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Foto: Camilo dos Santos

Aristas 2023 muestra desempeños de escolares similares a los de 2020, con importantes brechas socioeconómicas

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El informe del Ineed da cuenta de que las metas que se trazó la ANEP para el quinquenio se cumplieron en tercer año de escuela, pero no se lograron en sexto grado.

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Leído por Mathías Buela.
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Junto con PISA, las pruebas Aristas, a cargo del Instituto Nacional de Evaluación Educativa (Ineed), son la principal herramienta para medir el desempeño en lectura y matemática de los estudiantes del sistema educativo uruguayo de centros públicos y privados. La medición se aplica en tercero y sexto de escuela, y en noveno grado de la educación media –tercer año antes de la transformación curricular–.

Después de dos mediciones aplicadas en 2017 y 2020, en 2023 se aplicó una tercera en una muestra representativa de escuelas primarias de todo el país. Este lunes se publicará el estudio y se presentarán públicamente los principales resultados, que muestran un estancamiento de los resultados respecto a 2020 y una mejora para los estudiantes de tercer grado con relación a 2017.

De acuerdo a la medición, en 2023 39,6% de los niños de tercer grado se ubicó en los dos niveles más bajos de desempeño en las pruebas de lectura, que en total cuentan con cinco niveles de logro. Dicho resultado muestra el cumplimiento de la meta que se fijó el actual gobierno de la educación, que se propuso que menos de 43% de los estudiantes estuvieran en las dos categorías de peores resultados al final del período. No obstante, el estudio da cuenta de una situación ya reflejada en mediciones anteriores: los resultados dependen del contexto socioeconómico de los estudiantes.

En ese sentido, los estudiantes de tercero ubicados en las dos categorías más bajas de lectura fueron 17,9% en las escuelas de contexto muy favorable y la cifra asciende a 61,1% en el contexto muy desfavorable. En el otro extremo, “en el contexto muy favorable el porcentaje de alumnos de tercero en el nivel más alto de lectura es del 38,7%, mientras que en el contexto más desfavorable es del 7,4%”, se señala. De hecho, si se excluye el efecto del contexto del centro educativo, las escuelas de práctica presentan mejores resultados que los colegios privados, que en su totalidad son centros de contextos favorable y muy favorable.

En el caso de matemática para tercer año de escuela, Aristas muestra que un poco menos del 45% de los estudiantes se ubicó en los dos niveles más bajos de desempeño, lo que también sirve para que el gobierno cumpla la meta de llegar a menos del 46% de niños en dichos niveles al final del quinquenio. Si se observa cómo se comportan los centros educativos de distinto contexto socioeconómico, en los de contexto muy favorable sólo el 18,9% de los estudiantes se ubican en los peores niveles de desempeño, porcentaje que sube a 67,4% en las escuelas de contexto muy desfavorable.

Asistencia fue peor en escuelas públicas en relación a colegios privados

En la misma línea que estudios previos, el informe Aristas Primaria muestra un aumento de las inasistencias entre 2017 y 2023. En 2017 cerca de un 40% de los alumnos de tercero y sexto marcó que había faltado al menos una vez en las últimas dos semanas de clase, pero en 2023 dicho porcentaje aumentó a 57,1% en tercero y 53,8% en sexto, algo que se aprecia en todos los tipos de escuela. No obstante, los estudiantes de escuelas públicas presentan una mayor proporción de inasistencias que los de centros privados. “Mientras que en los centros privados el 32% de alumnos de tercero y sexto faltaron al menos una vez, en los públicos esta proporción asciende a 64,3% en tercero y a 58,6% en sexto”, se señala. Además, se consultó a los escolares de sexto cuántas veces habían llegado tarde a la escuela durante las últimas dos semanas: en 2017, 28,3% de los niños admitió al menos una llegada tarde en ese lapso, cifra que en 2023 subió a 37,3%.

Respecto a las mediciones anteriores de Aristas, el puntaje promedio para tercer año, tanto en lectura como en matemática, “no muestra variaciones significativas respecto a 2020, pero sí resulta significativamente más alto que el de 2017”, se detalla en el estudio. En ambas áreas se mejoró en más de seis puntos porcentuales la participación de estudiantes en los dos niveles de mejor desempeño que plantea la prueba respecto a 2017: 6,4% más en lectura y 6,1% más en matemática. De acuerdo a la situación socioeconómica de los centros, el mayor crecimiento se dio en los contextos medio y favorable, con 10,5 y 11,5 puntos porcentuales de aumento, respectivamente.

Al igual que en las mediciones anteriores, en 2023 los alumnos de tercer grado se concentran mayormente en el nivel 2 de desempeño en matemática, con 42,8% en ese nivel, pero se constató “un corrimiento” desde los dos niveles inferiores a los dos niveles superiores: en 2017, 50,9% de los alumnos de tercero se encontraban en los niveles 1 y 2, mientras que en 2020 eran el 47,9% y en 2023, el 44,7%.

Desempeños estancados en sexto año no alcanzaron metas del gobierno

En el caso de sexto año, la situación es algo distinta, ya que los resultados se mantienen estables respecto a 2017 y 2020, por lo que no se alcanzaron las metas que se había trazado el actual gobierno al comienzo de su mandato. En el caso de lectura, la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) estableció que en 2024 el porcentaje de alumnos en los dos niveles más bajos de lectura no superara el 18%, pero los resultados marcan que 19,7% de los niños están en dichos niveles.

Al igual que en el caso de tercer año, los datos varían significativamente entre los centros de mejor y peor contexto socioeconómico, con una brecha de casi 30 puntos. Mientras en los centros de peor contexto hubo 34,9% de los estudiantes en los niveles 1 y 2 de lectura, en los de contexto muy favorable apenas fueron 5,7%.

Por su parte, los resultados de desempeño en matemática marcan que 37,3% de los escolares de sexto año quedaron ubicados en los dos niveles más bajos, cuando la ANEP se había propuesto que al final del período no fueran más del 31%. En este caso, la diferencia en los resultados de escuelas de contextos desfavorables y favorables es de 46,3 puntos porcentuales: 58,7% en las primeras y 12,3% en las segundas. En tanto, si se excluye el efecto del contexto, las escuelas de tiempo completo son las que alcanzan mejores resultados. De todas formas, el informe da cuenta de que “en todos los tipos de escuelas se observa un nivel similar de inequidad en los resultados”.

En la comparativa con las ediciones anteriores de Aristas, los números muestran que en sexto año la participación de los estudiantes en los dos niveles más altos de desempeño de la prueba sólo aumentó 1% desde 2017, tanto en lectura como en matemática. De todas formas, si se analiza la situación a partir del contexto socioeconómico, se registra un aumento de entre 5,6 y 6,5 puntos porcentuales tanto en lectura como en matemática en las escuelas de contexto favorable, pero no ocurre lo mismo en el resto de los centros. “Estos resultados dan cuenta de un leve incremento de la inequidad en ambas áreas al finalizar la educación primaria”, se concluye al respecto.

A lo largo de las distintas ediciones de Aristas, el porcentaje de niños de sexto año en los niveles 1 y 2 de lectura fue oscilando: en 2017 era 20,2%, en 2020, 17,5% y en 2023 fue de 19,7%. Por su parte, en el caso de sexto año, si bien en todas las ediciones se ubican mayormente entre los niveles 2 y 4, el reporte da cuenta de una “leve desmejora” de los desempeños, lo que se ve en que en 2023 aumentó la participación de escolares en los niveles 1 y 2: “En 2017 los niveles inferiores (1 y 2) acumulaban el 34% de los alumnos, en 2020 este porcentaje fue de 34,2% y en 2023 este guarismo asciende al 37,3%”.

A nivel de género, si bien en ediciones anteriores no se habían constatado diferencias en los resultados de matemática para varones y mujeres, en 2023 esa situación cambió y por primera vez los desempeños de los varones en las pruebas fueron “levemente” mejores que los de las niñas.

Algunas explicaciones sobre los resultados

Aristas también da cuenta de algunas explicaciones e hipótesis a la hora de explicar los resultados obtenidos. En ese sentido, el reporte plantea que “alrededor de un 20% de las diferencias en los desempeños en lectura y matemática de los alumnos de tercero y sexto pueden ser explicadas a partir del efecto escolar” y que “el resto obedece a características individuales”. No obstante, “si se consideran los contextos socioeconómicos y culturales de cada centro, el efecto escolar se reduce a alrededor del 5%, lo que evidencia un reducido efecto de los centros educativos en incidir en los resultados alcanzados”.

Otro aspecto que en ambos grados y en las dos áreas de desempeño incide fuertemente en los resultados es el rezago de los estudiantes. Al respecto, Aristas muestra que los puntajes promedio de los alumnos sin rezago son mejores que aquellos que no están cursando el grado esperado para su edad. No obstante, si no se tiene en cuenta a los alumnos con rezago, quienes obtienen mejor resultado a la interna de su grupo son los estudiantes con más edad, lo que, según el estudio, podría asociarse a un mayor grado de maduración de los escolares.

Además, el informe da cuenta de que una mayor permanencia del maestro en el centro educativo incide en mejores resultados en las pruebas de desempeño. En el caso de sexto año, además, se indica que “una mayor percepción de seguridad de los alumnos en el centro educativo se asocia con mejores desempeños”, tanto en lectura como en matemática. En tanto, en dicho grado “el buen comportamiento de los alumnos en el aula y un menor tamaño de grupo tienen efectos positivos sobre los desempeños en matemática”.

Empeoraron habilidades socioemocionales en escolares

El estudio también da cuenta de la evolución de las habilidades socioemocionales en los escolares, lo que cobra especial importancia teniendo en cuenta posibles impactos de la pandemia de covid-19. En contraste con lo que se había constatado en educación media, donde “la motivación y autorregulación de los estudiantes se mantuvo estable entre 2018 y 2022, en educación primaria se observa una caída en 2023, a pesar de que había experimentado un aumento entre 2017 y 2020”. El estudio marca que a nivel de las habilidades interpersonales se constató “un descenso sostenido desde 2017”. Dichas habilidades dan cuenta de “la capacidad de entender las emociones de los demás, la identificación con grupos de pertenencia y la capacidad de establecer relaciones satisfactorias”.

Aristas 2023 no evaluó la transformación educativa, pero sí preguntó a docentes sobre su implementación

La aplicación de las pruebas se realizó en 2023, en el primer año de implementación de la transformación curricular impulsada por ANEP. No obstante, en ese momento no estaban vigentes los nuevos programas para tercero y sexto, por lo que los resultados de las pruebas evalúan lo obtenido a partir del currículo anterior, plantea el informe. En ese sentido, se aclara que, como “Aristas es una evaluación alineada al currículo nacional”, la próxima edición de las pruebas, que se aplicarán en 2025 en noveno y en 2026 en tercero y sexto, “se ajustará a los nuevos programas y documentos curriculares”.

No obstante, en el marco de Aristas sí se hicieron preguntas a maestros y directores referidas a la implementación de los cambios curriculares. En ese sentido, “más de la mitad del cuerpo docente manifiesta que la información recibida desde la ANEP sobre la transformación educativa no fue suficiente y adecuada para poder prepararse para implementar los cambios”. En el caso de los directores, la mayoría dijo haber recibido apoyo por parte de la inspección, pero, al mismo tiempo, 80% se sintió sobrecargado ante las nuevas demandas que trajo consigo la transformación.

Por su parte, casi 90% de los directores y maestros de tercero y sexto manifestaron “no haber recibido apoyos ni incentivos en materia de horas, días libres o licencia por participar de los cursos de la transformación curricular ni para realizar actividades de intercambio en la escuela”. No obstante, si se analiza por tipo de centro, los directores de colegios privados son los que reportaron en mayor medida haber recibido apoyos e incentivos para la realización de los cursos: “La mayor diferencia se observa en la liberación de horas de coordinación u otras horas laborales destinadas a actividades de intercambio y reflexión sobre la transformación en la escuela”, sostiene el informe, que muestra que “36,4% de directores de centros privados reportan este beneficio frente al 13,6% de los directores de escuelas públicas”.

Aristas da cuenta de que la mayoría de los maestros trabaja en una escuela que cuenta con salas docentes. En promedio, en las escuelas de tiempo completo dichos espacios se llevan adelante una vez por semana; en las escuelas Aprender, de práctica y privadas se hacen una vez al mes, y en las escuelas urbanas comunes se llevan a cabo una vez cada dos meses o más.

Como era de esperar, durante 2023 “la transformación curricular integral fue el tema abordado con mayor frecuencia en las salas docentes”, ya que 63,1% de los maestros la marcó como respuesta. “Le siguen el proyecto de centro, las estrategias y prácticas pedagógicas en general, los aspectos organizativos institucionales (temas seleccionados por casi el 40% de los docentes) y la convivencia escolar y los criterios de evaluación y promoción (señalados por casi el 25% de los maestros)”, reporta el informe.

Al respecto, agrega que “los temas tratados en menor medida fueron las estrategias didácticas para la inclusión de alumnos con dificultades de aprendizaje o con discapacidad; la planificación de actos culturales; los temas pedagógico-didácticos en el área del conocimiento de lengua, matemática o social; el relacionamiento con la comunidad; la evaluación institucional y la comunicación con las familias”. En estos casos, los temas fueron marcados como respuesta por menos de 10% de los maestros.

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