De más
- Que el presidente haga una cadena para apoyar tu campaña electoral.
- Hacer una parada en tu estancia en medio de una gira por el interior y que la peonada te esté esperando con el asado pronto.
- Hacer tu propia granola como una forma de resistencia ante el capitalismo hegemónico.
- Animarse a ir de tacos a barrios sin veredas
- Los actos con choripanes de pan de masa madre.
- Tener un dealer que vota a otro partido.
- Tener un ministro de Economía liberal con sensibilidad social para dar rotación al gobierno.
- Ser incombustible ante escándalos de corrupción.
- Hacer una guiñada cuando se habla del “fin del mundo” si gana el Sí.
- Filmarte con el celu para Instagram mientras vas manejando por la ruta y no matarte en un choque.
- Combatir a la derecha desde tus redes sociales.
- Llegar a la presidencia sin haberte pronunciado a favor o en contra de prácticamente ningún tema.
- Vivir en Artigas y ser Valentina dos Santos.
- Haberte ido de Cabildo Abierto a tiempo.
- Destruir documentos públicos, pero que igual te sigan contratando para hacer la campaña electoral de tu partido.
De menos
- Reírse de la propaganda electoral del interior.
- Los actos del FA después de que habla Blanca Rodríguez.
- Que tu candidata a vicepresidenta se maquille igual que tu empleada.
- Los correligionarios aliades con denuncias por violencia de género.
- Ser lata o bolche y no poder decir lo que realmente pensás del plebiscito por el Sí.
- Dar una imagen de candidato serio, equilibrado y responsable y que Salle tenga más intención de voto que vos.
- Tener un ministro de Economía liberal con sensibilidad social para dar continuidad al gobierno
- Quedarte en el Partido Socialista.
- Que todo el mundo te diga “carpincho”.
- Que el verdadero sostén de tu lista haya ido en cana por pedófilo.
- Que el candidato a vice hable mejor que el candidato a presidente.
- Tener cara de César Vega, pensar como César Vega, hablar como César Vega y llamarte César Vega.
- Ser físicamente igual que el Sr. Burns, pero comportarte como Smithers.