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La fórmula del Frente Amplio, el domingo, tras el balotaje.

Foto: Rodrigo Viera Amaral

Las fórmulas presidenciales, el despliegue territorial y otros factores que explican el resultado del balotaje, según politólogos

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Luján contempló que la coalición “parece ser una construcción todavía que proviene del lado de los dirigentes” y que eso puede incidir en la “fuga” de votos.

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Leído por Andrés Alba.
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Después del balotaje, los partidos de la coalición —el Partido Nacional (PN), el Partido Colorado (PC), el Partido Independiente (PI), el Constitucional Ambientalista y Cabildo Abierto— comenzaron a analizar la derrota del candidato nacionalista, Álvaro Delgado, que consiguió 45,9% de los votos frente al 49,8% del candidato del Frente Amplio, Yamandú Orsi, que será el próximo presidente de la República.

Según el escrutinio primario de la Corte Electoral, la coalición perdió 60.000 votos entre octubre y noviembre, 97% de ellos en el interior del país. Por su parte, el Frente Amplio (FA) se recuperó en todos los departamentos y creció dos puntos en comparación con el balotaje de 2019.

Los politólogos Daniel Chasquetti, Victoria Gadea y Diego Luján analizaron el lunes lo que dejó la instancia electoral, en la última edición de Ciclo de la diaria. Consultado sobre los factores que permitieron el triunfo del FA, Chasquetti consideró que si el gobierno de coalición “no hubiese tenido los episodios de escándalos de corrupción y clientela debería haber ganado esta elección”, ya que en Uruguay “la gente vota con el bolsillo”, y “los indicadores no eran tan dramáticos como para perder la elección”.

“Los principales indicadores que miramos siempre son la popularidad del presidente, la inflación y el desempleo”, enumeró, y agregó que “con estos indicadores un gobierno nunca pierde en Uruguay, eso está estudiado”. Apuntó que la derrota puede deberse a que la segunda parte del gobierno “fue muy mala”, y por eso “se cayó la imagen” y “aumentó la desconfianza”. Indicó que cuando surgió el caso del excustodio presidencial Alejandro Astesiano hubo un crecimiento del FA de cinco puntos.

El peso de las fórmulas

Luján evaluó, por su parte, que el resultado es producto de una “combinación de factores”: por un lado, la fórmula del FA “terminó siendo muy bien resuelta en la interna de junio”, y por otro, hubo una “estrategia deliberada del comando del FA”, entre junio y octubre, que se trató de una “vinculada al contacto más mano a mano con la gente, de recorrida y más territorial y menos de impacto mediático”.

En cambio, la resolución de la fórmula del Partido Nacional “le restó bastante tiempo de capacidad de movilización luego de la interna”, analizó Luján. “Creo que finalmente Ripoll terminó entrando y ganándose a los militantes de la coalición pero demoró; creo que ahí también hay un punto”, expresó.

A su vez, Luján subrayó que la decisión del excandidato Álvaro Delgado y de los principales dirigentes de la coalición de “centrar el último tramo de la campaña en un discurso muy antifrentista” pudo suponer una complicación. Aunque acotó que hace “falta estudiarlo con más profundidad”, dijo que tiene la “impresión” de que “hubo cierta dificultad para armonizar ese antifrentismo que quedó muy patente en el debate, pero lo trasciende”.

El problema de los free riders

En esta línea, en cuanto al despliegue territorial, Gadea analizó que el concepto de confianza es importante tanto en las campañas políticas como para la democracia, y que la forma en la que se fortalece la confianza entre la ciudadanía y la política “en general tiene que ver con este despliegue territorial”, aseguró. “Sabemos que los ciudadanos que tienen algún tipo de contacto con los candidatos en general tienen mayores incentivos en confiar más en la política, y ahí el FA fue muy fuerte en eso”, señaló.

Chasquetti hizo énfasis en que el tiempo entre las elecciones de octubre y noviembre es muy corto, y que para resolver la elección “correctamente” se necesita del “compromiso de los líderes de otros partidos”. Según el politólogo, ya que se trata de “una acción colectiva” siempre “hay dilemas” y también “siempre está la posibilidad de que surja un free rider que trate de apropiarse del bien colectivo y no haga nada a cambio, que no pague el boleto, que viaje como un polizón”.

En ese marco, Chasquetti consideró que “hubo free riders” en la campaña, y señaló que, por ejemplo el excandidato “[Andrés] Ojeda trabajó”, pero no vio a Pedro Bordaberry “trabajar tanto”. Por otro lado, continuó, están los “free riders a nivel territorial”, porque, a diferencia de octubre, cuando había una “potencia tremenda porque había intendentes compitiendo por la banca de diputados”, ahora no cree que “hayan hecho el mismo gasto, y hay testimonios de que no en todos los lugares se trabajó o se militó del mismo modo que en octubre”.

La coalición como “construcción de arriba hacia abajo”

Con respecto a los porcentajes de votación, Gadea dijo que habría que analizar “qué pasa con el electorado cabildante, que sabemos que por sus características, es un electorado bastante volátil”, y “era esperable que hubiese algún tipo de comportamiento de este tipo”. “No sabemos todavía pero, mirando por departamento, el FA creció en muchos departamentos como Rivera, Artigas, y en estos departamentos uno tendería a tener la hipótesis de que seguramente pueda haber un voto cabildante ahí o colorado”, observó.

A su vez, mencionó como un elemento a destacar que la coalición “no tiene símbolos”, por lo que a “ese conjunto de votantes a los que los estás llamando a votar a la coalición, y por el supuesto candidato de la coalición, no le estás dando nada para que salga a la calle a identificarse, porque capaz que no quiere salir con una bandera del PN”.

De esa forma, Luján contempló que la coalición “parece ser una construcción todavía que proviene del lado de los dirigentes”, y que “por más que en lo discursivo siempre lo plantean al revés, los hechos están demostrando que es una construcción que viene de arriba hacia abajo y que no necesariamente se traduce en un comportamiento que uno asimilaría a alguien que realmente se identifica con la coalición”.

“Si efectivamente la coalición estuviera respondiendo a un fenómeno masivo de opinión pública, no deberíamos ver el comportamiento que vemos en los departamentos del interior, donde la suma de los cinco partidos comparado con la de ayer es siempre mayor”, por lo que “hay una fuga” de votos, valoró.

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