A pesar de los numerosos controles que hay en los centros penitenciarios, es muy frecuente que se ingresen objetos prohibidos, algo que preocupa especialmente a las autoridades del Instituto Nacional de Rehabilitación (INR). El sábado se registró un caso que desde el organismo fue calificado como “muy grave”. “Un operador penitenciario fue detenido cuando intentó ingresar al ex Comcar varios libros, alimentos nutritivos y medicinas para varias patologías. Una vez detectado el intento de ingreso de productos y objetos prohibidos, se activaron todos los protocolos y el perpetrador de este horrendo crimen fue derivado a la Justicia”, divulgó el INR en un comunicado.
Según una disposición interna del organismo, está prohibido ingresar a las cárceles “objetos que puedan usarse con fines socioeducativos y de rehabilitación, alimentos nutritivos y saludables y medicinas, especialmente aquellas que sirvan para curar enfermedades psiquiátricas o respiratorias”.
Una fuente del INR afirmó que “si entraban estas mercaderías a la cárcel iban a causar una distorsión tremenda; es una suerte que hayamos podido detener a esta persona”.
Una oveja negra: desde el INR aclararon que casos como este “son los menos” y que la mayoría de los funcionarios “ingresa armas, drogas y celulares, como debe ser”.