La Mesa Representativa del PIT-CNT resolvió este miércoles “exhortar, respaldar y acompañar” a los sindicatos y federaciones a convocar un paro de mujeres de 24 horas en el marco del 8M. De esta forma, la central sindical decidió una vez más no decretar un paro de forma directa y dejó la decisión en manos de cada organización. La resolución fue aprobada por mayoría, con dos votos negativos y dos abstenciones.

Unas horas antes de la reunión, la Intersocial Feminista había pedido explícitamente a la Mesa Representativa la aprobación del paro de actividades de mujeres. La plataforma dijo en un comunicado que la medida era “urgente” y “necesaria”, especialmente en un “contexto de crisis socioeconómica y sanitaria que ha recaído fuertemente en las mujeres, en las disidencias, en quienes sufren más la precarización laboral y alcanzan mayores niveles de desocupación, en quienes están a cargo del cuidado de personas dependientes, quienes sufrieron y sufren la violencia dentro de sus propias casas, donde estuvieron confinadas durante un año”. Sin embargo, la resolución fue por otro lado.

“Entendíamos que este podía ser el año [para convocar el paro], pero nuevamente no se dieron las condiciones”, dijo a la diaria Tamara García, integrante del Secretariado Ejecutivo del PIT-CNT por el Departamento de Jóvenes y representante de la Intersocial Feminista. “Tenemos muchos sindicatos y muchos compañeros y compañeras que no están de acuerdo con el paro, lo que implica que sigamos trabajando en la interna para poder generar otro tipo de conciencia”. En una línea similar, Milagros Pau, secretaria ejecutiva de la Comisión de Género y Equidad del PIT-CNT, dijo a Subrayado que las mujeres sindicalistas feministas estaban “frustradas”: “Creíamos que habíamos avanzado más pero no, esto nos pega fuerte”.

La resolución del PIT-CNT hace que “todo el desafío quede en las compañeras dentro de sus respectivos sindicatos, que bien difícil sabemos que es”, consideró García, y aseguró que el debate tiene que ser para que las trabajadoras no sólo puedan ejercer el paro que sino además tengan la posibilidad de participar en las distintas actividades que se desarrollarán ese día. La posibilidad de parar “siempre está”, dijo la sindicalista, “el problema es la garantía”. Es decir, que las mujeres tengan el respaldo del sindicato. Por eso, el llamado de las feministas es a “convocar a las compañeras que quieran parar a que sigan organizándose y que sigan participando en las internas de su sindicato para poder generar un relato y una concepción diferente de lo que es tanto la movilización como el 8 de marzo”.

¿Qué representa el paro de mujeres un 8M? Por un lado, seguir visibilizando la violencia basada en género que está presente en todos lados, “incluyendo los lugares de trabajo y, obviamente, los sindicatos”, afirmó García, y mostrar que “las mujeres existimos en el mundo del trabajo”. “Hay un montón de sectores que todavía no reconocen el peso productivo que tenemos las mujeres trabajadoras, entonces el dejar la silla vacía es un mensaje político muy fuerte”, explicó. También es visibilizar el trabajo no remunerado, que “nos genera una doble carga laboral en nuestras vidas”.

La discusión en torno al paro también tiene que ver con la disputa de los feminismos en los distintos espacios. En ese sentido, la sindicalista dijo que “tener la posibilidad de poder discutir el 8M en la Mesa Representativa, en el Secretariado y en todos los sindicatos va mucho más allá del paro en sí; tiene que ver con la posibilidad de discutirlo, de disputarlo y de debatir las horas que sean necesarias para que las compañeras y los compañeros entiendan la importancia de nuestra lucha”.

“Esperamos que el año que viene sí se pueda salir con un paro de 24 horas sólo de mujeres”, agregó García, “y que sea una acción histórica no sólo para el PIT-CNT sino para el mundo entero”.