El tres veces gobernador de Tucumán y exsenador argentino por el Partido Justicialista José Alperovich fue condenado este martes a 16 años de prisión por violar y abusar sexualmente de su sobrina segunda en varias oportunidades cuando ella se desempeñaba como su secretaria. Además, fue inhabilitado de manera perpetua para ocupar cargos públicos tanto nacionales como provinciales. Fue detenido de manera inmediata, después de que el juez Juan Ramos Padilla lo declarara culpable de los hechos de violencia sexual denunciados.
El magistrado también ordenó que tres testigos presentados por la defensa de Alperovich sean investigados por falso testimonio y envió a revisión del Ministerio de Salud a dos psicólogas peritos de parte para que se investigue su actuación en informes realizados que tuvieron como objetivo desacreditar a la víctima y cuestionar su relato, según informó el diario Clarín.
En el fallo, Ramos Padilla consideró probados los nueve hechos denunciados: tres delitos de abuso sexual simple reiterados, dos de ellos en grado de tentativa, y otros seis hechos de violencia sexual agravados “por haber sido con acceso carnal por vía vaginal, anal y oral”, “en todos los casos mediando para su comisión intimidación, abuso de una relación de dependencia, de poder y de autoridad, todos estos en concurso real entre sí”.
La víctima –que es hija de un primo hermano de Alperovich– presentó la denuncia en noviembre de 2019, por situaciones ocurridas entre diciembre de 2017 y mayo de 2019, cuando ella trabajaba como secretaria y asesora del ahora condenado en el marco de su campaña para volver a ser gobernador. Al momento de la denuncia, ella tenía 29 años.
Después de denunciar, la mujer difundió de forma anónima una carta donde relataba lo que había vivido. “No quería que me besara. Lo hacía igual. No quería que me manoseara. Lo hacía igual. No quería que me penetrara. Lo hacía igual. Inmovilizada y paralizada, mirando las habitaciones, esperando que todo termine, que el tiempo corra. Ya saldría de ahí y estaría en mi casa, ya habría más gente alrededor, ya el disimulo y el trabajo lo iban a alejar de mí”, escribió en aquel momento, según consignó Página 12.
La condena, que llega a pocos días de la sentencia de Juan Darthés por violación a Thelma Fardin, fue celebrada por activistas feministas como un nuevo hito para las víctimas de violencia sexual en el país: primero, porque envía un mensaje contra la impunidad de un personaje que concentraba un gran poder político y económico, pero también porque “avala la importancia de la palabra de la víctima como prueba en casos de violencia sexual”, como asegura la periodista especializada en género Mariana Carbajal en Página 12.
El juez dará a conocer sus argumentos el próximo 16 de agosto. Por lo pronto, la denunciante recibió la noticia “muy conmovida y aliviada, porque siente que, luego de cinco años desde que denunció los abusos, y después de haber sufrido una campaña de deslegitimación de su palabra, pudo obtener lo que siempre ha buscado, que no es cargos ni fama, sino su sanación a través de la Justicia”, señalaron en un comunicado de prensa sus abogados, Pablo Rovatti y Carolina Cymerman, del Programa de Asistencia y Patrocinio Jurídico a Víctimas de Delitos de la Defensoría General de la Nación.
“Este veredicto significa que la Justicia creyó en la denunciante y eso es suficiente para ella”, dijo por su parte Milagro Mariona, periodista tucumana y vocera de la víctima, al salir de la audiencia. Agregó: “Cuando preguntaban dónde estábamos las feministas, estábamos acá, siempre acompañando a la denunciante”.