setiembre y octubre, como la reedición de un concurso académico para maestros y maestras de todo el país. Si bien hasta ahora se llamaba concurso de pedagogía, ahora llevará el nombre de concurso en ciencias de la educación. Según explicó el subdirector de la DGEIP, Eduardo García Teske, se trata de una “nueva etapa” del certamen, que apunta a “recuperar idea de reflexión, de análisis, de investigación, de la mejora profesional que realiza cada docente en forma individual y colectiva, y poner sobre el tapete el concurso con la figura de Ferreiro”.
El concurso, que había sido llamado por última vez en 2007, va dirigido a maestros titulados de todo el país, que no necesariamente deben estar en actividad. El tema elegido es “Agustín Ferreiro, valoración de sus aportes para la reconstrucción de la identidad pedagógica nacional en los actuales contextos de globalización de nuestra sociedad”, según contó García Teske. Por su parte, el plazo de presentación de los trabajos es hasta el 28 de febrero de 2024, y en marzo el tribunal –integrado por Agapo Palomeque, Mercedes López, Teresita González de Tantesio y María Gloria Olano– va a evaluar los trabajos y otorgará los premios.
Otras de las actividades que se realizarán para conmemorar a Ferreiro serán una mesa de discusión sobre su legado, el 28 de setiembre, y unas jornadas académicas, el 26 y 27 de octubre, ambas en el Centro de Formación Permanente de la DGEIP. La inspectora técnica del organismo, Ivonne Constantino, planteó que se invita a los docentes a generar actividades con los niños sobre el pedagogo. Si bien la invitación está dirigida a todos los centros de la DGEIP, lo está especialmente a las escuelas rurales y a las que llevan el nombre de Ferreiro, ya que un centro educativo tiene el nombre del maestro.
Constantino señaló que también se pide a los docentes que registren audiovisualmente las actividades y que las envíen a la DGEIP para realizar una muestra en octubre. Sobre ese tipo de actividades también habrá un concurso dirigido a centros educativos y grupos de escuelas públicas, que tiene el objetivo de colectivizar las experiencias.
En suma, en octubre se realizará una jornada de puertas abiertas en el Centro Agustín Ferreiro, ubicado en el kilómetro 40 de la ruta 7, en el departamento de Canelones, a la que estarán invitados especialmente los estudiantes de cuarto año de la carrera de maestro de educación común.