De Más
- Que vaya poca gente a tu acto pero que no se note porque llenás todo de banderas.
- Ser astorista y ver cómo la intención de voto por el Sí disminuye gracias a la campaña del oficialismo.
- Tener el número de lista 45 o 60 y que los carteles que marcan la velocidad máxima te hagan la publicidad gratis.
- Que te paguen por repartir listas de un partido y después votar a otro.
- Hacer mayonesas y aderezos con los colores de tu partido.
- Botijear a un holograma que no te puede contestar.
- Haber evitado tener de candidata a una mujer mandona, ingeniera y amiga de comunistas.
- Las listas con gente con apodo.
- Reenviar un video de Mujica a tu grupo de amigos neonazis.
- No hacer planes para el domingo 27 de noche porque votás a Gustavo Salle y ya sabés que vas a salir a festejar.
- Cachondearte un poquitín con los videos de Álvaro Delgado y Valeria Ripoll amasijando.
- No tener que ir a votar porque te vas a ir de viaje al sudeste asiático. O a cualquier otro lado del mundo, incluida Sant’Ana do Livramento.
- Que la campaña haya transcurrido sin discutir ningún tema de fondo y así no “pelearse por política” con nadie.
- Hacer barriadas en camino Cibils y La Boyada para conocer otras realidades.
- Las banderas de tela.
De Menos
- Las versiones de políticos hechas con inteligencia artificial que parecen photoshops de los años 90.
- Los candidatos a presidente homófobos que solamente piropean y toquetean a mujeres.
- Salir de barriada y que justo te toque tocar timbre en la casa de tu ex.
- Agarrar listas de todos los partidos para curiosear quién figura y que justo te vean estudiando una de Salle.
- Pensar que el plebiscito de los allanamientos es para arreglar las calles con pozos.
- Botijear a un candidato que no te puede contestar.
- Tener que votar al candidato alternativo a la mujer mandona, ingeniera y amiga de comunistas.
- Las listas que ponen gente en negrita, pero nadie sabe quiénes son.
- Que te toque votar en el mismo salón en donde te hacían bullying por tener la nariz muy grande cuando ibas al liceo y que el presidente de mesa te haga bullying porque todavía tenés la nariz muy grande.
- Ser César Vega y sentirte como una vedette argentina quilombera que está siendo eclipsada por otra que es cien veces más quilombera.
- Tener que sacar la banderita del auto cada vez que llegás a tu casa para no pelearte con tu vecino apolítico.
- Haber planificado el finde en el campo y olvidarte de que tenés que llevar al Tata a votar.
- Las banderas de nailon.