Feminismos Ingresá
Feminismos

Cami González y Guidaí.

Foto: Diego Vila

Personas no binarias en Uruguay: entre la invisibilidad y las barreras legales en el acceso a derechos

6 minutos de lectura
Contenido exclusivo con tu suscripción de pago

El último censo nacional, de 2023, reveló que 0,07% de la población uruguaya se identifica por fuera de las categorías “hombre”, “hombre trans”, “mujer” y “mujer trans”

Contenido no disponible con tu suscripción actual
Exclusivo para suscripción digital de pago
Actualizá tu suscripción para tener acceso ilimitado a todos los contenidos del sitio
Para acceder a todos los contenidos de manera ilimitada
Exclusivo para suscripción digital de pago
Para acceder a todos los contenidos del sitio
Si ya tenés una cuenta
Te queda 1 artículo gratuito
Este es tu último artículo gratuito
Nuestro periodismo depende de vos
Nuestro periodismo depende de vos
Si ya tenés una cuenta
Registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes
Llegaste al límite de artículos gratuitos
Nuestro periodismo depende de vos
Para seguir leyendo ingresá o suscribite
Si ya tenés una cuenta
o registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes

Editar

“Las identidades de género no binario son aquellas cuya autopercepción no adhiere a las categorías binarias (varón/mujer); refiere a una identidad subjetiva, pero también a un término paraguas que incluye un espectro de géneros y diferentes formas de experimentarlo”. Así comienza el artículo académico “Politización contemporánea de los binarismos de género y las identidades de género no binarias en Uruguay y Argentina”, publicado en junio de este año en la revista Encuentros Latinoamericanos de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad de la República, y que busca visibilizar a las personas no binarias, además de analizar la cuestión del género “y sus transiciones posibles”.

Según los datos relevados por el último censo nacional, de 2023, hay 1.780 personas en el país que se identifican con una identidad por fuera de las categorías “hombre”, “hombre trans”, “mujer” y “mujer trans”, lo que representa 0,07% de la población total.

En el marco del Mes de la Diversidad, la diaria entrevistó a tres personas no binarias para conocer sus vivencias, perspectivas y demandas relativas al acceso a derechos como la salud y el trabajo.

“No podemos seguir tiñendo setiembre solamente de fiesta”

Cami tiene 36 años. Actualmente vive en la ciudad de Mercedes, en el departamento de Soriano, y se identifica como una identidad trans no binaria. Utiliza pronombres “únicamente neutros” por “una decisión política de escapar del binarismo impuesto, de lo masculino y lo femenino”.

Comenzó este proceso en la adolescencia. “Es una identidad que habito desde ya hace bastantes años con lo no binario [...] Sin dudas en ese momento no tenía las palabras precisamente para poder nombrarlo, pero sí me reconozco tratando de escapar de esa norma que es totalmente impuesta en lo social respondiendo a los mandatos de la mujer”, ejemplificó. Con relación al activismo social, a día de hoy forma parte del Colectivo Trans del Uruguay (CTU), que tiene como uno de sus objetivos la defensa de los derechos de las personas trans, intersex, género fluido y no binarias.

La agrupación No Binaries Uruguay –de la que Cami formó parte– nació en 2019 y en ese momento era el único colectivo del país que reunía a personas no binarias. Sin embargo, según dijo Cami a la diaria, se disolvió en la pandemia y no está funcionando. Acerca del motivo de la disolución, señaló: “No tenemos todavía la suficiente capacidad para poder debatir sobre las identidades no binarias en Uruguay. No tenemos un activismo preparado para discutir realmente cómo tiene que ser la llegada de esas identidades no binarias. Es tanto lo que tenemos que sostener en la cotidianidad, son tantos los compañeros y las compañeras trans que tenemos que sostener, que sinceramente no nos da el cuerpo para además sentarnos a pensar sobre cuál tiene que ser el destino, la llegada, la vivencia y la supervivencia de nuestras identidades no binarias”.

Respecto de la inclusión de las personas no binarias en los cupos laborales del Estado, Cami reconoció que no ve avances en la materia y reiteró la necesidad de que el proceso de selección de personal sea equitativo para todas las personas que se postulen a un llamado. Destacó que se encuentran trabajando con el Colectivo Diverso de Las Piedras sobre este tema y que solicitaron reuniones a la Secretaría de Derechos Humanos de Presidencia, pero hasta el momento no recibieron respuestas.

“No podemos seguir tiñendo el mes de setiembre [de] que solamente es fiesta, color y brillo, porque no es nada más alejado de lo que vivimos día a día”, subrayó. En este contexto, hizo hincapié en el rol de la sociedad civil y en la necesidad de un diálogo constante con el Estado.

El camino de la búsqueda de identidad

Mauri tiene 19 años, vive en Montevideo y actualmente estudia cine en la Escuela Comunitaria de Cine del Oeste. Se considera una persona agénero no binaria. Sin embargo, en diálogo con la diaria, aseguró que no fue una decisión y una identidad fija. “Agarraba identidades medio que al azar para incluirme en distintos grupos. Me definí como hombre homosexual, como mujer trans [...] Por momentos fui cambiando, pero siempre tenía ese estrés y el pánico de ‘tengo que encontrar ya lo que soy’, y en realidad llegué a la identidad de los espectros no binarios por una decisión en parte política de las corrientes abolicionistas de género. Terminé decidiendo que elegía identificarme como agénero porque salía de la presión de que tenés que encontrar tu identidad y definirte, y eso es algo que te queda fijo y que te marca y que te define. No quería ser definido por mi identidad de género, ni por mi sexualidad, ni nada por el estilo. Es parte de los espectros no binarios”, contó.

Con respecto a la aceptación de su identidad tanto en su familia como en su grupo de pares, Mauri mencionó que tuvo facilidad a la hora de comunicarlo porque utiliza varios pronombres y destacó que hay mucha gente no binaria en su entorno más cercano. A la vez, resaltó: “Hubo un momento bastante raro, complejo, porque al tomar esa decisión [de ser una persona agénero no binaria] nunca sentía que podía pertenecer de la misma forma que los hombres a los grupos de hombres, pero tampoco me identificaba como una mujer, entonces a veces me autoexcluía, porque era por mi propia definición y mi propia identidad”.

Guidaí también se identifica como una persona no binaria. Tiene 24 años, vive en Montevideo y es integrante del CTU. En una entrevista con la diaria, reconoció que tuvo un pasaje por lugares “bastante diversos” por “fuera de la norma” y con un alejamiento de la masculinidad. A raíz de lo anterior, contó que a partir de ese momento el no binarismo “empezó poco a poco a aparecer y resonar como un término que se podía acomodar”. Al igual que Mauri, Guidaí manifestó que en su proceso estuvo latente la presión por identificarse: “¿Soy una transfeminidad? ¿Voy a transicionar en algún momento? ¿Qué va a pasar conmigo?”, cuenta que se cuestionó.

Por otra parte, Guidaí mencionó las dificultades en el acceso a la salud de las personas no binarias. En ese sentido, apuntó a la necesidad de la formación y capacitación del personal de la salud, ya que consideró que “muchas veces” se les violenta su identidad. “Ante la duda, llamar por un apellido. Ante la duda, no decir ‘él’ o ‘ella’, simplemente decir ‘esta persona’ y poder hacer que realmente el acceso a la salud sea accesible. Sigue siendo un privilegio”, apuntó.

Aplicación

En Uruguay, la Ley Integral para Personas Trans (19.684), aprobada en 2018, marcó un precedente al establecer, entre otras cosas, el derecho a solicitar la adecuación en los documentos identificatorios de su nombre, sexo, o ambos, cuando no coincidan con su identidad de género.

La ley trans fue un “avance significativo” y marcó una apertura legal para el reconocimiento de las identidades de género no binario, introduciendo “profundas transformaciones” en áreas como la salud, la educación, la vivienda y la reparación de la violencia institucional, señala el artículo citado al comienzo de esta nota.

Sin embargo, apunta que en la reglamentación de esta normativa “no se consideran las personas de identidad de género no binario”. Por ejemplo, hasta el momento no existe la posibilidad de que una persona elija o introduzca la opción de persona no binaria en la cédula de identidad.

De hecho, en un formulario visible en la página de Instagram de No Binaries Uruguay –que sigue disponible–, el colectivo asegura que recibió “consultas por trámites de cambio de nombre” en el documento de identidad “trancados o mal realizados”. Además, señala que las personas no binarias no existen en los formularios y, por ende, se les “está negando la identidad”.

Para Guidaí, a la ley trans le falta “andamiento” debido a la falta de presupuesto. “Hay muchos parámetros muy binarios dentro de lo que es la ley, como, por ejemplo, para acceder a la TUS [Tarjeta Uruguay Social], tenés que performar una identidad masculina o femenina. Si estás en un espectro intermedio, [el Estado] te lee otro reglamento y no te permite acceder a ella”, remarcó.

Por su parte, Cami señaló que pidió la TUS tres veces en el Ministerio de Desarrollo Social y se la negaron luego de haber efectuado el cambio de nombre registral. “La persona que me hizo la entrevista [para acceder a la TUS] no me leyó como una persona no binaria y entendió que no me correspondía el beneficio por más que le haya presentado la partida de nacimiento ratificada”, sentenció.

Es en este sentido que el texto académico concluye que, en Uruguay, la “principal reivindicación” de las personas no binarias “tiene que ver con la necesidad de registro por parte del Estado, que es clave para su inclusión en políticas públicas” dirigidas específicamente a esta población, como la TUS o el cupo laboral.

Las bases programáticas del Frente Amplio para este período de gobierno incluyen entre sus acciones contra la violencia y discriminación “garantizar el cumplimiento cabal” de la ley trans, “dotando del presupuesto, de los equipos técnicos especializados y de la infraestructura locativa necesaria para la actuación eficiente de las diversas instituciones públicas con competencia”. Sin embargo, no menciona a las personas no binarias y tampoco está claro todavía cómo llevaría esta medida a la práctica.

¿Tenés algún aporte para hacer?

Valoramos cualquier aporte aclaratorio que quieras realizar sobre el artículo que acabás de leer, podés hacerlo completando este formulario.

¿Te interesa el feminismo?
Suscribite y recibí la newsletter de Feminismos en tu email.
Suscribite
¿Te interesa el feminismo?
Recibí la newsletter de Feminismos en tu email todos los miércoles.
Recibir
Este artículo está guardado para leer después en tu lista de lectura
¿Terminaste de leerlo?
Guardaste este artículo como favorito en tu lista de lectura