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Archivo, abril de 2024.

Foto: Ernesto Ryan

“Ausentismo crónico” de escolares: referentes en educación advierten sobre la “multiplicidad de causas” y plantean soluciones para revertirlo

8 minutos de lectura
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Ante un nuevo período de gobierno del FA, integrantes de la fuerza política y la presidenta de ANEP analizaron los motivos del aumento de inasistencias de niños y niñas en las escuelas públicas y las estrategias para abordar la problemática.

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Leído por Andrés Alba.
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Se habla de “ausentismo crónico” de escolares. No es de ahora, pero desde la pandemia los datos muestran un agravamiento de la situación.

Según el último reporte del Instituto Nacional de Evaluación Educativa (Ineed) con base en la sistematización de datos de la Dirección General de Educación Inicial y Primaria, en 2019 “sólo un poco más del 50% de los alumnos logró una tasa de asistencia superior al 90% de los días de clase”, y “la tasa promedio de asistencia ha ido disminuyendo progresivamente: en 2022 desciende dos puntos porcentuales (a 86,6%) y en 2023 otro medio punto (a 86,1%)”.

Asimismo, el instituto realizó un análisis del ausentismo desde marzo a agosto de este año, y si bien no son comparables con los datos anuales del período 2019-2023, muestran una tendencia similar e incluso una profundización.

En esos meses del año, “la mayoría de los alumnos no alcanzan un nivel de asistencia normal”, ya que 66,3% se ubica en el grupo de ausentes crónicos: 38,9% presentó ausentismo frecuente y 27,4% severo”. En tanto, de acuerdo a los dos últimos informes del instituto, las medidas que tomó Primaria para paliar la situación no alcanzaron, sobre todo si se evalúan los datos de incremento luego de la pandemia.

El análisis desde el Frente Amplio

Selva Pérez, exinspectora técnica de Primaria, dijo a la diaria que recibió los últimos datos reportados por el Ineed con “angustia e impotencia, porque lo que el mundo adulto hoy está ofreciendo a esas niñeces no alcanza”. Asimismo, señaló que tiene “el deseo de transformar esa impotencia en potencia para llevar adelante estrategias que puedan revertir esa situación”.

Para Pérez, es necesario analizar el tema “desde múltiples aristas”. Aun así resaltó, antes que nada, que “desde hace mucho tiempo” la situación estaba “diagnosticada”, por ende, lo que hace falta es “entretejer soluciones”. “Todo el mundo adulto propone cosas, pero la pregunta que tenemos que hacernos es por qué no llegamos a revertirlo”, afirmó.

De acuerdo a la exinspectora técnica, hay algunas hipótesis que pueden explicar el punto actual de las inasistencias. En primer lugar, manifestó que “hace falta sentarnos y poder compartirnos los diferentes dispositivos institucionales que hay, qué pensamos de estos datos, qué estrategias queremos diseñar y que no haya dispositivos que terminan haciendo más o menos lo mismo y que no terminen de revertir la situación”.

En ese marco, Pérez subrayó que es necesario aceptar que “la escuela sola no puede” y que es elemental trabajar con la familia, involucrarla como “coeducadores”. Por otro lado, según la exinspectora, la transformación educativa ha hecho que a los colectivos docentes “se les vaya muchísimo tiempo y energía en cuestiones burocráticas, en cómo planificar y ver si esto es nuevo o distinto, o igual pero con otro nombre”. En consecuencia, para Pérez esto ha restado tiempo para que “los docentes realmente puedan hacer para lo que están, que es mirar a los niños, conocerlos, involucrar a las familias en las propuestas educativas, crear instancias de encuentros”.

Otro punto que remarcó como clave es la grupalidad de los niños y las niñas con sus pares, que para Pérez forma parte del “encantamiento” de la escuela y del “conocimiento profundo”.

Pablo Caggiani, integrante del directorio del Ineed en representación del Frente Amplio (FA), aclaró que los últimos reportes ratifican lo que ya se había anunciado en los monitores educativos de Primaria. En ese marco, reiteró que “no es un problema nuevo en Uruguay” y enumeró algunas medidas que durante los gobiernos frenteamplistas se crearon para atacar la problemática, como “la campaña de asistencia a clase todos los días, el niño cero falta, las alertas en el sistema informático cuando había más de tres inasistencias”.

Para Caggiani, “la inasistencia es un problema en términos de aprendizaje, vinculación con los padres, referencia con los adultos, y es un predictor de dificultades en la trayectoria educativa y en la adquisición de los conocimientos”.

A pesar de que afirmó que la problemática data de tiempo atrás, también evidenció que “hay un fenómeno que tiene que ver con la pandemia, que afectó en todo el mundo, pero en Uruguay hay una subestimación de cómo esto estaba sucediendo”. En ese sentido, marcó que el informe advierte “que el ausentismo crónico aumenta año a año, no es que se logró bajar o estabilizar”.

Al igual que Pérez, Caggiani esbozó que el ausentismo “es un fenómeno muy complejo, porque tiene que ver con un conjunto de razones que son muy diversas: las creencias y las valoraciones de la familia, la agenda de los cuidados de los más chicos –que son los que más faltan porque no van solos a la escuela–, las políticas de ciudad si estás en el medio urbano o rural”. En conclusión, complejidades que “tienen que ver más con los entornos y con el repliegue del Estado en el territorio”. De acuerdo a Caggiani, en este período de gobierno los equipos de territorio “fueron bastante debilitados”.

En relación, dijo que la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) estableció el Plan Asiste –un control de las asistencias e inasistencias de cada centro educativo a través de las inspecciones–, pero reclamó que haya sido implementado recién a mediados de 2023, “es decir, un año y medio después de la vuelta total de la pandemia. Por tanto, antes de 2023 no hubo acción y con el plan todavía no hay efectos”. “No sólo se reacciona tarde, sino que parece que los instrumentos no son los mejores”, manifestó.

Por otro lado, destacó que hubo algunas acciones de esta gestión de la administración que tuvieron “algún resultado positivo”, como el envío de cartas desde Ceibal a ciertas escuelas y familias, que remarcaban las inasistencias. Según Caggiani, esta acción movió casi 7% de mejora de la asistencia.

Propuestas para mejorar la situación

“Lo primero que tenemos que hacer es darles el respaldo a los docentes, decirles que confiamos en su formación y que todos comulgamos con algo común: queremos a los niños y niñas en la escuela y en un clima de bajo riesgo para que formen parte”, aseguró Pérez, ante el inicio de un nuevo gobierno frenteamplista y al evaluar las principales acciones a realizar para revertir el ausentismo crónico.

Este punto se vincula con que, para la exinspectora técnica, “los docentes saben cuáles son las familias que endogámicamente tienden a faltar, saben quiénes están siempre y quiénes no”. Por tanto, aseguró que “los colectivos docentes tienen elementos para ir a buscar a esos niños”. A su vez, manifestó que es necesario “trabajar la grupalidad en los colectivos docentes: tienen que sentirse parte de la institución y el sistema, porque hoy se generó una brecha”, dijo, y agregó que “tampoco hay que escatimar con la cantidad de adultos en las escuelas, porque a veces se necesita más de un adulto para manejar la inclusión con calidad, trabajar con la familia fuera de la escuela y dentro”.

Por otro lado, hizo referencia a la propuesta del FA de la extensión del tiempo pedagógico y señaló que “en tanto los adultos a la interna de la escuela y del barrio tengan un tiempo para planificar y coordinar”, también será uno de los caminos que pueden ayudar a paliar la situación.

Al respecto, Caggiani complementó con que “sólo extender el tiempo no modifica esto, ya que las escuelas de tiempo completo y extendido se comportaron igual y aumentaron la cantidad de inasistencia crónica”. Sin embargo, dijo que sí pueden tener un efecto positivo si se piensa en “los equipos multidisciplinarios, las maestras comunitarias, los apoyos para el inicio de clase, es decir, que hay un conjunto de acciones que están orientadas a acompañar a los gurises con más dificultades, y a medida que esto se active, van a mejorar necesariamente la asistencia”.

Por otro lado, dijo que también es necesario “resolver” otros factores que afectan la asistencia escolar, como “la pobreza, la vulnerabilidad y las condiciones de vida” de los niños.

La mirada de la ANEP

A pocos meses de que finalice la gestión del quinquenio de la ANEP, su presidenta, Virginia Cáceres, afirmó también a la diaria que ya estaban al tanto del panorama y que desde hace tiempo atrás han implementado acciones desde la ANEP, fundamentalmente en Primaria. Hizo énfasis en el Plan Asiste y en las acciones de Ceibal como unas de las medidas principales para controlar las inasistencias e intentar que desciendan. Al respecto de las cartas de Ceibal que han entregado a las familias, Cáceres señaló que aún queda analizar los efectos que tuvo la última entrega, en octubre.

En este marco, dijo que además de haber impactado el año pasado en los niveles de inasistencia, mostró un “factor de comportamiento”: la inasistencia “no se visualiza de parte de las familias como un problema y tiene que ver con lo cultural de comportamiento”.

Por otro lado, hizo énfasis en que ya en 2019, antes del período de gestión de la Coalición Republicana, el “problema de la inasistencia” existía con un porcentaje “altísimo”, y que, por tanto, se trata de “un problema estructural del sistema” que en el correr de los años no ha “podido dar una respuesta significativa”.

En cuanto a la incidencia de la pandemia, Cáceres analizó que “agudizó el problema” y “el comportamiento tuvo un factor decisivo”: durante ese período, dijo que “el lugar seguro era la casa y eso generó un cambio que potenció la mirada de las familias, sobre todo en los más chiquitos de Inicial, al pensar que si está con un poquito de gripe mejor que se quede en casa, porque está más seguro que en la escuela”. Al respecto, dijo que en las familias “no está tan presente que un día que no va al jardín impacta en el desarrollo de sus aprendizajes”.

Además, admitió que la pandemia “dejó secuelas”, y consideró que “el sistema educativo tiene que hacer un análisis profundo para poder modificar eso”. “Todos coincidimos que es estructural, y cualquier cosa externa lo profundiza, como la pandemia o podría ser otra situación, porque el problema es mucho más de fondo”, consideró.

Aun así, descartó una de las afirmaciones del Ineed: que las medidas tomadas por Primaria no han sido suficientes. “No es tiempo de evaluar si las acciones de Primaria fueron insuficientes o no, estamos en el proceso de evaluar algunas acciones; creo que hay que esperar a los resultados finales de todos los procesos que se han hecho al cierre del año y, seguramente, con el monitor del próximo año estén los datos consolidados de las inasistencias. Ahí vamos a poder tener una mirada cabal de por lo menos el año entero de las acciones”, planteó.

En sintonía, también descartó la visión de Pérez sobre la influencia de la transformación educativa en el colectivo docente y, por tanto, también en la problemática puntual. Para Cáceres, tal análisis es “absolutamente forzado para seguir criticando la transformación educativa; es como tapar el sol con la mano”.

De acuerdo a la presidenta de la ANEP, “el sistema educativo tiene un montón de personas que no son los docentes que están en el aula y también trabajan con el vínculo con la familia”. Agregó que el “trabajo no es responsabilidad 100% del docente, porque está mal pretender que es el único responsable de generar el cambio, ya que es mucho más profundo y multicausal”. Según apuntó, en 2019 los porcentajes de inasistencia también eran altos y no existía la transformación.

“Hay un montón de cosas para poner sobre la mesa: les entregamos botas de lluvia y capas a los niños y niñas de quintiles 1 y 2 cuando identificamos que había una situación que complicaba el traslado cuando llovía, como una solución posible, pero creo que esto es multicausal, que tiene un montón de factores”, esgrimió Cáceres. Puntualmente, hizo referencia al factor “muy fuerte cultural y de comportamiento y otros propios de desigualdad que viven determinadas familias”. “Hay que generar una batería de acciones que tienen que ir todas juntas y que traten de apuntar a las distintas aristas”, concluyó.

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