Semanas atrás, siendo todavía precandidato, Yamandú Orsi se proyectó de cara a un eventual cuarto gobierno del Frente Amplio (FA) y afirmó: “No me planteo aumentar impuestos. Creo que con lo que hay, bien orientado, se puede manejar el país”. En entrevista con radio Sarandí, el ahora candidato único del FA dijo que “la mejor forma de recaudar más es producir más”.
Luego, el economista Gabriel Oddone, posible ministro de Economía y Finanzas de Orsi, advirtió en una columna de opinión en Búsqueda que, dado que “la situación fiscal continúa deteriorándose”, el próximo gobierno tendrá un margen “muy acotado” y “las prioridades deberán atenderse mediante la reasignación de gastos”.
En diálogo con la diaria, Fernando Isabella, economista y exdirector de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, apuntó que el deterioro de las cuentas públicas “puede condicionar” la política fiscal de un nuevo gobierno frenteamplista, porque, “obviamente, un déficit creciente y cada vez más grande implica límites más grandes a la política fiscal”, pero esto no necesariamente condiciona la política tributaria.
Isabella, que participó como militante de base en la elaboración de las bases programáticas del FA, señaló que la fuerza política se propone “seguir profundizando el aspecto redistributivo de la política tributaria, es decir, gravando a sectores de altos niveles de ingresos y tratando de disminuir la imposición sobre los sectores de bajos ingresos”.
El documento señala que la política tributaria del FA tendrá como eje “contribuir a una disminución sustancial de la desigualdad”. En ese marco, las bases programáticas proponen “avanzar en la transformación del sistema tributario reduciendo impuestos al consumo y fortaleciendo la imposición a la renta, el gran capital y el patrimonio con el criterio de progresividad”. Se mencionan, específicamente, “las transferencias patrimoniales de muy alto porte y los depósitos en el exterior”.
El último reporte mensual de la Dirección General Impositiva marca que los impuestos al consumo, como el IVA y el Imesi, significaron 57% de la recaudación total bruta. En junio, el organismo recaudó 49.771 millones de pesos, de los cuales 28.384 millones salieron de impuestos al consumo. Los impuestos a la renta aportaron 35% de la recaudación, mientras que los impuestos a la propiedad, como el gravamen a las transmisiones patrimoniales, contribuyeron con apenas 7% de la recaudación.
Isabella afirmó además que el déficit fiscal global, que a mayo de 2024 se ubicó en 4,4% del PIB –un porcentaje similar al que se registró a fines de 2019–, “no implica un sesgo en ningún sentido sobre aumentar o disminuir la recaudación”. Apuntó que “capaz que un déficit creciente podría ser un argumento para tener que lograr una mayor recaudación, pero no está dicho así en las bases programáticas”.
Ferreri criticó “la demagogia de decir que se van a bajar impuestos”
Pablo Ferreri, exsubsecretario de Economía y Finanzas y dirigente del Espacio Socialdemócrata Amplio, que apoyó la precandidatura de Carolina Cosse, dijo a la diaria que las bases programáticas marcan “un rumbo claro de dotar de mayor progresividad al sistema tributario”, lo cual “es independiente a si la presión tributaria debe aumentar o no”. Mencionó que actualmente la presión tributaria de Uruguay “se ubica en el entorno del 28%”, mientras que, en promedio, en América Latina “no llega al 22%” y en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico “es del 34%”. Señaló que la presión tributaria “se encuentra en un nivel razonable” en comparación al “nivel de desarrollo relativo” de Uruguay.
Ferreri dijo que el próximo gobierno “va a heredar una situación fiscal tensionada” que impone “trabajar con mucho cuidado y mucha cautela” para “ir avanzando en el camino de una sociedad que imperiosamente tiene que crecer más y hacerlo con mayores niveles de equidad para que esa prosperidad sea compartida”. “Lo primero en lo que no hay que caer es en la demagogia de decir que se van a bajar impuestos, como ya ha hecho el candidato del oficialismo”, resaltó, en referencia a Álvaro Delgado.
En diálogo con la diaria, Federico Penino, economista e integrante del Partido Comunista, coincidió en que la situación fiscal actual “no debería modificar” los lineamientos que ya definió el FA en materia tributaria. “Capaz que condiciona los tiempos de revisión de algunas de las propuestas que están establecidas en las bases, pero no me parece que cambie el sentido del planteo”, expresó.
Penino señaló que la política tributaria tiene dos objetivos centrales. Por un lado, “la reducción de la desigualdad”, mediante un mayor énfasis en los impuestos directos “y no tanto en los impuestos indirectos”, y, por otro lado, “la generación de incentivos para la transformación de la matriz productiva” a través de, entre otras cosas, la revisión de “los esquemas de promoción de inversiones que tiene el país desde hace mucho tiempo”.
En efecto, las bases programáticas plantean que en un nuevo gobierno del FA “será necesario ajustar y perfeccionar los mecanismos de promoción y exoneración de inversiones”.
Penino añadió que en las bases programáticas “no está establecido un mayor nivel de recaudación”. De todos modos, sostuvo que “está claro que el Frente tiene que atender las prioridades que están establecidas en el programa, eso debe ser clave, y tenés que asegurarte cuáles son los mecanismos para lograrlo”.
Un tema “demonizado” en la campaña electoral
El secretario general del Partido Comunista, Juan Castillo, dijo a la diaria que, si bien las bases programáticas admiten “distintas interpretaciones” sobre cómo implementar los lineamientos, “todo lo que está en el programa es la elaboración que ha hecho el FA en colectivo para poner en práctica en la gestión de gobierno”. Por eso, afirmó: “Lo que dice el programa es lo aprobado en el Congreso y es lo que el FA va a tener que cumplir”.
Consultado sobre la discusión de este tema en la campaña electoral, Castillo sostuvo que, aunque “nadie quiere hacer centro en esto”, todos los gobiernos han modificado de una u otra manera la política tributaria. “Este gobierno que está terminando dijo que no iba a tocar los impuestos y tocó todos los impuestos posibles; de hecho, la primera medida que hizo fue aumentar 2% el débito”, expresó. Castillo dijo que “la única forma de bajar el costo de vida de los sectores más humildes”, que proporcionalmente vuelcan más ingresos en los impuestos al consumo, “es buscar otra forma de tributación”.
Gustavo González, dirigente del Partido Socialista (PS), dijo a la diaria que “esquivar” este tema durante la campaña es “altamente inapropiado”, aunque admitió que, en la opinión pública, el asunto “está demonizado”. A su entender, el debate “hay que plantearlo” de todos modos.
Para González, en un cuarto gobierno del FA la política tributaria “hay que revisarla toda”, especialmente “el cúmulo de exoneraciones que existen al capital”. Mencionó que en la industria de la construcción las exoneraciones “han llegado a los 100 millones de dólares en el último año”. El referente del PS sostuvo que el FA “tiene que buscar aminorar la gran desigualdad que existe”, y afirmó que, “para redistribuir, obviamente hay que revisar todo esto”.
Para el jefe de campaña de Orsi y referente del Movimiento de Participación Popular, Alejandro Sánchez, “el marco fiscal que tiene el país es complejo”, ya que el próximo gobierno asumirá un déficit fiscal similar al que dejó el anterior gobierno, pero con “algunos agravantes”.
Días atrás, en entrevista con radio El Espectador, Sánchez dijo que el próximo gobierno asumirá en un escenario de mayor pobreza y desigualdad, y también de mayor endeudamiento. “Socialmente hemos retrocedido y económicamente estamos más endeudados”, resaltó. Frente a esto, Sánchez dijo que “hay que agudizar la inteligencia para llevar adelante” las bases programáticas de la fuerza política; de todos modos, aseguró que “se pueden hacer muchas cosas”.