El 8 de marzo de 2020, los feminismos se manifestaban en todo el país para reivindicar sus derechos, visibilizar las desigualdades y alertar sobre el flagelo de la violencia machista sin saber que, unos pocos días después, la pandemia de covid-19 también llegaría a Uruguay, reduciría las posibilidades de encuentro con otras y profundizaría todas las brechas. Un año después, la emergencia sanitaria continúa vigente, pero sobran los motivos para salir y redoblar la lucha. Por eso, mujeres y disidencias tejen nuevas estrategias de resistencia y preparan alternativas creativas para movilizarse.
Como sucedió a escala global, el impacto del coronavirus fue mayor en las mujeres y disidencias, poblaciones que antes de la crisis ya atravesaban situaciones de vulnerabilidad. Han sido las más afectadas por el aumento del desempleo, la pobreza y la sobrecarga de cuidados no remunerados, que provocó –entre otras cosas– el confinamiento, la suspensión de clases y la exhortación a teletrabajar. En el encierro, aquellas que convivían con parejas o familiares violentos también estuvieron más expuestas a la violencia basada en género, como quedó reflejado en el aumento de consultas a los servicios de atención. Según los datos del Instituto Nacional de las Mujeres, el total de consultas telefónicas y presenciales a los servicios de todo el país aumentó 25% en 2020 respecto del año anterior. Sólo entre enero y setiembre fueron atendidas cerca de 41 llamadas por día al 0800 4141. El pico más alto se registró en abril, con una consulta cada 20 minutos.
En este escenario es que llegan los colectivos feministas al 8M. Esta vez, debido a la situación sanitaria, la apuesta es a convocatorias descentralizadas para evitar aglomeraciones: hay programadas caminatas de vecinas, concentraciones en los barrios, intervenciones artísticas en plazas, y marchas. Al mismo tiempo, se multiplicaron las campañas virtuales y otras movidas en las redes sociales para que también se sumen quienes no quieran o no puedan salir de sus casas.
En Montevideo, la Intersocial Feminista y el Tejido Feminista 8M convocan a manifestaciones en distintos puntos y con diferentes formatos. Insisten en el uso de tapabocas y en que se mantenga la distancia física. Además, llaman a un paro de mujeres por 24 horas (que este año, una vez más, no será acompañado por el PIT-CNT). Para las dos plataformas feministas, el reclamo principal de este 8M es contra la violencia y la profundización de la precarización de la vida.
Va por barrios
“No realizar ningún tipo de movilización no era una opción. La pandemia no iba a quedarse también con eso”, dijo Valeria Caggiano, vocera de la Intersocial Feminista, a la diaria. Las activistas decidieron entonces confeccionar un plan que “garantizara condiciones de movilización lo más seguras posible, pensando en los riesgos que muchas compañeras pueden tener por situación de comorbilidad con otras patologías y que podían coartar la posibilidad de participar en esas movilizaciones”. Surgió así la idea de hacer un llamado a acciones descentralizadas en los barrios, bajo la consigna “Todas las mujeres en todas las calles”. “No tienen por qué ser sobre avenidas”, aclaró la activista; “podés manifestarte en la cuadra de tu casa o encontrarte con otras vecinas del barrio, ya sea que tengas un grupo, participes de algún colectivo o seas una mujer más que aún no ha encontrado el espacio donde militar pero que estás dispuesta a movilizarte por estos temas”.
Hasta el viernes se habían sumado cerca de 20 grupos de mujeres y disidencias sólo en la capital, mientras otro tanto replicó la invitación en localidades del interior. Las Maestras Feministas, por ejemplo, llaman a hacer una recorrida por Casavalle. Vecinas de Parque Batlle, Jacinto Vera y Flor de Maroñas van a concentrarse en las plazas. La reunión en el Espacio Feminista Las Pioneras contará con la actuación de la murga de mujeres Perlita Cucú. El itinerario de las mujeres del oeste de Montevideo incluye intervención urbana, recorrida por el barrio y caceroleada. Las actividades son tan diversas como las personas y agrupaciones que las convocan.
Los principales reclamos que aparecerán en la proclama de este año girarán en torno a la “precarización de la vida en general”, adelantó Caggiano. “En este contexto de crisis sanitaria, deterioro y emergencia de una crisis social y económica, vislumbramos cómo las condiciones de vida de las mujeres han ido en franco retroceso”, denunció. En ese sentido, dijo que hay preocupación por la profundización de la precarización laboral en los sectores “altamente feminizados”, que son los que “ya tenían más dificultades y van a seguir presentando dificultades en lo que hace a la reincorporación”.
La precarización de la vida que denuncian también incluye la carga de trabajo no remunerado que las mujeres asumen de forma asimétrica. En este punto, dijo Caggiano, “un reclamo histórico pero que el contexto de la pandemia también agudiza es el de la corresponsabilidad en los cuidados”, debido a la no disponibilidad de servicios, pero también “en este contexto de ajuste del Estado”.
Otro capítulo aparte será el de la violencia de género, agregó la vocera, centrado en “una tendencia marcada de femicidios con una connotación cada vez más violenta”, que “pone más en evidencia que es una crisis nacional y un problema estructural de la sociedad uruguaya”.
La violencia de género fue declarada emergencia nacional en diciembre de 2019, unos meses antes de que asumiera el gobierno del presidente Luis Lacalle Pou. Consultada sobre qué avances hubo en el tema desde entonces, Caggiano dijo que “no ha habido cambios muy significativos, por ejemplo, en lo que es la cobertura en términos de servicios”, y señaló que, si bien hay comprometidos algunos recursos presupuestales para implementar la Ley 19.580, de Violencia hacia las Mujeres Basada en Género, estos “son muy magros”. La activista se refirió específicamente a los seis juzgados especializados que la Suprema Corte de Justicia prometió instalar, después de un esfuerzo conjunto de las legisladoras de la bancada bicameral femenina: “Nosotras alertamos que, en la situación en la que estamos, seis juzgados en el interior del país ayudan pero no mueven la aguja y, sobre todo, no mueven la aguja si no pasan a ser juzgados multimateria que aborden de forma integral el acceso a la Justicia por parte de las mujeres y las personas que dependan de ellas”.
En la proclama seguramente aparezcan también las advertencias en materia de violencia contra las infancias y los casos de trata y explotación sexual en el país. “Pensemos en lo que pone en evidencia por un lado la Operación Océano”, ejemplificó Caggiano, y, por otro, esta red de trata que se descubrió hace algunos días entre España y Uruguay, un caso que no nos anuncia nada nuevo sino que visibiliza una situación que arrastramos hace décadas”.
Además del llamado a movilizarse, la Intersocial Feminista lanzó la campaña “No nos callamos más”, que invita a mujeres y disidencias a compartir videos en las redes sociales con las razones por las cuales rompen el silencio este año.
Entramado
“Rebelión y trama feminista contra la precarización y el control de la vida” es la consigna elegida para este día por el Tejido Feminista 8M, que integran la Coordinadora de Feminismos, Desmadre, Minervas y otros colectivos, y que convoca a una marcha por el Centro de Montevideo. En este caso también hay una apuesta a la descentralización para evitar aglomeraciones, por lo que la concentración será a partir de las 17.00 en tres puntos distintos: la plaza Independencia, Plaza de los Bomberos y en la intersección entre Santiago de Chile y San José. En cada uno de los lugares habrá intervenciones artísticas de murguistas feministas, tamborileras y del Bloque Antirracista, entre otras. La idea es que a las 18.00 todas marchen hacia la plaza Libertad. Allí se cantará la canción “Sin miedo”, de la cantautora mexicana Vivir Quintana, y finalmente se leerá una proclama de manera colectiva.
No movilizarse tampoco era una opción para las activistas, pero porque además las mujeres y disidencias “sabemos más que nadie cómo sostener los cuidados”, explicó María, integrante de la Coordinadora de Feminismos, a la diaria. Por eso comparten consejos de autocuidado durante la marcha (ver recuadro).
Las organizadoras prepararon la convocatoria en una serie de asambleas que empezó con la propuesta de compartir cómo habían vivido este último año. “En la primera asamblea coincidimos en que algo que habíamos pensado a la interna de nuestras colectivas era cómo se había profundizado la precarización de la vida”, contó María. En esa línea, surgió el problema de la carga desproporcional de los cuidados en las mujeres y disidencias, “que sostuvimos históricamente pero que en este último tiempo se profundizó por la pandemia” y que afectó sobre todo a aquellas que intentaron conciliar esa tarea con el teletrabajo.
Piques para marchar
• El Tejido Feminista 8M convoca a concentrarse a partir de las 17.00 en tres puntos distintos del Centro de Montevideo: la plaza Independencia, Plaza de los Bomberos y en la intersección entre Santiago de Chile y San José. A las 18.00 inicia la marcha hacia la plaza Libertad.
• Las organizadoras piden que las manifestantes lleven tapabocas y respeten la distancia física.
• Recomendaciones para el autocuidado: llevar agua, ropa cómoda, equipaje liviano y el celular cargado, con saldo disponible. No responder a las provocaciones.
La rebelión y la trama feminista, que es la otra parte de la consigna, “es la respuesta que hemos tejido como mujeres y disidencias para sostenernos colectivamente frente a esa precarización”, explicó María. En ese sentido, dijo que muchas se encontraron en un mismo relato que exponía “cómo estuvimos pendientes de qué era lo que estaba pasando en nuestros barrios, de hacer ollas, de ver cómo hacíamos para entregar canastas a compañeras y compañeres en situación de vulnerabilidad, y de cómo estábamos sosteniendo emocionalmente también el encierro durante un período”.
La otra denuncia que emerge inevitablemente es la de la violencia machista, que María definió como “la peor pandemia que pudo recaer sobre las mujeres y las disidencias en cualquier parte del mundo”. Ligado a esto, cuestionó también a una “Justicia patriarcal” que tiene “una manera de enfrentar los problemas de violencia machista en las casas que es insuficiente”.
Para aquellas personas que no puedan o prefieran no asistir a la marcha, las organizadoras proponen que se sumen desde sus casas con un caceroleo a las 18.30.
Bloque Antirracista: “Contra el racismo y la represión”
Este año la marcha por 18 de Julio va a estar liderada por el Bloque Antirracista, colectivo de mujeres y disidencias afro, indígenas y migrantes que se concentrará en la plaza Independencia. Ellas forman parte del Tejido Feminista 8M pero se movilizarán con su propia consigna: “Afro, indígenas y migrantes contra el racismo y la represión”. Liderarán también una batucada, la intervención artística que las caracteriza y que vienen ensayando desde hace semanas.
Yovanna Sánchez, integrante del bloque, explicó a la diaria que en esa consigna hay una búsqueda por visibilizar las realidades específicas que viven como mujeres afro, indígenas y migrantes, además de abrir la discusión sobre el racismo en los espacios feministas. “Necesitamos darnos estos espacios de construcción que pongan al racismo como un tema que nos atraviesa a toda la sociedad y, sobre todo, entendemos que no se puede concebir el feminismo sin hablar de racismo”, puntualizó. Al mismo tiempo, las activistas denunciarán las situaciones de represión policial que ocurrieron en el último año, que “siempre caen sobre los cuerpos racializados”.
Por otra parte, Sánchez dijo que la pandemia agravó la situación de las personas afro, indígenas y migrantes, poblaciones que ya eran “más marginalizadas” y “más pobres”, con una “difícil salida laboral” y trabajos “sumamente precarios”.
Unión Trans: “El feminismo no puede ser excluyente”
Dentro del entramado feminista que recorrerá el Centro de Montevideo también se encuentra Unión Trans (UT), que marchará desde la Plaza de los Bomberos. En el caso de las mujeres trans, la precarización y el control sobre los cuerpos y las identidades “ha existido históricamente”, según explicó a la diaria Josefina González, integrante de UT, en una reflexión en torno a la consigna que moviliza al Tejido Feminista 8M.
“La precarización tiene que ver con la no accesibilidad al mundo del trabajo, con la no posibilidad de ser, con la estigmatización sobre nuestras cuerpas, con el no poder todavía ser libres en cuanto a poder habitar nuestras identidades en un sistema que es profundamente transfóbico, patriarcal y con discursos vetustos que hablan sobre nuestros cuerpos desde el esencialismo y el biologicismo, algo que coarta de alguna manera nuestras posibilidades de ser pero que también coarta y delimita nuestros deseos”, denunció la activista transfeminista.
El control, por otro lado, se vincula con “cómo se han profundizado las brechas de desigualdades en nuestro sistema social y cultural a raíz de y con la excusa de esta pandemia”, dijo González. “La desigualdad se profundizó muchísimo y también aumentaron los dispositivos de control sobre nuestros cuerpos y sobre las personas pobres, y obviamente las personas trans estamos en esa población que está inserta en la pobreza más absoluta”, reflexionó.
La activista hizo énfasis en la situación de desempleo y precarización laboral que afectó en particular a las trabajadoras sexuales, que vieron mermadas prácticamente todas las posibilidades de trabajar. La respuesta fue la solidaridad organizada en ollas populares, canastas de alimentos y otras iniciativas que surgieron de la sociedad civil para paliar la situación.
Fuera de la coyuntura socioeconómica, el colectivo trans quiere que este 8M también habilite un espacio de debate sobre los discursos y las prácticas políticas transexcluyentes dentro de los feminismos. “Para nosotras el feminismo no puede ser excluyente, sino todo lo contrario: es un movimiento revolucionario e inclusivo, porque entendemos que el patriarcado y los machismos nos afectan a todas las personas, nos miden con la misma vara y ejercen violencia y opresión sobre todas las cuerpas y los cuerpos”, señaló González. “Exigimos de alguna manera que se respeten nuestras identidades, nuestras posibilidades del ser y las individualidades o colectividades que pueden agenciarse en cuanto a los tránsitos sexogenéricos y los tránsitos en las identidades de género” agregó; “en ese sentido, consideramos que en los feminismos contemporáneos debemos tener una visión clara y un posicionamiento político respecto de que en nuestro movimiento revolucionario no pueden ingresar discursos de odio que están más en la vereda del fascismo que de los feminismos”.
Bottero pidió a los feminismos evitar las aglomeraciones
La directora del Instituto Nacional de las Mujeres, Mónica Bottero, pidió a los colectivos feministas que busquen formas alternativas de manifestarse este 8M, que no implique aglomeración. “Los derechos de las mujeres se pueden defender con otras estrategias. Es un tema de sentido común y de madurez ciudadana también entender que hoy el país y el mundo están pasando por un momento difícil y la prioridad es cuidar la salud”, aseguró Bottero a Telemundo el 23 de febrero. Sus declaraciones surgieron tras ser consultada sobre la decisión del presidente Luis Lacalle Pou de extender la limitación transitoria del derecho de reunión hasta el 19 de marzo.
Por su parte, la intendenta de Montevideo, Carolina Cosse, dijo la semana pasada en una conferencia de prensa que “no es aconsejable una convocatoria que implique aglomeración”, por lo que exhortó a las organizaciones a que “sean creativas” en las convocatorias y “se organicen muy bien para preservar la distancia social”.
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