Tras varios meses de negociaciones entre socios de la coalición, la Asamblea General aprobó ayer la designación de los nuevos directores de la Institución Nacional de Derechos Humanos. Cuatro de los nuevos directores fueron propuestos por el oficialismo, mientras que el restante, Wilder Tyler, ya estaba en el directorio. Un legislador nacionalista consideró que fue una elección “balanceada”. “No quisimos imponer nuestras mayorías, como hacía el Frente Amplio, por eso dejamos un lugar en el directorio para un defensor de los derechos humanos. En la coalición de gobierno creemos en el diálogo y en la contraposición de ideas. Entonces, que haya alguien que dedicó buena parte de su vida a defender los derechos humanos junto con personas que tienen poco o ningún interés en esta actividad es una garantía para promover la diversidad de enfoques”.
Por otra parte, un legislador de Cabildo Abierto consideró que el nuevo directorio es “más democrático”, ya que el anterior “no era un órgano donde estuvieran representadas las diferentes posturas de la sociedad, sino que era simplemente un club de militantes por los derechos humanos e infiltrados del Pacto de San José de Costa Rica”.
Fuego amigo: algunos dirigentes del Partido Nacional consideraron “inaceptable” que no se haya elegido a algún sobreviviente de la tragedia de los Andes para integrar el directorio.